Desde sistemas silvopastoriles hasta manejo eficiente del agua, productores del Caribe demostraron avances reales en sostenibilidad y productividad. La gira técnica permitió evidenciar prácticas exitosas para enfrentar variaciones climáticas extremas y mantener forrajes, suelos y hatos en óptimo estado.
La gira técnica de Fedegán dejó enseñanzas valiosas para los productores, quienes regresaron a sus fincas con ideas claras para avanzar en adaptación y mitigación al cambio climático, mejorar el balance ecosistémico y fortalecer la sostenibilidad productiva.
Consultados sobre las tecnologías implementadas tras las giras, los 400 asistentes destacaron la importancia de las praderas, los forrajes y, especialmente, los sistemas silvopastoriles. Estas prácticas se observaron en los siete predios visitados durante la XIX Gira Técnica Nacional, realizada entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre de 2025.
“Encontramos estrategias de mitigación basadas en soluciones naturales”, afirmó Olber Arturo Ayala Duarte, subdirector de Ciencia y Tecnología de Fedegán-FNG. Explicó que se evaluaron arreglos silvopastoriles con árboles dispersos, cercas vivas y especies maderables, articulados con buenas prácticas en suelos, agua y conectividad ecológica.
También se resaltó la conservación de bosques primarios, fundamentales para estabilizar ecosistemas y enfrentar periodos extremos de sequía o invierno. (Lea en CONtexto ganadero: Biotecnología, sostenibilidad y datos: tres lecciones que aprendieron los ganaderos en la gira de Fedegán)
Dos casos de éxito
Ayala destacó dos predios modelo. El primero, La Luisa, implementó sistemas silvopastoriles intensivos hace más de 15 años. Allí se maneja de manera estratégica la alimentación, los suelos y las praderas. Durante el invierno incrementan la biomasa con cultivos forrajeros, almacenan reservas y recurren a suplementación con totumo en épocas críticas.
El segundo caso, la finca Rancho Alegre, trabaja sistemas silvopastoriles desde hace 25 años. Gracias a la rotación racional y el manejo del suelo, la materia orgánica se ha incrementado notablemente y los aforos son extraordinarios.
Los cambios climáticos también son evidentes. Hace dos décadas las lluvias generaban escorrentía debido a la compactación del suelo. Hoy, gracias al manejo biológico y la acumulación de materia orgánica, el agua se infiltra y se aprovecha para mantener la productividad incluso en temporada seca.
En ambas fincas ubicadas en el Cesar, con apenas 400 milímetros de lluvia en 2024 —de los 1.000 milímetros habituales—, la producción de forraje se mantuvo estable. “Una lección clara para ganaderos de todo el país”, señaló Ayala. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cómo pasar de la tradición al éxito? El Triunfo y El Burro revelan sus secretos en el día 1 de la Gira 2025)
El uso de especies como samán y campano ofrece sombra, mejora el suelo y garantiza estabilidad en la producción forrajera. La conclusión es contundente: un ecosistema equilibrado mejora la capacidad de respuesta frente a eventos climáticos.
Lechería y genética
La lechería tropical es la base productiva y cultural de la zona con la cual logran sostener los ingresos y los principales costos de producción.
También se evidencia un notable dinamismo en el ámbito de la genética bovina. En esta zona del país avanza y se consolida el negocio de la genética clásica para carne, sustentado en las razas brahman gris y rojo.
Igualmente, existe la genética pura para vender donadoras y especializarse, lo cual ejercen los productores con los cruces con especies taurinas como hereford y angus.
A la vez trabajan con la raza guzerat, y se observan con frecuencia los cruces de brahman con jersey y de guzerat con jersey, este último reconocido por sus altos indicadores de productividad.
Asimismo, producen el gyr puro con el objeto de conseguir donadoras y el cruce de gyr con holstein para obtener el girolando plus, que es el F1, considerado el mejor cruce para producir leche en el trópico y es el de mayor presencia en gran parte en los predios visitados.
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