Incomprensible la indolencia de la industria procesadora, señala la CGL

Frente al incremento en el precio base del litro de leche, que en días pasados anunció el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural; la Cámara Gremial de la Leche (CGL) hizo las siguientes consideraciones

En la coyuntura actual los ganaderos sufren los rigores del cambio climático, que les han generado bajas en la producción que pueden llegar a ser del 45% al 47% de la producción y un aumento de los costos de producción por incremento en los precios de las materias primas, la suplementación y la energía.

Si bien es cierto, el incremento autorizado llega como un paliativo a la situación que vivimos, éste será temporal y con seguridad absorbido por alzas en los insumos importados propiciados por la depreciación de nuestra moneda, señala Vcicto Manuel Fajardo, presidente de la CGL.

Resulta entonces incomprensible la indolencia de la industria procesadora, que rechaza este incremento y que quiere construir competitividad sobre la espalda de nuestros campesinos productores a expensas del precio de la leche pagado al productor.

El sector lácteo nacional, no debe ser analizado desde la perspectiva simplista de los criterios del libre mercado y la competencia; entre otras cosas porque el Estado Colombiano no ha podido propiciar las condiciones para que el sector primario pueda responder con éxito a esta competencia.

Dejar el sector al albur de los influjos de los acuerdos comerciales negociados y por negociar, desconocer que la producción de leche es un factor estabilizante y regulador de la economía campesina de subsistencia y someter al productor a producir con precios sin control serían los detonantes de una recomposición absoluta de la estructura productiva con impactos negativos tanto sociales como demográficos que esto supone indefectiblemente.

Si el país quiere que los campesinos sigan poblando sus territorios, y produciendo los alimentos que nos proveen la tan necesaria seguridad alimentaria, no puede arrancarle de sus entrañas a los bovinos que le acompañan y le sostienen.

No sobra recordar, que en los últimos 20 años el precio de compra de la leche al productor en pesos corrientes se ha mantenido constante e incluso ha disminuido, así como en pesos corrientes los incrementos han sido inferiores a inflación y siempre menores al incremento porcentual del precio final al consumidor ahí sí, afectando permanente los niveles de consumo interno.

Enhorabuena, el gobierno nacional devuelve algo de las inequidades acumuladas durante los últimos años en el precio base del litro de leche pagado al productor nacional.

Urge si, que corrijamos ineficiencias de la cadena, no solo de la producción primaria, sino en procesos de acopio, transporte, distribución y procesamiento en donde la industria colombiana tiene un costo de más de un 39 % por encima de costos internacionales y como cadena, armonicemos nuestros propósitos teniendo como premisas fundamentales propiciar una actividad sostenible, proveer al consumidor un producto de alta calidad y al alcance de los sectores sociales menos favorecidos, defender la producción nacional y trabajar unidos para consolidar una visión de cadena que nos permita abordar los retos que nos presenta un futuro ya inmediato.