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Foto: maximotres.wordpress.com

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La marcha atrás: productor abandonó la ganadería por culpa de La Niña

Por - 28 de Febrero 2023


Álvaro Velásquez era un ganadero próspero de la Depresión Momposina que trabajaba la tierra heredada por su padre. Sin embargo, cuando llegó la ola invernal hace 7 años, todo su esfuerzo se vino al piso en cuestión de días.   La tragedia   Álvaro Natalio Vásquez Arévalo había heredado un rancho de su padre, a las afueras del municipio de Mompox. Allí tenían varios animales entre vacas, cerdos y pollos que adquirió una vez se pensionó como funcionario de Electricaribe.   En octubre de 2010, cuando comenzaron las torrenciales lluvias, el propietario de la finca no se imaginaba lo que sucedería más adelante. Fue en cuestión de unas horas cuando el agua del río Magdalena se desbordó y se llevó todo a su paso.   “Yo perdí una cantidad de animales y el terreno se lo vendí a una hermana, vecina mía, porque no quedé con ganas de seguir trabajando en la ganadería porque me afectó muchísimo”, dijo. (Lea: Ganaderos del país no están preparados para el fenómeno de La Niña)   En aquel octubre, Vásquez sacó a su ganado hacia las 6 de la tarde y caminó con él durante varios kilómetros para atravesar el río Magdalena. Con el pasar del tiempo, los bovinos empezaron a dar señales de cansancio y a las 9 de la noche varios se echaron al suelo cuando caminaban sobre un puente.   El ganadero dejó a una persona vigilando a los semovientes, confiado en que volvería a verlos al día siguiente. Sin embargo, cuando regresó muy puntual para ver cómo seguían, lo recibió la desagradable sorpresa de que habían sido arrastrados por el río desbordado.   El boquete del jarillón ubicado en el municipio de Hatillo de Loba fue la entrada del enorme torrente de agua que inundó toda la zona. Perdió 22 reses, entre esos 4 terneros, y en su finca se murieron otros tantos cerdos, varias gallinas y 2 caballos.   No solo su finca se inundó, sino también su propia casa en el casco urbano del pueblo junto con las demás casas del barrio León Faciolince y los otros que se encuentran cerca de la carretera. (Crónica: 3 historias luego del pasado fenómeno de La Niña)   “Se contrataron 2 canoas y velábamos de noche. Unos salieron a buscar auxilio hacia el centro de Mompox donde se alquilaron algunas casas. El resto se quedó viviendo en sus propias viviendas, haciendo tambos. Se volvió una cuestión invivible”, declaró.   Clamor por las ayudas del Gobierno   Vásquez sostuvo que no han recibido ninguna ayuda del Estado desde esa época. Cuando ocurrió la tragedia, el Gobierno ofreció dinero para los damnificados a través del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de desastres y el programa Colombia Humanitaria.   Los damnificados debían dirigirse a las alcaldías de cada municipio para registrarse y solicitar la información sobre las ayudas a las que tenían derecho. Vásquez hizo lo propio y se presentó ante el ayuntamiento de Mompox pero, según él, el mandatario local no reportó las víctimas.   En efecto, en aquel entonces surgió una controversia porque varios pobladores del sector de Los Piñones denunciaron que no estaban recibiendo ayudas y el mandatario tuvo que desmentir esas afirmaciones, mas nunca se comprobó si las recibieron. Según el habitante del barrio León Faciolince, no llegaron ni en 2011 ni en los años siguientes.   “Cuando dijeron que iban a dar $1 millón 500 mil, nadie de los 24 corregimientos de Mompox pudo cobrar un peso, porque el alcalde no llevó los documentos a tiempo. Eso fue un lío”, contó. (Lea: Ganaderos de Mompox denuncian abandono del Gobierno)   Con el tiempo, las aguas cedieron y los predios se secaron. Fue así como los habitantes de la depresión momposina se dieron cuenta de la causa de un desastre natural del que aún no han podido recuperarse.   Los residentes identificaron 3 puntos críticos en el jarillón, que al día de hoy siguen prácticamente abiertos. El primero está en la finca del señor Jairo Palencia, que tiene un boquete de 300 metros de extensión. El segundo está en el predio del señor William Tamayo, con una longitud de 600 metros.   El tercer boquete, de tamaño similar, se encuentra en el rancho del señor Diomedes Arévalo. Las 3 grietas provocaron la inundación de la isla de Mompox, perjudicando al 95 % de la población de la zona.   Vásquez aseguró que estas grietas aún no han sido reparadas. (Lea: Productores de Bolívar piden reparar dique para evitar inundaciones)   Fabiola Badrán Troncoso, presidenta de la Asociación de Ganaderos de la Depresión Momposina, confirmó que los boquetes aún no han sido reparados y que son los mismos habitantes los que deben hacerlo.   “Nosotros pagamos para hacer el jarillón. Compramos los sacos de arena y le pagamos a la gente y todo lo que se necesitaba en la jornada para poner los sacos. Hasta la misma Policía colaboró, en un momento en que estuvo tan desesperante la situación. Nosotros nos gastamos como $6 millones”, dijo.   ¿De vuelta a la normalidad?   Después de la tragedia, Vásquez se dio cuenta de que no prosperaría en la actividad pecuaria. Por un tiempo se dedicó a levantar animales para venderlos pero entonces comenzó el verano intenso y ya no tuvo pastos ni suplementos para alimentarlos.   El productor se convenció de que la ganadería no era rentable y prefirió abandonarla por completo. Hoy en día, tiene 62 años y con la pensión que recibe sostiene a su esposa, a una hija y a su nieto de 16 años. Hoy funge como presidente de la junta de acción comunal del barrio León Faciolince.   “Nos quedamos esperando que el Gobierno Nacional, el gobierno departamental y los municipales hicieran algo por las poblaciones que estaban afectadas en ese momento. Al contrario, nos dieron la espalda”, afirmó Vásquez.