Reglamentación de jurisdicción agraria, a un paso de su aprobación total
PorCONtexto ganadero-11 de Diciembre 2024
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Por - 22 de Julio 2020
La carga animal en las fincas es un tema que se debe manejar con mucho cuidado porque este depende de la productividad de las pasturas y del tipo de animales que se encuentren en ellas, por lo que se debe analizar la relación carga y productividad animal.
La carga animal en las fincas es un tema que se debe manejar con mucho cuidado porque este depende de la productividad de las pasturas y del tipo de animales que se encuentren en ellas, por lo que se debe analizar la relación carga y productividad animal.
Juan Carlos Rojas, zootecnista y magíster de Producción Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia indica que la carga animal óptima depende de cada predio porque entran a jugar factores como el tipo de suelo, la especie forrajera, las prácticas de manejo como fertilización y control de plagas, así como las condiciones ambientales y el tipo de animales. (Lea: Número de vacas por hectárea se duplica en fincas tecnificadas)
Esos aspectos son los que generan que la carga animal ideal cambie en época de invierno, pues la productividad de las pasturas aumenta y esto permite mantener una mayor carga animal, mientras que en verano la oferta se reduce junto con la carga animal potencial.
Sin embargo, acorde con el experto “no es una buena práctica cambiar de carga animal constantemente por temas de mercado, es decir, si yo tengo una alta carga en verano y debo empezar a descartar animales porque no me alcanza mi oferta forrajera, lo estaré haciendo cuando el mercado está pagando a más bajo precio, pues habrá gran oferta de animales para la venta y muy pocos compradores”, expresa Rojas.
Así mismo sucede en invierno, pues si se quiere adquirir ganado para aumentar la carga de la finca, se estará en la época donde pocos querrán vender sus animales y muchos querrán comprar, por lo que los precios aumentarán. Por lo tanto, lo mejor es manejar el concepto de presupuesto forrajero y mantener una carga animal relativamente estable en la finca a través del tiempo que permita guardar alimento en las temporadas de invierno y ofrecerlo en las de verano para compensar la disminución del volumen del forraje que cree en la finca y así no se dependerá del mercado.
Costa Atlántica
Juan Esteban Zuluaga, administrador agropecuario de Córdoba, asegura que “lo principal que hay que tener en cuenta para organizar la capacidad de carga por hectáreas es el mejoramiento de praderas, por medio de abonos y preparación de suelos , para que al momento de la siembra se brinde un buen pasto adecuado a la zona en la que se encuentre”.
Se debe tener claro que factor climático influye mucho, pues dependiendo de dónde esté ubicado, las reserva de alimentos se convierten en un aliado al momento de disponer de heno o ensilaje para darle al ganado.
Zuluaga sostiene que “una finca promedio en Colombia con prácticas buenas sin tecnificar puede tener 1.5 animales promedio por hectárea, mientras que una finca tecnificada que suplemente, cuente con buenas pasturas y oferta de forraje para los animales, tiene una capacidad de carga que puede estar entre 3 hasta de pronto 4 animales”. Esto es un promedio año de invierno y verano, pues el factor climático sí varía demasiado, sobretodo en la zona del trópico bajo para los ganaderos que no están a orillas de los ríos. (Lea: Carga animal aumentó 400 % en la Orinoquía colombiana)
En el caso de las pasturas, la Brachiaria es un pasto que predomina en muchas parte de Colombia porque es muy resistente y rustico, por lo tanto pega casi en cualquier tipo de suelo, sin embargo cada zona del país tienen sus pastos adaptados.
“En el caso del Sinú, el Angleton y la Climacuna son los pastos que predominan, además de la Colosuana, pero para el lado del Urabá antioqueños, la panameña es un pasto muy invasivo”, dice el experto.
Este administrador agropecuario detalla que últimamente en la zona donde se encuentra en Córdoba, “están implementando el totumo, pues con el impacto ambiental, estamos dejando que los potreros se llenen más de esta planta, lo que nos ayuda con la capacidad de carga en el verano porque el ganado se come las hojas y cuando crece se come las frutas, lo que ha dado buenos resultados”, expone.
Altiplano Cundiboyacense
Ernesto González, zootecnista de la zona del Altiplano Cundiboyacense, manifiesta que “el verano e invierno para los productores que hacen buen manejo de praderas, no tiene porque afectar la capacidad de carga porque deben hacer durante el año un buen manejo de pasturas que lleve a que el ganadero sea sostenible, lo implica que tenga muy buenos niveles de fertilización y de abonos que se le apliquen a las praderas para que la disponibilidad de forraje sea adecuada para cualquier época del año”.
Las tierras del Altiplano Cundiboyacense son muy fértiles, por lo que el experto indica que pueden hacer rotaciones entre 6 a 8 cortes, pero si se hace introducción de pastos mejorados como los raigrases, el tiempo de rotación se acorta porque estos son más precoces. (Lea: Bajar la carga, solución simple y eficiente para afrontar el verano)
“Normalmente las rotaciones en esta zona pueden estar haciéndose entre los 45 y 60 días, por lo que la capacidad de carga por unidades de gran ganado, es decir por animales de 500 kilos, podrían estar sosteniendo alrededor de 3 animales por hectárea, dependiendo del grado de fertilización o abono que se le apliquen a las praderas”, concluye González.
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