Ian Davidson, propietario de la finca Potrero Grande
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Potrero Grande, modelo de ganadería sostenible en el trópico alto

Por - 17 de Julio 2022


Potrero Grande es una finca con una tradición de casi 40 años, ubicada en Subachoque (Cundinamarca) a 3.000 metros sobre el nivel del mar, que se destaca por sus prácticas sostenibles.

Al frente se encuentra Ian Davidson, su propietario quien durante la gira virtual ganadera organizada por Fedegán-FNG señaló que son 37 años de trabajo de explotación pecuaria, agroganadera, silvopastoreo y sostenibilidad ambiental.

La finca la comenzó a trabajar en 1983, cuando tenía 23 años de edad y fue un golpe de suerte. Empezó trayendo unos animales holstein, los cuales tardó un tiempo en adaptarlos a las condiciones de la finca que tiene 85 fanegadas.

Es una finca de ladera pero había unas condiciones de agua favorables que empezó a recogerlas y protegerlas y eso le dio sentido a los bosques que se comenzaron a sembrar en esa época.

Cuando adquirió la finca estaba totalmente pelada y por eso se llama Potrero Grande porque no había árboles, ni cercas, ni caminos, y ningún tipo de instalaciones por lo que fue comenzar a hacer una finca desde ceros. (Lea: Restaurar bosques, un camino para aumentar la producción ganadera)

Empezó a proteger las lagunas que había en el potrero sembrando árboles alrededor porque con eso iba a tener más agua en el predio. Comenzó sembrando menos de 200 árboles y hoy día cuenta con más de 40.000 árboles nativos sembrados, todos con un sentido. En las partes empinadas donde no se puede tener ganado se tienen bosques.

Las partes planas las ha ido mejorando con pastos artificiales o mejorados como los raigrás, los perennes, anuales e intermedio, pasto azul, carretón blanco y rojo gigante y algo de falso poa. A pesar de estar a 3.000 metros se ha tenido la fortuna de contar con kikuyo gracias a los trabajos que se han hecho en el suelo. La combinación de pastos es una ensalada muy apetecible para las vacas y funciona muy bien.

Es un suelo muy complejo, franco arcilloso de modo que no absorbe mucho el agua; muy mal trabajado anteriormente por lo que ha implicado mucho trabajo para llevarlo a las condiciones actuales. Es un suelo con un pH muy ácido y con gran presencia de aluminio por lo que toca aplicar enmiendas y hacer una labor de labranza mínima para ayudar a que el pasto pueda florecer.

Otra de las obras que se hizo fue el trazado de caminos y de potreros, se construyeron instalaciones de diferentes características como bodegas, establos, zanjas y todo lo que se necesita para poder tener una producción de leche.

La finca está dedicada a la producción especializada de leche con ganado normando que es la raza que mejor se adapta a las condiciones de ladera.

El tema de los bosques se vuelve un imperativo porque son barreras contra vientos, contra las plagas, mantienen la humedad y además generan un buen paisaje, por eso comenzaron a sembrar árboles muy pequeños, de cerca de 15 centímetros y hoy tienen 10 metros y más y así fueron surgiendo los bosques que se tienen hoy en la finca. (Lea: El cuidado del bosque con ganadería integrada)

Todos los árboles están sembrados dentro de una estructura ordenada obedeciendo a la protección de cañadas y de potreros. Dentro de las especies sembradas se tienen alisos, arrayanes, cajetos, tunos, entre otros, todos endémicos de la región.

La siembra de bosques fue algo que se dio de manera espontánea, incluso los caminos se fueron casi que trazando solos y son alrededor de 3,5 kilómetros dentro de la finca que se han mantenido.

Hoy día el 35 % de la finca está en bosques nativos y cada vez que puede siembra más árboles. Otro de los propósitos con ello es capturar CO2 de manera que el balance es positivo frente a la emisión propia de la actividad ganadera.

Actualmente cuentan con un sistema silvopastoril que es demostrativo ya que se usa en la finca y de hecho en las laderas los veranos golpean muy duro y sin embargo ellos desde hace dos años no compran comida para el ganado sino que la comida adicional que se necesita en el verano la produce el tilo o sauco que tienen sembrado en la finca y que se podan dos veces al año.

Cuando se siembran bosques existe la posibilidad que la finca se convierta en reserva natural de la sociedad civil como lo es Potrero Grande y es un predio que goza de ciertas protecciones por el mismo gobierno y por allí por ejemplo no pueden pasar líneas de alta tensión o tuberías. (Lea: La silvicultura una manera de convivir con el ambiente)

La leche es de ganado alimentado con pasto fundamentalmente y muy poco grano de soporte. Todo en la finca es natural.

Dentro del concepto empresarial de la finca se tiene lo que él llama “las siete paticas” que dan la estructura para que pueda funcionar adecuadamente. La primera es el trabajo en equipo para lo cual cuenta con su esposa y dos parejas más que realizan los trabajos de la finca.

La segunda patica es el ganado que comienza con la crianza que es uno de los temas más complejos porque son animales muy delicados e indefensos. Allí se usa el sistema balde estaca. En los primeros tres meses de vida de las terneras le dan seis litros de leche al día, agua y concentrado a voluntad.

Todos los animales tienen dos orejeras, una metálica que perfora la oreja y es muy difícil que se caiga y se pierda; y otra plástica donde está el nombre y número del animal.

La tercera patica son los potreros y lo que se busca en una pradera es que haya múltiples variedades de pastos. Se busca que haya una rotación de 60 días.

La cuarta patica es la infraestructura que comprende caminos, cercas, zanjas, bodegas, sala de ordeño, la casa y en general todos los procesos a través de los cuales funciona la finca. (Lea: Cómo hacer que la ganadería sea amiga de selvas y bosques)

La quinta patica es maquinaria y equipo como el ordeño mecánico, los tanques fríos y todo lo necesario para tener un nivel de productividad y eficiencia.

La  sexta patica son los proveedores; y la séptima son los clientes donde se destaca Colanta como comprador.