Los ganaderos uruguayos atraviesan por un buen momento por el aumento de las exportaciones y quieren avanzar en este camino para posicionarse y seguir creciendo.
Para ello los principales retos son incrementar la producción y acortar los ciclos productivos, lo que generará un desafío con las recrías, según indicó al diario El País de ese país, el presidente de la Asociación Uruguaya de Producción de Carne Intensiva Natural (Aupcin), Álvaro Ferrés.
Según el directivo, la ganadería uruguaya de carne sigue viviendo un momento histórico, disfruta de precios que eran inimaginables, demanda firme, valorización de producto y un futuro más que promisorio.
Esto se debe, entre otras razones, a que las naciones productoras de carne que abastecen a los países que demandan carnes uruguayas tienen dificultades políticas, de precios o de stock, que ocasionan que Uruguay tenga la demanda asegurada en el futuro. (Lea: ¿Qué países liderarán la lista de exportadores de carne bovina en 2022?)
De acuerdo con lo dicho por Ferrés, “vamos a tener que tener un mayor número de terneros, lograr mejores ganancias diarias, además encerrar animales más jóvenes y más pesados”.
Dar ese paso demandará mayores inversiones y utilizar más tecnología, pero el precio del ganado lo permitirá, según el directivo. Con el incremento de la tasa de extracción y la continua mejora de la calidad de carne a través de la faena de animales más jóvenes, se podrá incrementar la exportación.
“Si a eso se le suma que Uruguay tiene la posibilidad de poder importar carne más barata de otros países de la región para el mercado interno, se podría parecer a un modelo americano, donde importa carne más barata y vende caro”, admitió Ferrés.
El presidente de Aupcin reconoció que la ganadería local vive un momento histórico, disfrutando de precios interesantes, una demanda alta y un clima favorable, por lo que “es momento de acelerar los ciclos productivos, incrementar la faena y producir más volumen”. (Lea: Perspectivas de la industria mundial de carne bovina para el último trimestre de 2021)
“El mayor desafío que enfrenta la ganadería uruguaya es incrementa la extracción con el stock bovino que tiene, si se puede incrementar mejor aún. Creo que eso va a ir de la mano de un cambio en lo que los productores vamos a empezar a faenar, que son animales más nuevos y más pesados, donde el novillo y la vaquillona van a tener el mismo precio –dependiendo de que pesen igual– y la vaca de descarte, va a contribuir en la ecuación”, explicó Ferrés.
Si a eso se suma una exportación como la que se registra actualmente, “la mesa está servida para que Uruguay pueda, lentamente, incrementar la faena y posteriormente tener una industrialización estables de 3 millones de cabezas o más”, sostuvo.
Esos avances serán posibles si los corrales de engorde funcionan todo el año y para eso, tienen que existir certezas de que el negocio esté complementando cada vez más agricultura con ganadería. “Como los mercados están, especialmente los asiáticos, entiendo que el desafío que tiene Uruguay es muy bueno”, dijo.
“Empezamos con una realidad de precios y valores de reposición, que a partir de mitad de año en adelante, comenzó a subir a valores interesantes, lo que permitió bajar el incremento del costo de los precios de alimentos y estamos trabajando con precios muy atractivos”, manifestó Ferrés. (Lea: Precio internacional de la carne seguirá alto y el comercio mundial, dinámico en 2022)
Hoy se están viendo reflejados esos valores de reposición en el corto plazo. “Parece increíble que un novillo de reposición de 400 kilos valga US$2,30 por kilo y un ternero de 200 kilos, cueste US$2,40 por kilo. Quiere decir que hay una gran demanda de reposición de corto plazo, que en el fondo, se va a traducir a todas las demás categorías”, concluyó.