José Félix Lafaurie
Foto: CONtexto ganadero.

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"A los criminales hay que enfrentarlos, no dialogar con ellos": Lafaurie

Por - 27 de Junio 2013


Aún no sabemos si José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos, va a lanzarse al ruedo político aspirando a la Presidencia de la República.

Pero lo que sí tenemos presente es que sus ideas siguen dando mucho de qué hablar en el país. Quisimos redondear la entrevista pasada publicada en: http://contextoganadero.com/reportaje/la-paz-no-se-alcanzara-firmando-el-fin-del-conflicto-lafaurie

Ricardo Puentes Melo: Doctor Lafaurie, ¿cómo sigue viendo los diálogos de La Habana?

José Félix Lafaurie: Lo que está involucrado es importante. De aquí podemos salir a un escenario de degradación para el sector rural que puede no tener retorno si estos diálogos con las Farc terminan cediéndoles a estos criminales en temas que son de fondo.

Aquí hay problemas hasta de legalidad, porque se quieren volver conexos los delitos de narcotráfico y lesa humanidad con el delito político. Imagínese lo que eventualmente puede estar planteado con el desarrollo rural...! (Lea: "Ni el Gobierno ni las Farc saben de desarrollo rural": Lafaurie)

Hombre, yo vengo de una familia que toda la vida ha estada vinculada al sector, desde hace más de cien años. Mi padre fue uno de los dirigentes más importantes que tuvo Colombia a mediados del siglo pasado, llegó al Senado al 58 y…

RPM. Perdón que lo interrumpa ¿Cómo se llamaba él?

JFL: José Vicente Lafaurie. Los debates de mi papá en el Senado- a propósito de los temas de reforma agraria- todavía hay gente que los recuerda, sobre todo la gente mayor; en esa época hubo una gran transacción política con ciertos sectores liberales que, promovidos por el Gobierno norteamericano, querían sacar la ley 135 a través de la Alianza del Progreso que después fue del 61, pero eso entró prácticamente con otro proyecto de ley cuyo ponente y autor era mi papá, que fue la ley 26 del año 59.

Ahí se confrontaron esas dos visiones de desarrollo rural. Entonces, yo llevo en mis espaldas no solo una larga tradición de lucha por estas ideas en las que creo, sino que además estoy convencido de que sería o muy cobarde o muy inconsecuente no seguir  batallando por lo que durante tanto tiempo hemos luchado. (Lea: Gremios ganaderos de Colombia respaldan la labor de Lafaurie)

Y mire que la historia nos ha dado la razón… Mientras que la ley 26 del 59 fue una ley que creó el Banco Ganadero, los fondos ganaderos, que alcanzaron a tener el 20% de los fondos de todo el hato colombiano. La ley 26 generó una cantidad de instrumentos de desarrollo al sector rural a través del crédito, los fondos de financiamiento, etc., en tanto que la ley 135 del 61 fue un desastre, por lo menos para quienes tenemos una visión de desarrollo rural real sin efectos demagógicos.

En donde se repartió tierra,  después el Estado abandonó a los campesinos y terminaron siendo guetos en donde algunos vendieron y otros terminaron en una pobreza espeluznante.

RPM:¿Podríamos decir que si usted llega a ser candidato y llega a ser presidente gobernaría en las ideas de Álvaro Gómez?

JFL: Un día le decía al presidente Uribe: “mire yo nací al lado de Álvaro Gómez y mi papá fue senador con él en el 58, con una relación de amistad muy profunda y muy cercana, tanto como con Enrique Gómez. Enrique para mí sigue siendo como un tío con el cual nos vemos con frecuencia.

Entonces, me veo en una relación más filial que política porque crecí al lado de ellos”. Al lado del doctor Gómez estuve muchísimo tiempo, por eso fui director de Síntesis Económica…

En fin, creo que aprendí a valorar la postura siempre erguida y no transaccional de Álvaro Gómez, porque tenía unas convicciones muy profundas sobre el quehacer político, y sobre casi todos los ámbitos de la vida. Aún siendo Álvaro Gómez muy diferente a Álvaro Uribe, yo no he tenido que cambiar una sola convicción, una sola idea política de fondo habiendo crecido al lado de Álvaro Gómez  y habiendo tenido la oportunidad de hacer política con el presidente Uribe en los últimos diez años.  Es decir, no ha habido un transfuguismo en nada.

