"Hay que tener en cuenta a los nuevos consumidores para mejorar la producción de carne": experto

En un seminario virtual realizado en Argentina a finales de julio, los exponentes hablaron sobre diferentes temas relacionados la cadena de ganados y carnes pensado para los jóvenes. Una de las charlas trató sobre cómo producir carne pensando en el consumidor consciente de hoy en día.  

Uno de los participantes en el seminario fue el ingeniero Mayco Mansilla, magíster en Negocios y Agronegocios, quien en su charla titulada “Biología + Tics = agregado de valor + sustentabilidad + desarrollo regional” se refirió al concepto de bioeconomía aplicado a la ganadería.

De acuerdo con el también ingeniero agrónomo, la bioeconomía hace referencia al conocimiento y recursos biológicos con enfoque en la demanda, sustentabilidad y desarrollo territorial. (Lea: ¿Qué es eso de la bioeconomía que puede ayudar al cambio climático?)

La charla, reseñada en Perfil, continuó explicando que este concepto es más importante a medida que nos acercamos al año 2030, cuando la población mundial alcanzará los 8600 millones de habitantes, con una mayor proporción de personas en “clase media”.

Según Mansilla, estas personas buscarán comer mejor e incorporar más proteínas en su dieta. Sin embargo, “solo habrá 10 países que tendrán excesos de materias primas en cantidad y diversidad para alimentar al mundo”, entre esos los productores ganaderos como Argentina y Brasil.

Por ejemplo, en China, donde habitan uno de cada cinco habitantes del mundo, el consumo de carnes (cerdo, pollo y vacuna) pasó de 7 a 55 kilos por persona/año en las últimas 3 décadas. (Lea: Aspectos que tienen en cuenta los consumidores sobre la carne de res)

En ese sentido, como indicó el medio Agritotal, “la clase media china tiene el mismo poder adquisitivo que la clase media estadounidense” y están dispuestos a gastar un poco más para consumir productos de calidad o “que le den determinada información”.

Añadió que el consumidor de alimentos está “hiperconectado e hiperinformado”, donde una buena o mala impresión de un producto tiene influencia en su decisión. Además es exigente en calidad de producto y servicios, así como consciente y responsable de que consume.

Así pues, tener en cuenta estas particularidades a la hora de producir carne exige que se hagan con producciones orgánicas, que tenga una base pastoril, que los animales estén criados en condiciones de bienestar animal, que estén libres de antibióticos y que mitiguen emisiones.

"Empezamos a ver estos sellos, que tienen que ver con (…) el impacto ambiental, las normas de calidad en general, los productos orgánicos, incluso algunas que tienen que ver con denominaciones de origen, o con el comercio justo, aspectos religiosos”, detalló.

En esta medida, la industria cárnica tiene analizar bien a sus competidores, específicamente los fabricantes de proteínas vegetales, proteínas de insectos, que es un tema incipiente y culturalmente no está creciendo tanto, como sí los otros.

El otro punto, que es el que voy hablar estos últimos minutos, tiene que ver como usando las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y los servicios podemos gestionar todo lo que es la calidad de los procesos, la trazabilidad, la eficiencia y la sustentabilidad.

Finalmente, indicó que los desafíos que plantea la bioeconomía, de producir biomasa con valor, conocimientos y servicios, exigen al productor aplicar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), para gestionar aspectos como trazabilidad y sustentabilidad.

El seminario “Carne: agregado de valor con tecnologías exponenciales” fue organizado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) a finales de julio. (Lea: ¿Cuáles son los países que más consumen carne en el mundo?)