Ganadería sostenible
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La ganadería sostenible, alternativa de mercado para países andinos

Por - 30 de Enero 2023

La ganadería pastoril puede contribuir a la descarbonización y aumentar la productividad y eficiencia, particularmente en Bolivia y Colombia, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).


La ganadería pastoril puede contribuir a la descarbonización y aumentar la productividad y eficiencia, particularmente en Bolivia y Colombia, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En el estudio “Nuevos Horizontes de Transformación Productiva en la Región Andina”, el organismo internacional señala que se abre una oportunidad para explotar el potencial del sector de agricultura más allá de los productos tradicionales. Desde los productos de alto contenido nutricional, los “super alimentos” hasta la producción forestal y ganadera más sostenible, la región andina tiene el potencial de diversificar y sofisticar su oferta de productos así como optimizar su comercialización en los mercados internacionales y locales.

En Colombia, la ganadería bovina es de producción extendida e importancia económica, dado que el valor de la producción triplica a la del café con dos productos relevantes: la carne y la leche.

La productividad de estos productos es heterogénea en las regiones del país, mientras que los impactos ambientales se han mantenido relativamente bajos gracias a aumentos de productividad dinamizados por la reducción de tierras provenientes de la deforestación como porcentaje de la superficie de pastoreo. 

Para potenciar este sector resulta fundamental la atracción de inversión, cambio técnico y los aspectos sanitarios vinculados a los brotes de fiebre aftosa y otras enfermedades de importancia comercial. Para que su desarrollo tenga un bajo impacto ambiental es crucial incorporar tierras con menor biodiversidad y donde la actividad ganadera sea altamente productiva, sostiene el BID. (Lea: Una ganadería pastoril intensiva a través del sistema TechnoGrazing)

Entre tanto, indica que el modelo de expansión actual en Bolivia implica costos ambientales con un modesto crecimiento en la productividad. El país podría beneficiarse de inversiones en soluciones tecnológicas que permitan incrementar la eficiencia y la productividad en adición a una mejora en la innocuidad de toda la cadena productiva.

La clave para desarrollar este sector con una baja intensidad de emisiones consistiría en la incorporación de tierras de desmonte para la producción ganadera, mejorando la productividad mediante la optimización de la tasa de extracción y optando por dietas de menor emisión.

Así mismo, considerando criterios de sostenibilidad ambiental, el sector forestal se perfila como otra oportunidad para diversificar la actividad económica en los países andinos. Una alta proporción del territorio y de los bosques (entre 40 y 60 %) de los países andinos está dentro de la cuenca amazónica, que es rica en diversidad de flora y fauna y que, probablemente en conjunto, está conformada por los bosques más ricos del planeta.

Además, goza de importantes recursos renovables, tales como la madera, las fibras, los productos no maderables, los alimentos, los principios activos para la industria cosmética, farmacéutica y alimenticia, la biodiversidad, el agua, el carbono en absorción y secuestrado, y muchos otros que ni siquiera han sido descubiertos.

También existe riqueza en recursos no renovables como el petróleo, el gas natural y los minerales. Sin embargo, actualmente se destruye mucho más de lo que se produce (con incendios seguidos de deforestación, como parte de las principales causas de destrucción). (Lea: Forestación y ganadería, una combinación sostenible)

Entre las políticas que deben impulsarse para un aprovechamiento sostenible y de alto valor agregado del ecosistema amazónico se encuentra un ordenamiento territorial que defina la planificación del recurso forestal; fomento, control y vigilancia; pactos interinstitucionales e intersectoriales para el manejo y aprovechamiento legal de la madera y los productos no maderables.

De igual manera, la mitigación de fallas de mercado que permitan que los usos de la tierra y cadenas de valor que generan desplazamientos de población, deforestación, contaminación, emisiones GEI, entre otros, restituyan económicamente las externalidades negativas.

También contempla la promoción de productos de calidad tanto para el mercado interno como para el externo, que involucren más especies y mezclas de especies, sosteniblemente producidas en la Amazonía.

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