El último informe de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz liderados por Fedegán reveló que, aunque la extorsión disminuyó en Caquetá, sigue siendo el delito con mayor impacto. El hurto, sin embargo, se duplicó en comparación al mismo periodo de 2024, encendiendo alarmas sobre la seguridad en zonas rurales.
La más reciente encuesta aplicada durante el primer ciclo de vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis bovina en Caquetá no solo cumplió su objetivo sanitario, sino que también sirvió como radiografía de la situación de orden público en zonas rurales.
Con un leve aumento en el número de entrevistados respecto al mismo operativo del año pasado, el ejercicio reveló patrones delictivos persistentes y nuevos focos de inseguridad. (Lea en CONtexto ganadero: Violencia desbordada: nueve ataques a ganaderos en una semana)
Durante el cuestionario, se entrevistaron 20.083 personas, 14.154 hombres y 5.719 mujeres, en 15.701 predios distribuidos en 16 municipios y 1.188 veredas.
El general (r) Fernando Murillo, líder de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz, advirtió que si bien los datos muestran ciertos avances, especialmente en la reducción de extorsión, no se debe bajar la guardia, debido a que “el tema de la extorsión sigue siendo un tema que va en aumento. Aunque hay una reducción en números, el impacto en las comunidades ganaderas sigue siendo profundo”.
En lo que va de 2025 se han reportado 653 incidentes de extorsión, una baja frente a los 807 casos del mismo periodo en 2024. Sin embargo, el delito sigue ocupando el primer lugar en los registros delictivos en la región.
Según Murillo, esta disminución podría deberse a una combinación de factores: mayor presencia institucional, estrategias de autocuidado promovidas por los Frentes Solidarios, y cambios en el comportamiento de los grupos ilegales.
Pese a esta leve mejora, Murillo sostuvo que los productores siguen viviendo con temor, debido a que “muchas veces las cifras no captan el verdadero nivel de amenaza, porque hay miedo de denunciar. Hay zonas donde los ganaderos prefieren pagar para evitar represalias”.
Hurto rural
Lo que sí aumentó considerablemente fue el hurto, que pasó de 182 casos en 2024 a 338 en los primeros cinco meses de 2025. Este incremento más que duplicó las cifras del año anterior, preocupa especialmente a los productores de municipios como San Vicente del Caguán, La Montañita, El Paujil y Florencia
Este fenómeno, que se manifiesta principalmente en el robo de insumos, maquinaria y animales menores, evidencia una posible reorganización del crimen rural.
Es por esto que líderes locales sospechan que bandas delincuenciales están ocupando los espacios que antes dominaban grupos más estructurados. (Lea en CONtexto ganadero: El tormento continúa: ganadero liberado tras secuestro en Cesar sigue bajo amenaza)
Del resto de los delitos analizados, el abigeato cayó de 21 a 11 casos, el carneo de 17 a 14, la invasión de tierras de 18 a 3 y el secuestro de 42 a solo 6 incidentes. Tres municipios no reportaron ningún delito durante el periodo analizado, una señal de esperanza para algunas zonas.
El informe demostró que la estrategia de Fedegán y sus Frentes Solidarios está generando resultados, pero el camino hacia una seguridad sostenible en el campo colombiano es largo.
“Necesitamos seguir fortaleciendo las redes de confianza, el trabajo articulado con la Fuerza Pública y el compromiso comunitario”, concluyó Murillo.