Café de Colombia
Foto: FNC.

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Una taza de café: de la tierra a la mesa en 25 pasos

Por - 07 de Abril 2015

De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, estos son los procesos por los cuales deben pasar todos los agricultores para cumplir con los requisitos del mercado.


De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, estos son los procesos por los cuales deben pasar todos los agricultores para cumplir con los requisitos del mercado.   Según la Federación Nacional de Cafeteros, FNC, hay 25 pasos que el público en general, y el productor en especial, deben conocer para que se dé la producción de uno de los cafés con más alta calidad en el mundo.   Para el gremio, producir café en Colombia implica investigación científica permanente para mejorar las variedades, contrarrestar plagas y enfermedades y hacer sostenible el sector.   Cuidadosamente se debe seleccionar y certificar la mejor semilla para garantizar la calidad, que hace único al grano nacional. Cada caficultor (o por grupos en las veredas), construye germinadores donde nacen las plántulas conocidas como chapolas. Posteriormente, el productor selecciona y trasplanta las chapolas una por una, a bolsas especialmente dispuestas para ello. (Lea: Cafeteros esperan que Gobierno entienda gravedad de este momento)   Seguidamente, las chapolas trasplantadas permanecen por 4 meses en lugares con ciertas condiciones controladas conocidos como almácigos. Luego, el café está listo para la siembra definitiva en el campo. Cabe resaltar que los suelos son objeto de un análisis científico para determinar qué tipo y qué cantidad de fertilizante requiere el árbol. Un mes después de la siembra, se hace la primera fertilización del árbol para garantizar una excelente cosecha. A ello se suma que en el tiempo de levante del café (16 meses), el caficultor hace un trabajo manual permanente de cuidado, control y retiro de malezas.   8 meses después de la siembra, el árbol de café presenta su primera floración, que será vital para la cosecha, y luego de otros 8 meses de floración, llegan los primeros frutos.   “Cuando el grano está maduro se hace la recolección manual de cada uno. En el árbol se dejan los granos verdes y se recogen todos los que están en el suelo para evitar la propagación de la broca (pequeño insecto que perfora los granos de café)”, aseguró Carlos Armando Uribe, director Técnico de la FNC. (Lea: Campaña contra broca y roya ha arrojado resultados positivos)   Después de la recolección, se hace un proceso conocido como beneficio, en el que se retira la pulpa del grano, se lava y queda el café pergamino (grano amarillo). Tras el beneficio, el café se pone a secar. Puede hacerse al sol o en máquinas secadoras. El secado deja el grano con una humedad del 12 %. Una vez el café está seco, se empaca en costales y se lleva a los puntos de compra. En algunos casos el transporte del café en muchos de nuestros municipios, se sigue haciendo por caminos y en mulas.   Posteriormente, la FNC garantiza la compra de todo el café que producen los caficultores. Para esto, las cooperativas tienen puntos de compra en todos los municipios cafeteros. Entonces, el café pergamino seco se almacena en las bodegas de las cooperativas y de allí se traslada a Almacafé. “El café es sometido a un proceso de trilla, que consiste en retirar la cáscara (amarilla), para que quede la almendra del café (conocida como café verde), que es el que será exportado o tostado para su consumo interno”, agregó Uribe.   Según el vocero, el café en almendra (café verde) es exportado en barcos a países de todo el mundo y se tuesta en máquinas especiales. Una vez pasó por ese proceso, se muele y es empacado en bolsas especiales para conservarlo fresco y así es como está listo para ser consumido. (Lea: Analizan grado de fragilidad de cafetales ante el cambio climático)