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Invasores de tierras crean ONG derecho a la tierra

Foto: AFP - semana.com

Imagen de referencia. Fedegán advirtió que este tipo de acciones responde a un modus operandi cada vez más común por las múltiples ocupaciones ejecutadas de forma simultánea.

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Invasiones en masa a fincas de Bolívar, ¿quién financia esta mafia?

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

Tres fincas en Arjona y Turbaco fueron ocupadas de forma simultánea en un operativo que incluyó transporte masivo, carpas y hasta alimentación para los invasores. Voces del gremio ganadero advirtieron que no se trata de hechos aislados, sino de un patrón que afecta la seguridad rural y la propiedad privada en Colombia.

Tres fincas en Arjona y Turbaco fueron ocupadas de forma simultánea en un operativo que incluyó transporte masivo, carpas y hasta alimentación para los invasores. Voces del gremio ganadero advirtieron que no se trata de hechos aislados, sino de un patrón que afecta la seguridad rural y la propiedad privada en Colombia.


El pasado 23 de agosto, las invasiones no solo generaron alarma entre los propietarios y las autoridades locales, sino que pusieron nuevamente en el centro del debate la vulnerabilidad de los productores del campo colombiano.

Los testimonios recabados y las imágenes compartidas por los ganaderos en redes sociales dan cuenta de un operativo perfectamente planeado con camiones y buses repletos de personas que no pertenecían a la zona, motos que escoltaban los vehículos y proveían víveres, y carpas armadas al instante por quienes se instalaron en los predios.

La Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) reaccionó con contundencia ante los hechos. Según su presidente, José Félix Lafaurie Rivera, las invasiones no son un fenómeno espontáneo.

En sus palabras aseguró que “¡Ganaderos, no podemos quedarnos de brazos cruzados!”, haciendo un llamado a la unidad gremial y a la activación de los Frentes Solidarios y las Brigadas Solidarias Ganaderas como herramientas de autodefensa legal y organizativa.

Fedegán advirtió que este tipo de acciones responde a un modus operandi cada vez más común por las múltiples ocupaciones ejecutadas de forma simultánea para dispersar a las autoridades y evitar respuestas oportunas, ganando así el margen legal de 48 horas que impone la ley para el desalojo.

En Bolívar, gracias a la articulación previa con la fuerza pública, fue posible actuar con rapidez, pero en uno de los predios, las personas volvieron a invadir. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Alerta máxima! Oleada de invasiones en Bolívar y otras zonas: Productores denuncian escalada a nivel nacional)

Desde Fedegán se quiere que el país conozca lo que realmente se esconde detrás de las invasiones de tierras que hoy mantienen a los ganaderos desesperados y en peligro. A pesar de la colaboración del sector con el gobierno en la reforma agraria, hoy está en riesgo la propiedad privada. Detrás de estas invasiones hay control territorial, delincuencia, estafas, conformación de zonas para delinquir y violencia.

La federación reiteró que lo que está ocurriendo es muy grave y del gobierno nacional no se ven acciones que brinden garantías. Por eso, lo único que queda es la unión ganadera, activar los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz y articularse plenamente con la institucionalidad y la fuerza pública para contar con respaldo legal y no permitir más abusos.

Jesús Zapata, coordinador de Fedegán – FNG en Bolívar, aportó un nuevo elemento que refuerza la gravedad del asunto.

“Eran entre 80 y 100 personas las que han llegado como invasores a las fincas. Estas personas llegaron bien vestidas, con botas finas, no eran personas de la zona. Hoy volvieron a la finca del señor Rangel, que ya había sido desocupada”, reveló.


¿Quién está detrás?


Juan Gonzalo Botero, exviceministro y actual líder de opinión del sector, denunció que “hay fuerzas oscuras con intereses ocultos que están impulsando estas invasiones”.

Incluso, denunció que los invasores ya estaban cocinando sancocho al momento en que llegó la Brigada Ganadera para el desalojo.

En sus redes sociales, cuestionó la financiación detrás de estos operativos, el uso de vehículos blindados y la participación de personas foráneas en la toma de predios. También pidió a la justicia que actúe de manera decidida para identificar y judicializar a los responsables.

En otro mensaje, Botero reflejó el sentir de muchos ganaderos del país, expresando que “estamos enfrentados al abigeato, a la extorsión, al secuestro y ahora a la invasión de tierras. Necesitamos apoyo del Estado”.

En su mensaje, denunció además la falta de respaldo por parte de un gobierno que “manifiesta públicamente su disgusto por la actividad ganadera”.


Víctimas de la infamia


Harvey Rangel, uno de los afectados por las recientes invasiones, describió la situación como un atropello por parte de una “mafia de invasores manipulados por manos oscuras”.

En su caso, los ocupantes habrían entrado a la finca en Turbaco bajo el supuesto de que estaba vinculada a una oferta de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), lo cual fue desmentido por las autoridades.

La presencia de estos grupos, su estructura operativa y la narrativa con la que justifican las tomas son señales para los ganaderos de que ya no se trata solo de presión social por tierras, sino de una estrategia sistemática para desestabilizar al sector productivo rural.

Lo anterior, teniendo en cuenta que los ataques no solo afectan la seguridad jurídica, sino también la producción de alimentos y la confianza en las instituciones.

Si estas acciones continúan sin una respuesta firme del Estado, se podría perder mucho más que tierras, sino que se peligra la inversión en el campo, la generación de empleo rural y la producción de carne y leche para millones de colombianos.

Por ahora, la víctima sigue tratando se desalojar a estos invasores, quienes están dispuestos a quedarse más tiempo de lo pensado. (Lea en CONtexto ganadero: Ganaderos en Huila piden acciones contundentes al Gobierno para frenar invasiones y violencia rural)

En conclusión, la lucha apenas comienza. Por eso el país rural necesita más que nunca cohesión, respaldo institucional y una defensa decidida de la legalidad.