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Foto: risaralda.gov.co

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Fuerte caída en comercialización de ganado en Risaralda por la COVID-19

Por - 04 de Agosto 2020

A raíz de la pandemia y la cuarentena las subastas físicas se cerraron y esto ha representado un duro golpe a la comercialización de ganado en Risaralda, según indicó el presidente del Comité de Ganaderos del departamento, Luis Alfonso Escobar.


A raíz de la pandemia y la cuarentena las subastas físicas se cerraron y esto ha representado un duro golpe a la comercialización de ganado en Risaralda, según indicó el presidente del Comité de Ganaderos del departamento, Luis Alfonso Escobar.

Señaló que en Risaralda se realizaban dos subastas semanales, que se realizaban los martes y los jueves en las cuales se transaban alrededor de 2.500 animales semanales, es decir, cerca de 10 mil en el mes.

Con el cierre se frenó en gran medida este negocio y se están vendiendo cerca de mil animales al mes porque los ganaderos de la región, en muchos casos, no tienen acceso a internet o un buen computador y tampoco disponen de tecnología de punta en sus dispositivos móviles para mirar el ganado que van a comprar. (Lea: Indicadores productivos de la ganadería de Risaralda son destacables)

No obstante, en la región tienen tres empresas de subastas, aunque una de ellas lo está haciendo más como corretaje, es decir, recibe unos ganados en consignación y los ofrece a sus clientes a través de un sistema virtual. Las otras dos han tratado de hacer subastas virtuales pero no es lo mismo porque el comprador de ganado necesita ver en físico el animal que va a comprar.

Además, dijo, esto ha dejado un hueco económico muy grande porque no solo dejan de percibir ingresos los ganaderos sino todas las personas que trabajan en la cadena como es el caso de los camioneros, arrieros y otra cantidad de servicios que se generaban en las subastas presenciales y todos ellos están pasando dificultades porque se quedaron sin su trabajo habitual.

A pesar de ello, señaló Escobar, los precios han estado relativamente estables, no se ha registrado ni incrementos grandes pero tampoco bajas importantes, “es más la dificultad en la comercialización de los animales”. (Lea: 3 preocupaciones de los ganaderos de Risaralda en el arranque de 2019)

En lo que se refiere a los precios de la leche, afirmó que la situación ha estado difícil como en el resto del país. En los primeros días de la cuarentena mucha leche se quedó sin vender porque los procesadores no la recogieron. Además, la industria no tiene interés en comprar excedentes.

En esta zona del país, como en el resto de Colombia, sólo el 50 % de la leche la recoge la industria procesadora y el otro 50 % se va por los canales informales al consumo de leche cruda o para subproductos.

Sostuvo que aunque una parte de la industria pasteurizadora anunció una baja en los precios al ganadero y una reducción en las compras, en el Eje Cafetero eso no pasó porque allí el principal comprador es Colanta y “ellos están comprometidos con los ganaderos y ha tratado de recoger las leches crudas que han dejado de comprar los otros”. (Lea: Acopio formal de leche en 2019 fue el más bajo en los últimos 5 años)

Señaló que “esperamos que algún día se puedan volver a abrir las subastas físicas, mientras tanto estamos en una informalidad total donde las personas que necesitan surtirse de ganado tienen que acudir a otros métodos totalmente informales”.

De igual manera manifestó que a raíz de la pandemia y todos los problemas que ella ha generado como el aumento del desempleo, el consumo tanto de carne como de leche ha bajado porque no hay los recursos para comprarlos.

“El consumo se bajó sustancialmente (en el Eje Cafetero) por las mismas restricciones que hay en los supermercados y en el  manejo de leches crudas así como de los subproductos como queso o yogures que han caído bastante”, sostuvo el dirigente ganadero. (Lea: Polémica por altas importaciones de lácteos revive la necesidad del fondo tripartita)

Así mismo, sostuvo que la demanda de carne en las tradicionales famas también se ha resentido y no es lo mismo que antes de la pandemia.

De otra parte informó que este año el clima ha sido atípico porque todavía sigue lloviendo, cuando julio tradicionalmente es un periodo seco pero esta vez todo el mes estuvo pasado por agua.

Sin embargo, dijo, eso no es el origen de ninguna enlechada porque los ganaderos no pueden producir más leche de la que tradicionalmente sale y lo que sucede es que la enlechada viene de las importaciones de leche en polvo.