Gobierno quiere aumentar contribución de cafeteros al FEP y dirigir la economía cafetera
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Por CONtexto ganadero - 02 de Enero 2020
A partir de cultivos como el fríjol caupí, fríjol cannavalia, campanita y kudzu se puede elaborar un heno rico en nutrientes, proteína, calcio y fósforo.
Con este suplemento alimenticio, la producción lechera en departamentos como el Cesar aumentaría en un 17 % durante las épocas secas, explica Edwin Castro Rincón, doctor en Ciencias-Producción Animal de la Universidad Nacional, publicado por la Agencia de Noticias de esta Universidad en abril de 2017 (Lea: Uso de leguminosas para cerdos genera debate)
Cabe recordar que en dicha zona se presentan lluvias en abril, mayo, junio, octubre y noviembre. Durante el resto del año se presentan sequías que afectan el pasto de consumo para el ganado, con lo cual la producción de leche se reduce hasta en un 50 %.
Para el doctor Castro, “con las mencionadas leguminosas forrajeras, dicha reducción no sería tan drástica”.
Por otro lado, señala el experto, estos cultivos también funcionarían como abonos verdes. Normalmente, los ganaderos de la zona cultivan maíz con el que producen un suplemento alimenticio denominado ensilaje, que sustituye al pasto en la época seca. (Lea: Nuevas y mejores semillas de leguminosas para bovinos)
Sin embargo, para el crecimiento de este maíz se requiere de nitrógeno, el cual aplicado con sustancias químicas, conlleva riesgos ambientales, toda vez que las plantas solo aprovechan entre el 30 % y el 40 % de este elemento que, al ser desaprovechado, contaminaría fuentes hídricas.
En ese contexto, las leguminosas son capaces de absorber hasta el 70 % del nitrógeno de la atmósfera y fijarlo en el suelo, lo cual beneficiaría el crecimiento del maíz.
Según el investigador, la efectividad del cultivo de las leguminosas equivale a aplicar unos 200 kilos de nitrógeno por hectárea usando compuestos químicos. (Lea: Leguminosas nativas "no son malezas, son buenazas” para bovinos)
En el estudio se recomienda que las leguminosas sean sembradas al final de la época de lluvias, de manera que permanezcan durante el periodo seco, se tome la cosecha empezando la siguiente época de lluvias, se corten y en ese mismo terreno, ya con el nitrógeno fijado en el suelo, se siembre el maíz en un plazo de 15 a 20 días.
De acuerdo con el doctor Castro, “si se espera más tiempo, dicho elemento sería desaprovechado y, por el contrario, se volvería perjudicial para el medioambiente”.
Otra opción consiste en tomar con anterioridad una parte de las leguminosas con el fin de procesar el suplemento alimenticio y dejar la otra parte crecer en simultáneo con el maíz. (Lea: Conozca las 4 leguminosas arbustivas para sistemas silvopastoriles del Cauca)
Para el experto, las leguminosas casi no han estado relacionadas con la ganadería porque los productores no han visto un beneficio directo de su uso en la producción lechera. Sin embargo, “vimos que estos cultivos son eficaces y pueden repercutir en una mayor rentabilidad y competitividad de dicha actividad económica”.
Cabe señalar que este estudio contó con el apoyo económico de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Agrosavia.
Fuente: Agencia de Noticias UN.
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