Una región históricamente golpeada por la violencia muestra señales mixtas en su recuperación. Mientras delitos como la extorsión y el hurto disminuyen, el abigeato se dispara, revelando nuevos retos para los ganaderos y para los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz.
Durante el primer ciclo de vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis bovina de 2025, el Magdalena Medio, región ganadera que abarca los departamentos de Bolívar, Antioquia, Cesar y Santander, reportó 644 incidentes delictivos, con la extorsión como el delito más frecuente.
Sin embargo, en contraste con las cifras del año anterior, muchos delitos han mostrado una disminución notable, mientras otros, como el abigeato, duplicaron su incidencia, encendiendo alarmas entre los productores. (Lea en CONtexto ganadero: Ganaderos desplazados y carne clandestina. Así va la crisis de la inseguridad)
El más reciente monitoreo de seguridad rural se realizó paralelamente al ciclo de vacunación bovina, en el que se encuestaron 13.944 predios y más de 23.000 personas, entre propietarios y trabajadores del campo.
Esta herramienta no solo sirvió para proteger el estatus sanitario del hato ganadero, sino también para recolectar información sobre el clima de seguridad en los territorios rurales.
El mayor general (r) Fernando Murillo, líder de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz (FSSP), destacó que esta metodología permite visibilizar los territorios más afectados y coordinar acciones comunitarias con apoyo institucional.
“Es crucial entender dónde están los puntos críticos y actuar en consecuencia. El trabajo articulado es lo que ha permitido disminuir delitos como la extorsión, pero no podemos bajar la guardia con el abigeato”, manifestó.
Focos del delito
Con 202 casos, el municipio de Morales, Bolívar, concentró el 31 % del total de delitos reportados en la región. Le siguen Arenal (93), Aguachica (64), San Alberto (56) y San Martín (56), todos puntos de intensa actividad ganadera.
Las veredas también reflejan esta concentración, en Río Morales se registraron 16 delitos, principalmente abigeato y extorsión; en Cuatro Bocas (San Martín) informaron 12 casos, casi todos por hurto; y en Caño Baúl (Cimitarra) hubo 12 reportes, equivalentes al 58 % de los delitos del municipio.
La comparación interanual reveló una caída en los delitos más violentos y estructurales. La extorsión bajó de 649 incidentes en 2024 a 237 en 2025, el hurto de 518 a 201, el carneo de 88 a 22 y los secuestros de 101 a solo 12.
No obstante, el abigeato duplicó sus cifras, pasando de 76 a 152 casos, lo que evidencia una mutación del delito hacia formas más silenciosas pero igualmente devastadoras para el patrimonio ganadero. (Lea en CONtexto ganadero: Inseguridad rural: volvieron los cuatreros)
A pesar de la persistencia del crimen rural, seis municipios se destacaron por no reportar ningún incidente durante este ciclo: Betulia, Cantagallo, Puerto Berrío, Puerto Nare, Regidor y Simacota.
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