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La inmunidad del hato es clave para mantener al ganado en optimas condiciones de salud.

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El papel clave que juega la salud del hato para la rentabilidad ganadera

Por CONtexto ganadero - 10 de Julio 2023

La inmunidad del hato es clave para mantener al ganado en optimas condiciones de salud.

La inmunización del hato y el análisis de la dinámica poblacional son dos factores clave a tener en cuenta.


Mantener la rentabilidad en la industria ganadera se ha convertido en un reto importante. El control de enfermedades es fundamental para lograr eficiencia en la producción, pero a menudo se descuida la salud del hato. Este artículo explora la importancia de la inmunidad de hato y la dinámica poblacional en el manejo de la salud integral del ganado, de acuerdo con un artículo publicado por el portal Genética Bovina.


La salud del hato

La salud del hato ganadero tiene un impacto significativo en la rentabilidad de la empresa, está interrelacionada con la eficiencia productiva, los costos de producción, la calidad del producto (carne o leche) y el mercado. Dos factores fundamentales a tener en cuenta son la dinámica poblacional y la inmunización del hato.


Dinámica poblacional

Esta dinámica contribuye al diseño de los programas sanitarios en el hato, ya que ayuda a comprender cómo se propagan las enfermedades en los diferentes grupos de edad, muestra el progreso de las estrategias de control y prevención, y explica que las respuestas a las prácticas de manejo se manifiestan como inmunidad del hato.

Como por ejemplo, el nivel de resistencia natural a enfermedades de un hato ganadero promedio. En un casohipotetico en el que la población del hato tenga una distribución normal, también conocida como Campana de Gauss, compuesta por al menos tres subpoblaciones dependiendo del nivel relativo de resistencia. La subpoblación A tendrá una resistencia baja, lo que la hace más susceptible a enfermedades, mientras que la subpoblación B tendrá una resistencia alta, lo que la hace más resistente. La mayoría de los animales del hato estarán en una subpoblación intermedia (subpoblación A+B) con un nivel de resistencia promedio.

Este análisis contribuye a evaluar el comportamiento del ganado en transmisión de enfermedades y de ese modo tomar medidas preventivas.


Inmunizar el hato

La inmunidad de hato se refiere a la resistencia de un grupo de animales para controlar una enfermedad debido a la presencia de una proporción de animales inmunes en ese grupo. Al utilizar vacunas y llevar a cabo programas de inmunización de manera constante, se producen varios efectos impulsadores de la inmunidad de hato. Uno de los efectos más evidentes es el desplazamiento de la campana hacia la derecha, lo que significa que habrá un mayor número de animales resistentes a la enfermedad, incluso cuando el nivel de desafío se mantenga constante.

Además, las vacunas también tienen un efecto indirecto al reducir la circulación del patógeno dentro del hato. A medida que se incrementa la resistencia de la población a una enfermedad específica año tras año, habrá menos individuos que puedan servir como hospederos o reservorios del patógeno, lo que disminuirá su circulación y aumentará el nivel de resistencia.

Es importante tener en cuenta que los niveles de resistencia y desafío en una población ganadera son variables y dinámicos dentro de cada individuo. Cualquier factor que rompa la estabilidad dentro del hato, como el clima, la alimentación, la introducción de nuevos animales o los reservorios naturales, puede llevar a que el desafío supere a la resistencia y se produzcan brotes de enfermedades.

Además de la vacunación, otros aspectos como el manejo, la nutrición y el nivel de producción también son clave para lograr un adecuado nivel de inmunidad de hato dentro de un programa integral de salud. A medida que aumenta la producción, también aumentan los riesgos potenciales y los requisitos para mantener la inmunidad de hato. Por lo tanto, es fundamental realizar un seguimiento del desempeño productivo como expresión de la salud integral del hato, junto con la implementación de buenas prácticas de manejo ganadero y una alimentación adecuada. Estos elementos son componentes fundamentales de la triada mencionada anteriormente.