Y, con el respeto al presidente Uribe digo que Álvaro Uribe es mucho más conservador para muchas cosas que, incluso, el propio Álvaro Gómez. Aún más sociológicamente hablando, el uribismo es conservador. En consecuencia, si algún día llegara a la Presidencia, que no le quepa la menor duda que yo soy de aquellos que gobiernan con sus ideas y su convicciones muy diferente a aquellos otros que gobiernan libreteado por las encuestas. Yo no sería capaz de hacer una cosa que realmente mi convicción no me lo permitiera. (Lea: Lafaurie y De La Calle hablan de la paz y el campo colombiano)

RPM: En la eventualidad de que usted llegue a ser presidente de la República, ¿qué pasaría con el campo colombiano?

JFL: Pues mire Ricardo, yo sí creo que las posibilidades reales que tiene Colombia en el siglo XXI, en cuanto a ser un país desarrollado, no están dadas ni en el sector industrial ni en los otros sectores de servicios, incluso en el tema minero.

Hoy en día Colombia es un país que tiene una oferta importante, pero como todas las cosas de recursos no renovables estos se agotan. En cambio hoy los grandes temas de la humanidad son los temas agroalimentarios, la sustitución de combustibles fósiles, y los asuntos que están asociados con el calentamiento global.

El desarrollo sustentable que un país como Colombia puede hacer le podría permitir tener unos decibeles de desarrollo muchos más altos; Brasil, después del ajuste de Cardozo, en solo 30 años, se convirtió en un jugador de talla mundial y hoy es el mayor productor y exportador de siete de los diez principales comodines del sector rural a nivel global.

El hemisferio occidental ha corrido con mejor suerte en la economía del mercado, a diferencia de lo sucedido con oriente, a China le falta incorporar 560 millones de seres a los mercados, a India le faltan cuatrocientos o quinientos y, en consecuencia, el mundo hoy en día tiene fácilmente más de mil quinientos millones de seres que tienen infra consumo en materia alimentaria. (Lea: Hay déficit de financiamiento e inversión en el campo, según Lafaurie)

Entonces, imagínese un país tropical como el nuestro, con buenos suelos (poco menos de lo que la gente cree) pero tenemos buenos suelos, con agua, con una biodiversidad gigantesca, generando un desarrollo en el largo plazo en el sector agropecuario…

Créame que creceríamos las tasas muchísimo más altas que lo que eventualmente se podrían lograr en un sector agroindustrial que requiere una inversión por punto de incremento en el PIB muchísimo más alta que en el sector agroalimentario.

Además usted ve países industrializados como Inglaterra, Estados Unidos, Europa en términos generales, que llevan trecientos años con unas inversiones que han tenido un impacto de capital en la población bruto muy alto. ¿Cuándo Colombia podrá alcanzar a hacer esas inversiones en el sector agroindustrial..? Muy difícil. La poca industria nuestra es una industria medianamente obsoleta, China se está llevando hoy en día prácticamente todos los flujos de inversión del mundo y, en consecuencia, esas ventajas competitivas no están dadas para nosotros; nosotros tenemos que aprovechar una ventaja comparativa por ubicación geográfica que no la tienen aquellos que están por encima de los Trópicos de Cáncer y de Capricornio.

“Se tiene que abrir paso una gran coalición de centro derecha colombiana representada por el partido conservador y por el partido político del presidente Uribe”

RPM: De acuerdo Dr. Lafaurie, pero sabemos que el mayor problema del campo es que los productores están mal ubicados en la cadena, y quienes realmente ganan son los intermediarios ¿Cómo podría solucionarse eso?

JFL: Lo que usted dice es totalmente cierto. Y eso se puede solucionar de mil maneras. Desgraciadamente el sector agropecuario, especialmente el mío -el ganadero, terminó integrándose en las cadenas en un punto que está más próximo al consumidor, hacia atrás.

Usted ve que los supermercados terminan comprándole ganado, maquilando su sacrificio, y disponiéndose al consumidor final. En cambio el productor primario no se ha integrado hacia delante, que ha sido la gran apuesta; este tipo de imperfecciones en el encadenamiento productivo son muy fácilmente rompibles: y es creando las condiciones para que se encadenen de abajo hacia arriba y no como lo están haciendo hoy en día.

