logoHeader
Vacas sobrevivieron en una isla desierta

Foto: Rhonda Looper

Durante décadas, la existencia de este rebaño pasó desapercibida. Fue solo hasta los años noventa cuando investigadores pusieron sus ojos en este fenómeno.

tendencias

¡Sin explicación! Vacas aisladas vencieron a la genética y sobrevivieron 100 años

por: Angie Barbosa- 31 de Diciembre 1969

Un rebaño surgido de apenas seis ejemplares logró prosperar durante más de un siglo en condiciones extremas. Su genética reveló claves inesperadas sobre la evolución, antes de ser eliminado por razones ambientales.

Un rebaño surgido de apenas seis ejemplares logró prosperar durante más de un siglo en condiciones extremas. Su genética reveló claves inesperadas sobre la evolución, antes de ser eliminado por razones ambientales.


En la pequeña isla deshabitada de Ámsterdam, un territorio francés situado a medio camino entre Madagascar y Australia, un hallazgo desconcertante cambió la forma en que la ciencia entiende la genética bovina.

Allí, en un territorio azotado por vientos intensos, sin fuentes permanentes de agua y con un suelo poco fértil, un grupo de vacas logró sobrevivir durante más de un siglo sin contacto con el mundo exterior; así lo señaló el medio Gizmodo. (Lea en CONtexto ganadero: La raza bovina salvaje que es más rara que los osos panda)

Todo comenzó en 1871, cuando el colono francés Heurtin se instaló con su familia en la isla con la intención de fundar una granja. Junto a sus cultivos, desembarcó también seis vacas, en lo que parecía una empresa condenada al fracaso. Tras pocos meses, las condiciones del lugar obligaron al grupo a retirarse, dejando atrás a los animales.

Contra todo pronóstico, esos seis ejemplares no solo sobrevivieron, sino que iniciaron una población que llegó a contar con alrededor de 2.000 cabezas hacia mediados del siglo XX, desafiando principios fundamentales de la biología.


Paradoja científica


Durante décadas, la existencia de este rebaño pasó desapercibida. Fue solo hasta los años noventa cuando investigadores pusieron sus ojos en este fenómeno.

Lo que encontraron fue una contradicción genética: lejos de presentar los efectos negativos asociados a la endogamia (esperables en poblaciones pequeñas y aisladas), las vacas de Ámsterdam mostraban una salud notable y escasos signos de enfermedades hereditarias.

El análisis reveló la existencia de un fenómeno poco común conocido como “purga genética”, por medio del cual las mutaciones dañinas se eliminan naturalmente del ADN con el paso de las generaciones.

Además, la composición genética del rebaño arrojó una combinación inusual: 75 % de raza jersey —resistente a climas oceánicos— y 25 % de cebú, un tipo de ganado robusto, adaptado a regiones tropicales. (Lea en CONtexto ganadero: El curioso fenómeno de la autoamamantación en las vacas)


Lección para la ganadería


Álvaro Correa, zootecnista y ganadero, considera que esta historia tiene un valor profundo para el campo de la producción animal.

“El caso de las vacas de la isla de Ámsterdam es una lección viva (y perdida) sobre adaptación, selección natural y manejo genético no dirigido”, afirmó Correa.

Desde su punto de vista, lo ocurrido en la isla pudo aportar conocimientos valiosos sobre rusticidad, equilibrio genético y evolución adaptativa en condiciones extremas.

“Lo más sorprendente no es solo que sobrevivieron, sino que prosperaron”, agregó. (Lea en CONtexto ganadero: 10 curiosidades que posiblemente usted no sabía sobre las vacas)

El ganadero señala que La historia de estas vacas plantea interrogantes profundos. ¿Es posible que ciertos animales, bajo presión ambiental extrema, desarrollen soluciones genéticas espontáneas para sobrevivir?

Lo que es seguro es que estas vacas desafiaron las reglas conocidas de la biología. Sobrevivieron donde era casi imposible, se adaptaron sin ayuda y lograron una salud genética admirable. Y aunque ya no existan, su legado vive en los laboratorios.

Las muestras conservadas aún pueden ofrecer pistas sobre cómo opera la evolución en condiciones extremas y, quizás, dar claves para un futuro más resiliente en la ganadería.