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Foto: Fedegán FNGUno de los sistemas de conservación de forrajes es la henificación que permite tener alimento para el ganado en épocas de sequías.

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Recuerde los diferentes sistemas de conservación de forrajes disponibles

Por CONtexto ganadero - 23 de Enero 2024

Uno de los sistemas de conservación de forrajes es la henificación que permite tener alimento para el ganado en épocas de sequías.

La henificación, el ensilaje y el henolaje, son tres métodos de conservación de forrajes que todo ganadero debe conocer para ver cual se acomoda mejor a sus necesidades a fin de tener alimento para sus animales en épocas secas.


Colombia afronta la temporada del fenómeno de El Niño que se caracteriza por una reducción importante de lluvias, por lo que para los ganaderos es crucial conservar alimento para sus animales y así evitar un deterioro en la producción.

Para la conservación de forrajes se usan básicamente tres técnicas como son la henificación, el ensilaje y el henolaje, según lo expuesto por Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en algunos capítulos del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).

La henificación (capítulo 26 del manual práctico) es una buena alternativa. El heno es forraje al que se le ha reducido la humedad natural que al momento del corte está entre 75 y 90 % y se lleva a niveles entre 12 y 20 % gracias al proceso de secado y almacenamiento. El secado permite la conservación segura por un largo periodo de tiempo evitando la fermentación y la putrefacción.

Se trata de un proceso sencillo de secado por acción del sol y la circulación de aire que se puede elaborar de manera manual y con costos reducidos, aun cuando también existe la posibilidad de un alto grado de mecanización. Las pacas resultantes del proceso de henificación, por su tamaño son un material de fácil transporte y almacenamiento que no requiere de infraestructura especializada.

Cuando las condiciones de almacenamiento son favorables y el heno se mantiene seco, protegido bajo la sombra y con suficiente y adecuada aireación es un producto que se puede conservar por largos periodos de tiempo. (Lea en CONtexto ganadero: Henolaje, otro método de conservación para épocas críticas)

El proceso de henificación inicia con el corte de la pastura sembrada para tal fin y debe realizarse en un día soleado, para favorecer el secado rápido, por lo que las predicciones meteorológicas son importantes.

Es recomendable hacer la cosecha pasadas las primeras horas de la mañana, cuando la humedad del rocío ha desaparecido facilitando el proceso de secado posterior. Una vez cortado, el pasto debe esparcirse y voltearse cada tres horas ya que si queda en montones se dificultará su secado rápido que es la clave de un buen heno.


Ensilaje

Una de las prácticas más comunes en las fincas ganaderas es el ensilaje (capítulo 27) que permite regular la oferta nutricional para los animales guardando forrajes producidos en épocas de alta producción para ser utilizados en temporada de escasez.

Este método se basa en un proceso de fermentación anaeróbico lo que permite conservar los nutrientes contenidos en los alimentos. Se puede ensilar casi cualquier material vegetal que se utilice para alimentación animal como forrajes, frutas o tubérculos. Sin embargo, es recomendable usar forrajes de alta producción de biomasa medida en relación hojas/tallos y con un alto contenido de carbohidratos ya que estos promueven los procesos de fermentación necesarios en el ensilaje.

La calidad depende de la materia prima y en gran medida de las buenas prácticas utilizadas a lo largo de todo el proceso de su realización y almacenamiento. Si se van a ensilar gramíneas como maíz y sorgo, el momento ideal de cosechar el cultivo es cuando el grano está lechoso y para las leguminosas es en estado de prefloración cuando su contenido de nutrientes es el más alto. (Lea en CONtexto ganadero: Todo lo que debe saber del ensilaje para ganado bovino)

Existen diferentes tipos de silos que dependiendo de la infraestructura y maquinaria con que se cuente en la finca y del material que se desee ensilar se debe escoger.

En general un buen ensilaje está listo para ser consumido pasados 30 o 40 días del empacado y con una técnica bien realizada permite almacenar alimento por meses y años. Una vez abierto el silo debe ser consumido lo más pronto posible.


Henolaje

Otro de los sistemas de conservación de forraje es el henolaje (capítulo 28), que es un híbrido entre el ensilaje y la henificación. Su utilización se ha popularizado entre los ganaderos de lechería especializada del trópico alto por su facilidad de producción, almacenamiento y manejo, así como la versatilidad de los forrajes utilizados y el bajo costo al final.

El corte y el hilerado son similares, no se realiza picado, mientras que el enfardado, en forma de bola, y el empacado posterior son diferentes. Este método de conservación mediante la utilización de embolsadoras de rollos o bolas de pasturas con alta humedad, cercana al 50 %, es el más versátil para el uso de praderas excedentarias en las fincas ganaderas en las épocas de abundancia forrajera.

Se trata de un sistema de conservación que consiste en enrollar el forraje verde cortado y pre secado en el potrero y envolverlo con polietileno suspendiendo el ingreso de oxígeno o aire convirtiéndose así en una especie de silo produciéndose una fermentación anaeróbica. (Lea en CONtexto ganadero: Henolaje, otro método de conservación para épocas críticas)

Se puede realizar con todo tipo de praderas, aprovechando así de la mejor manera pasturas de alta calidad como el kikuyo, la alfalfa o los tréboles en trópico alto; y, guineas como el mombasa o el tamani y el pasto angleton para el trópico bajo.

Entre las principales ventajas de este método están el reducir el riesgo climático por su corto tiempo de exposición en potrero; y, tener menores pérdidas de material en el proceso, distribución y uso.


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