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Foto: CONtexto ganadero.

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S.O.S Trinidad

Por - 08 de Abril 2019


El fenómeno de El Niño viene dejando un saldo lamentable en el municipio: más de 10 mil bovinos muertos por cuenta de la sequía. La cifra de animales sigue aumentando y la posibilidad de que vuelvan las lluvias está en manos de un milagro.

El panorama es desolador. Pasturas quemadas, charcos a punto secarse, bovinos caídos y cientos más muertos a lo largo y ancho de Trinidad. Un municipio ubicado al norte del Casanare y cuyos ganaderos cansados del fenómeno de El Niño, decidieron dar a conocer la situación que con el pasar de los días tiende a agravarse. (Lea: Casanare discute el futuro de su ganadería)

Al recorrer varias fincas de la región el comentario es generalizado: el verano ha sido muy fuerte. Luego vienen los lamentos ante la caída de animales que es casi imposible salvarlos y cuyo destino final es la muerte. De nada sirven las medicinas, vitaminas, melaza y otros alimentos, una vez cae un bovino, es poco lo que puede hacerse.

El mismo fin viven chigüiros, babillas, tortugas y otras especies que sin agua no sobreviven. Incluso animales como venados u osos palmeros también han muerto, producto de los incendios que se han presentado como consecuencia de las altas temperaturas y las fuertes brisas que golpean por estos días.

Los cálculos sobre las últimas lluvias se remiten al 18 de noviembre del año pasado, otros aseguran que en lo que va corrido de 2019 han caído 2 aguaceros que dejaron 14 ml de agua y en el peor de los escenarios las precipitaciones desapararecieron desde octubre de 2018. (Lea: Ganaderos de Casanare plantean una serie de requerimientos al Gobierno)

Preocupación gremial

Yonency Amaya, presidente del Comité de Ganderos de Trinidad es quien conoce de cerca la situación que vive su municipio. Le duele el panorama que se ve en las diversas fincas y es quien en sus recorridos trata de escuchar a quienes solo se lamentan al ver que la cantidad de bovinos muertos aumenta.

Nosotros estamos preocupados, si la situación no mejora en los próximos días, el número de cabezas muertas por cuenta de la sequía, el hambre y la sed estará por encima de 15 mil. Esa cifra es un escándalo para un municipio que tiene cerca de 150 mil animales”, declaró.

A Amaya también lo afana que una vez empiecen las lluvias, las precipitaciones sean tan copiosas que se generen inundaciones, los pastos no se recuperen y aparezcan enfermedades que terminen de empeorar el panorama actual. (Lea: En Casanare no hay comida para el ganado)

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Voces de los afectados

Héctor Abril es un ganadero curtido, muchos veranos e inviernos han visto sus ojos, quizá por esa razón sabe que la situación actual no es nueva, pero si ha sido más grave que en otras oportunidades. Apelando a la sabiduría que da la experiencia, sabe en qué momento debe hacer algo por los animales caídos o simplemente dejar que mueran por cuenta del verano.

En sus ojos se ve la tristeza de quien ve como conforme sigue la seguía su explotación reduce estrepitosamente su hato, pues son más de 20 cabezas las que han muerto y el número sigue creciendo.

Creo que es hora de apelar a algo más poderoso, un rito o una súplica para que llueva así sea por un solo día”, dice Abril y ríe, creyendo que el humor que sale de sus labios y pensamientos atraerá una ligera llovizna. (Lea: Los 3 dolores de cabeza de los ganaderos de Casanare)

Recordó una vez en la que pidió al todopoderoso que volvieran las lluvias y su milagro se hizo realidad, por lo que ha considerado hacer nuevamente una plegaria, la cual se llevaría a cabo el domingo de ramos.

En tanto, Manuel Cueva, otro experimentado productor de Trinidad, siente que El Niño se está llevando su tesoro más preciado: su ganadería. Es el único que trabaja en ella, ya que sus hijos decidieron no involucrarse en el negocio de la familia y aunque le duele, en varias oportunidades ha pensado en reducir su hato.

Llegué a tener más de 3.000 animales, hoy no son más de 1.200 y quizá la cifra siga bajando. Lo que duele es que los animales están muriendo y los insumos que se requieren para salvarlos de la hambruna están más caros. El bolsillo no aguanta”, sostiene. (Lea: 17 municipios de Casanare en alerta roja por incendios forestales)

Cueva se enfrenta a otro inconveniente, su predio está cercano a una vía por la que transitan camiones y vehículos de carga pesada que transportan petróleo e hidrocarburos. El constante paso está ocasionando que caiga tierra en muchas pasturas que consumen sus bovinos, esa combinación de pasto y arena deja como resultado que las dentaduras de los animales se deterioran y no están durando el tiempo esperado, es decir, a los 7 u 8 años deben ser descartadas.

Cielo Pan, es otra de las víctimas de lo que los mismos ganaderos denominan ‘el cementerio’. Con precisión indica que en su finca han muerto 63 animales entre vacas, novillos y hasta crías que no pudo salvar. En su rostro es evidente la tristeza de quien a pesar de muchos esfuerzos y un trabajo inagotable, no puede evitar que caigan más animales.

Para Cielo, la solución, más allá de que vuelvan las lluvias, no son los regalos gubernamentales que malacostumbran a los productores, al contrario, pide herramientas, programas eficaces y asistencia técnica que desencadene iniciativas que conlleven a la producción de alimentos, silos o henos para que en el futuro se eviten las escenas que ha visto desde que empezó El Niño. (Lea: Ganaderos de Casanare solicitan banco de maquinaria para producir comida)

Los ganaderos no queremos que nos regalen cosas, necesitamos que nos ayuden. Algo que se podría hacer es trabajar de raíz en reducir el precio de los medicamentos veterinarios así como se hizo con la medicina de alto costo durante el Gobierno anterior. Eso sí sería un beneficio real e impactaría la canasta de costos de la producción”, sugirió.

Trinidad también es Casanare

Los ganaderos del municipio saben que la situación actual se está presentando en otras regiones, pero piden que los recursos y esfuerzos no se queden solo en Paz de Ariporo como ocurrió en el pasado, sino que la Gobernación del Casanare y el Ministerio de Agricultura vayan hasta la zona para que vean el resultado que ha dejado la sequía.

Piden no ser ignorados y su clamor no es que lleguen planes a corto plazo, como ha ocurrido en el pasado, sino iniciativas fuertes que permitan la producción de comida, enfrentar veranos de mejor manera y recuperar paulatinamente el hato que murió durante el actual fenómeno de El Niño. (Lea: 7 medidas para ahorrar agua durante el verano en Colombia)