¿A qué se refiere la hipótesis de Luisa o la inducción alimentaria en bovinos?

Hace más de 20 años, Alejandro Uribe Peralta, uno de los MVZ y PhD más importantes de Colombia, planteó una hipótesis sobre la selección de alimento que hacen los rumiantes según la cual la madre enseña a su cría a identificar los alimentos que debe consumir.

De acuerdo con el experto de la Universidad Nacional de Colombia, la selección de los alimentos por los animales según los recursos disponibles en el medio ambiente podría explicarse por la información que la vaca transmite al ternero.

A este planteamiento lo llamó "La hipótesis de Luisa", con la cual supone la existencia de un “sistema de enseñanza” que la madre bovina utiliza para aleccionar a su cría cómo identificar los alimentos que ella misma consume.

Su propuesta la difundió en un artículo publicado en Revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia en 1999, luego de observaciones realizadas en los Llanos orientales. (Lea: ¿Cómo implementar creep-feeding en su predio?)

El experto concluyó que este sistema de enseñanza sería empleado por la madre para guiar a su cría en “la selección y el consumo de un alimento adecuado para su especie, cuya bondad alimenticia ya ha sido comprobada por ella misma”.

Por el contrario, si se estudia la posibilidad de que no existe tal sistema, el joven herbívoro estaría en una “tremenda desventaja” pues no contaría con la información suficiente para reconocer qué tipo de plantas son beneficiosas para su organismo.

A juicio de Uribe Peralta, es preferible la Hipótesis de Luisa porque evidencia un sistema diseñado por la naturaleza bajo el cual el ternero será preparado por su madre para alimentarse por el resto de su vida.

El experto indicó que mientras que el ser humano dispone de cerca de 15 000 botones gustativos para seleccionar los alimentos, los terneros cuentan con casi 25 000. (Lea: Informe: Las fórmulas para calcular la cantidad de materia seca)

Al momento de nacer, se supone que estos botones gustativos estarían “en blanco”, pues no han todavía hecho contacto con las sustancias que “desencadenan toda la complejidad de un proceso nervioso de estímulo, codificación, evocación e identificación”.

El PhD propuso la existencia de un “codificador” que estimula los botones gustativos del ternero, que tendría que ser uno o varios de los ingredientes que le llegan al animal en los primeros alimentos o contactos que recibe.

De acuerdo con Uribe Peralta, si la leche materna es la primera comida que recibe, esta contiene toda la información referente a los recursos del medio ambiente y a lo que la madre consume. (Lea: Alimentación del ternero durante los primeros meses de vida)

“Si la leche materna es el mayor contacto entre la madre y su cría, debe ser también la leche la responsable de vehiculizar y transmitir toda la información que sobre el medio ambiente ha ganado la madre y que es benéfica para su ternero”, concluyó.