Yo soy de los que creen que Colombia tiene una gran posibilidad a nivel de desarrollo rural, por supuesto si este desorden que nos está creando los diálogos en la Habana no termina por sepultar las pocas esperanzas que todavía hay como consecuencia del modelo de desarrollo.

RPM: Regresemos al tema de los diálogos en La Habana. ¿Qué pasará con las Farc, si usted llega a ser presidente?

Creo que aquí lo que hay que aplicar es la Constitución y la Ley. Yo no negociaría en ningún caso el ordenamiento jurídico colombiano. Al criminal hay que enfrentarlo con las instituciones que los Estados democráticos tienen. (Lea: "El proceso de paz no va para ningún lado": José Félix Lafaurie)

Con justicia y con fuerza pública y, claro, el día que se convenzan de que ese no es el camino y eventualmente quieran someterse a la justicia, habrá para ellos un espacio para que se pueda dar ese tipo de circunstancias, pero yo nunca negociaría la ley con unos criminales.

RPM: ¿Eso aplicaría a todos los grupos alzados en armas ilegales?

Claro, es que yo hago una pregunta, Ricardo:  Mire, aquí somos 47 millones de colombianos de los cuales la inmensa mayoría tratamos de cumplir unas reglas mínimas de convivencia que son las normas, las leyes, entonces ¿cuál es la razón para que 8.000 narcoterroristas más 8 o 5.000 más de bandas criminales terminen por someter al resto de la sociedad al imperio de sus intereses…?

Creo que ese es el comienzo para que un Estado democrático con dificultades en proceso de construcción, en vez de avanzar en un camino civilizado eventualmente termine fracturándose. (Lea: “No soy enemigo de las Farc”: José Félix Lafaurie)

RPM: Doctor Lafaurie, ¿Cuál es su posición respecto a las cortes internacionales, al fallo de La Haya, por ejemplo?

JFL: Muy sencillo. Aquí hay dos cosas que son de fondo, creo que Colombia en principio ha tenido una propensión a aceptar todo este tipo de instituciones multinacionales para poder dirimir  todo tipo de conflicto, como es el tribunal de La Haya, como es el tribunal de la corte internacional, etc., como lo han hecho una parte sustantiva de las naciones que están vinculadas a la ONU.

En consecuencia, si tu firmas un tratado que además es supraconstitucional, estás obligado a cumplirlo. 

Por ejemplo ahora con el tema de las negociaciones con las Farc, es evidente que Colombia no podrá violentar el Tratado de Roma para poder indultar o amnistiar los delitos de lesa humanidad.

En el caso de La Haya me parece que hay un tema que hay que revisarlo con mucho cuidado porque es evidente que este tribunal terminó fallando políticamente y no en derecho. Cuando uno analiza la decisión del tribunal y cuando uno mira la misma jurisprudencia del tribunal se alarma de la decisión que finalmente toman. En consecuencia, el alma nacional terminó siendo lacerada de manera muy profunda.

Por consiguiente yo también soy de los que cree que el Gobierno se ha demorado mucho en aceptar el fallo y me parece que está extendiendo demasiado los tiempos, para ir progresivamente aceptando a regañadientes lo que allí se establece.

RPM: ¿Su posición frente a Venezuela, y cómo lo percibe siendo usted procedente de un departamento que está directamente afectado, como es la Guajira?

JFL: A mí a veces me avergüenza lo que está pasando con Venezuela.  A mí me parece que Chávez y Venezuela terminaron rompiendo el instrumento que estaba construido para el hemisferio, como era la OEA, para poder garantizarle a todos estos países un arreglo democrático.

Chávez y Venezuela terminaron creando una cantidad de organismos supranacionales para confrontar a la OEA, la debilitaron, (UNASUR, ALBA) etc… Y eso terminó por generar una nueva institucionalidad que es ajena a los principios de la Carta Democrática. Yo no creo que Venezuela sea hoy en día una democracia, ni siquiera una democracia con dificultades cómo puede ser la nuestra. Allá hay elecciones que es la única cosa que eventualmente la acomoda para poder justificar lo que internamente está sucediendo, pero el chavismo tomó todos los poderes públicos, allá no hay división de poderes públicos. (Lea: “La ganadería es la cenicienta del sector agropecuario”: Lafaurie)

Es para escandalizarse cuando un Presidente de la Corte terminó diciendo cómo al Gobierno los Nules le decían a quién había que meter preso,  y cómo la Corte Suprema y el aparato judicial terminaron judicializando a aquellos que eran incómodos para el régimen.

