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Ganadería silvopastoril, un sistema en el que ganan todos: productores, ambiente y consumidores

Por - 18 de Octubre 2021

Ganar-ganar-ganar, es la propuesta de conjunción entre ganadería y árboles que cada vez está más desarrollada y suma adeptos.


Ganar-ganar-ganar, es la propuesta de conjunción entre ganadería y árboles que cada vez está más desarrollada y suma adeptos.

Durante algunos años (aún ahora), los vacunos han quedado en el ojo de la tormenta como los principales contaminantes atmosféricos producto de las emisiones de CO2. Sin embargo, esa es sólo una parte de la película, porque los animales en pasturas y, más aún, en contextos silvopastoriles, pueden poner en parda emisiones y capturas, incluso ser carbono positivos. (Blog: ¿Qué es un sistema silvopastoril intensivo?)

Hay dos sistemas silvopastoriles: por un lado, el Manejo de Bosque Nativo con Ganadería Integrada (MBGI) y, por otro, los manejos foresto-ganaderos que son con especies arbóreas implantadas con un fin comercial donde se busca un doble ingreso. El productor silvopastoril, consultor privado en el Mercosur y asesor CREA, Jorge Esquivel, dialogó con Clarín Rural y se refirió al potencial y los beneficios del segundo ejemplo, los sistemas foresto-ganaderos. 

En Argentina, Misiones y Corrientes son las dos provincias donde más se ponen en práctica. “Fue fácil implementarlo porque es una región que tenía ya historia con las dos actividades, por lo que ya tenía a la gente, el conocimiento, los viveros, contratistas, etc… y lo único que hubo que hacer fue unir ambos mundos que pasaron de competir por el suelo a compartirlo”, contó Esquivel, que, a fines de los años 80, cuando se recibió, le propuso a su padre, un ganadero típico del norte argentino (Misiones y Corrientes), plantar unos árboles para sacar madera además de carne. 

Aquella sociedad, continúa hasta estos días. El padre de Esquivel tiene 88 años. “Le pusimos dos pisos al campo”, dijo Esquivel. Y agregó: “A mi me sirvió mucho en mi carrera como asesor ser también productor, porque cuando puede demostrar en su propio establecimiento que el sistema funciona es más fácil que los productores lo acepten”. (Lea:

6 arreglos silvopastoriles que todo ganadero debe conocer)

“Nosotros tenemos pinos y eucaliptus, siempre tuve que buscar el equilibrio entre las dos actividades porque no podía perjudicar la parte ganadera, al principio cometíamos errores porque se nos sombreaba mucho porque teníamos mucha densidad de arboles, y no hacíamos bien y a tiempo los raleos, esos son dos de los errores más comunes en los que están empezando, la sombra es una amenaza para el crecimiento de las pasturas bajo los árboles”, apuntó Esquivel.

Consultado sobre si afecta la carga animal plantar árboles, Esquivel contó: “Sólo al principio se afecta la carga, hasta que los árboles ya tienen un crecimiento para permitir el pastoreo, que en pinos son dos o tres años y en pinos alrededor de un año y medio, pero casi no afecta la carga que en esta zona es de entre 0,5 y 0,7 eq/vaca por hectárea”.

¿Y cuándo se produce de madera con animales? ¿Es mucho menos que si se opta por madera en soledad? “Con los sistemas silvopastoriles casi no se reduce la carga porque tenemos protección contra heladas con los arboles y en cuanto a la obtención de madera obtenemos un 60-70% de lo que se obtendría si hubiera sólo arboles, producimos casi lo mismo que de madera”, dijo. (Blog: Diseño de sistemas silvopastoriles)

La conjunción de las actividades, que en algunos casos ya está comenzando su tercer ciclo, genera dos tipos de productos: madera en el transcurso de los años producto de los raleos y madera al final del ciclo, así como forrajes y carne. “Pero también estábamos generando un tercer producto, que no nos habíamos dado cuenta inicialmente, que es el servicio ambiental que prestan estos modelos productivos”, apuntó Esquivel, quien participó recientemente de un seminario organizado por la Asociación Forestal Argentina (AFOA). Y sentenció: “La ganadería es la caja chica, la forestación es la caja de ahorro”.

