Aunque no es una técnica novedosa y lleva más de 40 años en el mercado, es una alternativa que trae muchas ventajas por cuenta del mejoramiento genético acelerado que se logra mediante el uso correcto de esta tecnología.

Flavia Morag Elliff, médica veterinaria y especialista técnica en Salud Animal en Comercio Exterior de para Ourofino explicó que al pensar en las tecnologías reproductivas que existen actualmente, hay dos que son las más utilizadas: la Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) y la transferencia de embriones. (Lea: La transferencia de embriones, tan fácil como la inseminación artificial)

Con la primera se logra acelerar la ganancia genética de los machos, ya que se hacen inseminaciones con semen de machos comprobados; mientras que en el segundo caso se tiene la oportunidad de multiplicar en gran escala, tanto la parte paterna como materna.

Durante su explicación, Elliff sostuvo que otro beneficio de la transferencia de embriones se da a la hora de aplicar este proceso en determinada época del año. En el caso de la inseminación artificial, para lograr éxito en la técnica, se necesita que la hembra que va a ser inseminada tenga un ovocito de alta calidad para que este pueda ser fertilizado.

“Cuando pensamos en temporadas de alto estrés térmico, esto puede ser un desafío porque la temperatura ambiental puede comprometer el ovocito”, expresó. (Lea: ¿Cómo implementar la transferencia de embriones en su finca?)

Mientras que en el caso de la transferencia de embriones, es una técnica que se puede utilizar como estrategia para superar los desafíos ocasionados por la alta temperatura ambiental. Es decir, se pueden producir los embriones en un momento del año en el que no se tengan los efectos del estrés térmico, como es el caso del invierno, para que la calidad de los embriones sea la mejor y adelantar la transferencia en la temporada cálida, superando así el desafío que es la realidad de la inseminación artificial en momentos de altas temperaturas.

Posibilidades a la hora de producir embriones

De acuerdo con la experta, es posible hacerlo in vivo o in vitro. En el primer caso se basa en adelantar un protocolo hormonal en las donadoras, muy parecido al de IATF, para que la hembra tenga una ovulación sincronizada, pero durante este proceso se va a aplicar una hormona denominada FSH que es la encargada de estimular los folículos en el ovario y así lograr la ovulación de varios folículos.

Se realiza la inseminación de la hembra y con esto se obtiene la formación de varios embriones, para terminar con un lavado uterino, recolectar los embriones y posteriormente transferirlos en cada una de las receptoras escogidas. (Lea: ¿Cuánto vale producir un embrión bovino?)

La otra alternativa es la producción in vitro, en donde se aplica la aspiración folicular guiada por ultrasonografía en donde se van a recolectar los ovocitos de las donadoras, se llevan al laboratorio para que sean fertilizados y convertise en embriones, que posteriormente son transferidos a las receptoras.

“Las dos alternativas funcionan muy bien. Durante muchos años la transferencia in vivo fue la más utilizada porque producía embriones de mayor calidad, pero actualmente tenemos un ‘boom’ de la técnica in vitro porque en muchos laboratorios se trabajó para mejorar la calidad del medio de cultivo, logrando que ese material sea muy similar al que se producía in vivo”, destacó.

Tenga en cuenta…

A la hora de aplicar la técnica de transferencia depende si se va a hacer aprovechando el celo natural, pero se puede lograr una sincronización como se hace con la IATF, pero que se conoce como la Transferencia de Embriones en Tiempo Fijo (TETF). (Lea: ¿Cuál es el método de reproducción que más le conviene a su ganadería?)

Se sincronizan las receptoras aplicando Benzoato de Estradiol (Sincrodiol) y un dispositivo de Progesterona (Sincrogest) al día 0, se deja el dispositivo dentro de la hembra durante ocho días, al día 8 se retira, para posteriormente aplicar Prostaglandina (Sincrocio), Cipionato de Estradiol (SincroCP) y la eCG (SincroeCG), y al día 17 del protocolo se hace la transferencia de los embriones.

Cuando se hace en la IATF se hace el mismo protocolo, pero al día 10 se adelanta la inseminación y con la transferencia es exactamente igual, pero en este caso se realiza al día 17.

Para Elliff es fundamental tener claro que lo que se va a transferir es un verdadero ‘tesoro’, porque es un trabajo extenso para producirlo, por lo que si no se selecciona bien las hembras que se van a recibir ese material genético, la técnica no va a lograr el éxito deseado. (Lea: Conozca cuáles son los protocolos de transferencia de embriones)

Recomendó escoger una hembra de buena condición corporal, porque la reproducción va de la mano con la nutrición, por lo que de ahí será posible lograr una buena sincronización y una buena respuesta al protocolo.

“Es vital que la reproductora esté al día en materia sanitaria y control de enfermedades reproductivas, porque esto puede provocar abortos, por lo que se recomienda una vacuna reproductiva antes de iniciar el protocolo. Incluso Ourofino tiene en el mercado un producto denominado Supravac LCH, que se recomienda aplicar antes del protocolo”, dijo.

Esta vacuna debe ser aplicada en dos dosis en animales que aún no fueron inmunizados. El protocolo de aplicación es: aplicar la primera dosis, después de 30 días inyectar una dosis de refuerzo y hacer una revacunacion semestralmente. (Lea: Transferencia de embriones: al alcance de pequeños ganaderos del país)

Es importante que el cuerpo luteo de la hembra esté en buen estado para que la hembra tenga una buena implantación del embrión. Por eso es tan importante usar la eCG (SincroeCG) al día 8 de iniciado el protocolo para garantizar un mayor crecimiento folicular y posteriormente un cuerpo luteo de mayor tamaño, con mayor producción de progesterona.

Tenga en cuenta estos aspectos y logre los éxitos deseados durante el proceso de transferencia de embriones.