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Control biológico, una estrategia tan sostenible como rentable

Por - 16 de Enero 2019

Utiliza enemigos naturales de plagas y enfermedades en las plantas y suelos para reducir su impacto, lo que implica usar tres veces menos de sustancias químicas, con el mismo rendimiento y un costo menor.


Utiliza enemigos naturales de plagas y enfermedades en las plantas y suelos para reducir su impacto, lo que implica usar tres veces menos de sustancias químicas, con el mismo rendimiento y un costo menor.   De esa manera explican investigadores del INTA Oliveros, Santa Fe una de las ventajas del control biológico (CB).   Señalan que el CB de plagas resurge como una alternativa a la sustentabilidad, a la vez que estrecha la relación de la humanidad con la naturaleza al punto de conocer las características de ambientes, cultivos e interacciones biológicas y comprender los ciclos productivos.   Se trata de un método de control que mediante el uso de los controladores naturales se logra disminuir y hasta anular el impacto de las plagas y enfermedades en las plantas y suelos.   Si bien esta estrategia no es una técnica innovadora ni moderna, los especialistas coinciden en que se trata de una alternativa beneficiosa y en auge que permite reducir el uso de insumos químicos y bajar, así, la contaminación ambiental, señala la nota del INTA que reúne una serie de opiniones de especialistas de dicha entidad.   No tiene ningún efecto colateral   “Por lo general, no tiene ningún efecto colateral sobre otros enemigos naturales, no genera resistencia, evita la aparición de plagas secundarias o su resurgimiento –algo que suele suceder con los manejos preventivos y tempranos tradicionales– y no produce desequilibrios en los ecosistemas”, señaló afirmó Juan Carlos Gamundi –entomólogo del INTA Oliveros, Santa Fe–, al destacar las numerosas ventajas de esta estrategia de control.   “Mediante el control biológico, en algunas producciones, se alcanzan los mismos rendimientos que con los insecticidas químicos, pero con tres veces menos de principios activos y de impacto ambiental, además de un costo reducido”.   A su vez, la relación costo beneficio es muy favorable. “Se han hecho estudios a escala mundial en los que se muestra que el retorno con técnicas de control biológico es de 30 a 1, cosa que no sucede con los insecticidas químicos”, indicó el entomólogo.   Numerosas funciones   Para Laura Gasoni –especialista en control biológico de INTA que estudia el tema desde hace ya dos décadas–, “el progreso en la implementación de metodologías de control biológico revela las numerosas funciones de los antagonistas para reducir el nivel de inóculo patogénico, proteger a los cultivos de la invasión de patógenos o estimular el crecimiento vegetal”.   No es una técnica infalible   Así lo sostiene Viviana Barrera –especialista en micología del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del INTA Castelar–, quien explicó: “No es un control absoluto, como el químico”. A pesar de ello, “permite jugar con muchas variables, algo que con una sustancia química es imposible porque hay una única fórmula que se aplica a todo por igual”.   A este respecto Gamundi indica que se trata de una técnica “con limitaciones”, y su aplicación práctica no es tan efectiva ni sirve para controlar a las plagas cuando superan el nivel de daño.   A modo de ejemplo, el entomólogo se refirió a los insectos plaga como las orugas en soja o las chinches que colonizan muy rápido el cultivo. “En estos casos específicos, las técnicas de control biológico no son eficientes”, reconoció.   “No hay secretos para adoptarla”, insistió el entomólogo quien no dudó en subrayar que el control biológico, a diferencia del control químico tradicional, requiere un amplio conocimiento de todas las variables que influyen en el agroecosistema.   Barrera fue más allá al asegurar que “se pueden seleccionar las cepas de microorganismos más eficientes para combatir ciertas enfermedades en vegetales, o bien combinarlas con otras cepas. A su vez, se las puede complementar con otras estrategias como la solarización, enmiendas o rotaciones. “El control químico, en cambio, tiene una única fórmula para todo”, especificó la técnica del IMyZA.   Se trata de un método de control que mediante el uso de los controladores naturales se logra disminuir y hasta anular el impacto de las plagas y enfermedades en las plantas y suelos.

Fuente: INTA. Control biológico, una estrategia tan sostenible como rentable