Como clave para el arranque de cualquier ganadero que quiera empezar, o, por qué no, de algún forestal que quiera tener animales, Esquivel apuntó dos temas esenciales: “Hay que tener una seria planificación financiera para la inversión, esto es, además de el dinero para plantar, hay que tener plata para raleos no comerciales, podas, control de malezas y de hormigas”, advirtió Esquivel. Y agregó: “También es fundamental la configuración, el diseño de la plantación, porque esos errores, luego son muy difíciles de corregir”.

Ciclo carbono

En 2006 se empezó a hablar del gran impacto de las emisiones de CO2 de la ganadería, se atribuía todos los efectos del calentamiento global a las emisiones del ganado. (Lea: Razones por las cuales los silvopastoriles le generan dinero)

“A partir de entonces nos propusimos empezar a cuantificar las bonanzas de los sistemas silvopastoriles, y la forma de lograr una certificación de producción de carne carbono neutro”, contó el asesor y consultor.

“La ganadería forma parte del ciclo del carbono en el que las emisiones son sólo una parte de la película, la otra es que ese metano que sale a la atmósfera a través del eructo de los animales se transforma en dióxido de carbono y forma parte del proceso de fotosíntesis, entonces, la vaca no adiciona carbono a la atmósfera, no moviliza reservas de carbono como sucede con los combustibles fósiles”, repasó Esquivel.

En este sentido, los sistemas silvopastoriles, pero hay otros tantos más, buscan reducir el impacto que genera la producción ganadera. “Lo primero que hay que hacer es no desmontar, usar la menor cantidad de energía fósil posible, transformar potreros degradados en sistemas silvopastoriles, con buena biomasa de coberturas forrajeras, y propender al crecimiento de los árboles que nos permitan capturar carbono”, enumeró Esquivel. (Reportaje: 5 árboles comúnmente utilizados en sistemas silvopastoriles)

Impacto en Pymes agro

La posibilidad de hacer sistemas silvopastoriles también cambió el negocio de pequeñas empresas familiares. “Cambiaron de escala productiva, lo que permitió pasar de una empresa pequeña a una más grande gracias al nivel de ingreso y la diversificación”, relató Esquivel.

Hay distintas combinaciones, se usan pinos híbridos, eucaliptus (con muy buenos resultados), pino Paraná, y en el sur se ven unos silvopastoriles lindos con álamos.

Por otro lado, Esquivel mostró un caso en el que sobre 30 000 hectáreas productivas tienen casi 11 000 hectáreas forestadas dentro de las cuales hay casi 5000 en sistema silvopastoril en un sistema de cría y recría que sirve para alimentar a 9.000 vientres y 15 000 cabezas en total. (Lea: ¿Cuál es la diferencia entre un sistema silvopastoril y uno agroforestal?)

“Al analizar las emisiones y las capturas, vemos que son sistemas que son sistemas de carne carbono positivos, capturamos más de lo que emitimos, en este ejemplo, la captura que realizan los arboles equivale 10 veces a las emisiones que generan los animales que están pastoreando en este sistema”, analizó Esquivel.

Desafíos

Sobre los desafíos que tiene por delante la producción silvopastoril en Argentina, Esquivel dijo que, “desde el punto de vista económico, el negocio de la madera, con la calidad a la que se puede apuntar en calidad tiene futuro”. Y remarcó una característica que no se da en otros países productores forestales: “Hay muchos productores pequeños que sumados somos los principales productores forestales del país, no hay una gran empresa forestal que tenga la gran mayoría de hectáreas forestales, como en Chile o Brasil y esto es único en el mundo”.

Pensando en esta atomización desde la producción, para Esquivel, sería interesante que se den las condiciones para que también surjan más aserraderos que puedan procesar madera de calidad. (Blog: Sistema silvopastoril intensivo, alternativa de ganadería sostenible)

Por todo esto, para Esquivel, los cambios se van a seguir dando. “Somos muchos buscando la manera de demostrar que la ganadería es una actividad que además de generar alimento, trabajo y ocupar tierras que no se ocuparían de otra manera, puede ser sustentable”, apuntó Esquivel. Y cerró: “Tenemos que estar preparados porque no sabemos cuáles serán las demandas de los consumidores en el futuro, hay que estar preparados”.

Fuente: Clarín Rural.