economía ganadera, economía de la salud animal, sacrificio humanitario, sacrificio humanitario de animales, cuidado del ganado, ganadería colombia, Ganadería Sostenible, CONtexto ganadero
Foto: CONtexto ganadero / compraventaganado.jimdo.com.

Cargando...

Tenga en cuenta la economía de la salud animal

Por - 28 de Febrero 2023

Mientras que las mascotas y animales de compañía reciben importantes inversiones económicas cuando padecen alguna enfermedad, los bovinos o porcinos no pueden regirse bajo esos mismos estándares, pues someterlos a tratamientos puede ser costoso y es factible que la inversión no se recupere.


Mientras que las mascotas y animales de compañía reciben importantes inversiones económicas cuando padecen alguna enfermedad, los bovinos o porcinos no pueden regirse bajo esos mismos estándares, pues someterlos a tratamientos puede ser costoso y es factible que la inversión no se recupere.   Parece ser un tema tabú y tiende a ser evitado especialmente ante la onda animalista que vive el mundo, pero es necesario tocarlo y más cuando el dueño de una explotación ganadera es quien hace una inversión permanente por mantener un núcleo productivo. (Lea: Importancia de la observación para controlar la salud del hato)   En los animales de compañía como los perros o gatos, la economía de la salud funciona muy similar a la de los humanos. Los familiares invierten el monto que sea necesario con tal de tener la esperanza de compartir unos meses o años más si es posible con ese ser querido.   En el caso de las especies productivas como bovinos, aves o porcinos, la consideración debe ser completamente diferente. Todo acarrea costos, el sistema debe regularse y mirar en qué casos se puede gastar y en cuáles es mejor no hacerlo.   Gabriel Serrano Díaz, médico veterinario con un amplio conocimiento en manejo de información bovina y docente universitario, apeló a un ejemplo práctico para explicar los costos económicos que un problema grave ocasiona en el hato, debido a que es necesario tener en cuenta rubros como el transporte del profesional a la finca, la tarifa que cobre el experto por su trabajo, los medicamentos, materiales y fármacos. (Lea: Veterinarios piden que se cuide la unidad sanitaria de los bovinos)   Antes de que el veterinario llegue al hato, el propietario ya se ha gastado al menos $450 mil por concepto de traslados y valor a pagar por el día de trabajo del profesional. A eso se le deben sumar otros $250 mil de los productos necesarios para adelantar el proceso.   “Si la vaca es de cría y el problema es que no puede parir, debe tener un peso promedio de 450 kilos y su precio en el mercado es cercano a los $1,5 millones. Si antes de tratarla se vende, generaría una ganancia, pero si el productor opta por someterla a un procedimiento, su utilidad es apenas de $800 mil, pues previamente necesitó $700 mil para estar en buenas condiciones de salud”, indicó.   Es ahí donde entra el análisis y la economía de la salud, ya que apelar al tratamiento requiere un alto costo, especialmente si se debe someter la vaca a una cesárea porque el ternero no esté bien acomodado y se tenga que mover o extraer antes de tiempo.   También es importante que se tenga en cuenta el tiempo de recuperación, mayores cuidados en el hato y determinar si la hembra al final va a seguir siendo productiva, por lo que podría estar todo un año comiendo sin que vuelva a quedar preñada. (Lea: Aprenda a implementar en su hato sistemas sostenibles de salud)   Serrano Díaz expuso que esas consideraciones deben hacerse con mucha precisión antes de tomarse la decisión de hacer la inversión, ya que es necesario evaluar no solo el costo de una intervención sino el dinero que se dejará de recibir mientras la hembra vuelve a sus condiciones naturales.   “Ojalá el animal no sea de alta genética y que el inconveniente ocasionado no sea heredado a sus crías. Por eso es indispensable que se mire la economía de la salud y si es pertinente o no tratar al animal”, agregó.   Finalmente, el experto les pidió a los ganaderos y a los profesionales ser responsables con la evaluación preliminar, pues el afán de tratar al animal puede afectar las utilidades del predio y ello no es garantía de que su estado de salud vaya a mejorar. (Lea: Los animales sanos son la clave para garantizar la sostenibilidad)