Y así se ve en el resto de los casos, se expropian bienes, se toman decisiones en materia económica sin que haya un respeto por las instituciones que tengan competencia; entonces usted está frente a un caso que es muy difícil y a eso además sume los grupos terroristas que pululan.

Allá está la ETA, Hezbolá, los que permiten eso ha logrado que el Estado venezolano no funcione como debería. Allá también están las Farc, y eso ha sido para Colombia una circunstancia que le ha impedido avanzar en derrotar este grupo criminal ya que esos terroristas han usado siempre la frontera como una bisagra desde donde se repliegan para poder seguir golpeando nuestra democracia.

Con el Gobierno de Venezuela la capacidad de acción de la fuerza pública se disminuye porque las Farc son inmunes allá. Cometen todo tipo de actos, secuestros, atentados, extorciones en la Guajira, en Norte de Santander, en Arauca, y tienen la frontera del otro lado simplemente para proteger sus actividades. Mientras que Venezuela no sea un régimen democrático respetuoso de las libertades y los derechos de sus ciudadanos, es muy difícil que realmente haya posibilidad de derrotar la criminalidad en Colombia.

RPM: Dos últimas preguntas doctor Lafaurie, hay quienes dice que el gran pecado del presidente Álvaro Uribe fue haberle dado el guiño a Juan Manuel Santos y que el suyo fue haberle dado ese guiño a Mario Iguarán para ser fiscal general de la nación, ¿Qué puede decirnos al respecto?

Lo que puedo decir es que, en su etapa, cuando fue viceministro de justicia y por consiguiente presidía la junta de la superintendencia de notariado y registro, donde yo era superintendente, a mí me parecía un abogado competente y mis relaciones con él fueron unas relaciones profesionales.

Nunca intimé con él. Cuando llegó a la fiscalía – y ni más faltaba que yo lo hubiera puesto allí- con el correr de su propia administración tuve diferencias en el enfoque que le estaban dando a determinados temas, y lentamente me fui distanciando hasta el extremo que tengo muchísimos años de no cruzar una sola palabra con el doctor Iguarán. (Lea: “Aplaudo decisión valerosa de Lafaurie de no negociar con terroristas”, Álvaro Uribe)

Uno tiene derecho a equivocarse, pero creo que en este caso el doctor Iguarán le quedó debiendo mucho al país… Es que había una gran esperanza en su gestión.

RPM: La ultima doctor Lafaurie ¿Qué se necesita para que Colombia vuelva a tener un presidente costeño?

Que voten por él. La democracia es la única cosa que hace posible una Presidencia. El electorado colombiano debe votar por un candidato que realmente interprete el sentido de la mayoría de los ciudadanos. (Lea: "No será fácil reelegir la política de paz de Santos”: Lafaurie)

No sé si todo este ejercicio o toda esta dinámica eventualmente pueda conducir a que mi nombre se plantee como una opción seria para hacer una candidatura. Si ese trance se me permite, seguiré hablando de aquellas cosas que realmente el país espera de quien maneje o conduzca una nación que, como la nuestra, está pasando otra vez unas circunstancias que no son fáciles.

RPM: Perdone mi insistencia. ¿Si usted fuera candidato lo haría por el partido del doctor Álvaro Uribe o por el Partido Conservador?

Yo tengo una extracción conservadora y le repito: yo trato de corresponder a mis propias convicciones. Yo no podría no ser candidato más que del partido conservador pero, para bien, creo que el conservatismo, desde el punto de vista político, desde el punto de vista sociológico es uribista.

Es más, si el partido conservador toma la determinación de no acompañar este proceso político con Uribe me temo que la suerte del partido pueda no ser la mejor de todas.  Por eso soy de los que cree que, como conservador, lo que realmente se tiene que abrir paso es una gran coalición de centro derecha colombiana representada por el partido conservador y por el partido político del presidente Uribe que, como es bien conocido, es una persona que participa de una cantidad de ideas y de valores que están en el corazón del partido conservador.