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Por - 01 de Marzo 2023
Antes de enviar el ganado al frigorífico, usted debería aplicar algunas claves sobre cómo mover a los animales o escoger al transportador o el matadero. Hemos incluido recomendaciones que pueden contribuir al bienestar animal de sus vacunos a la hora de ser transportados.
Antes de enviar el ganado al frigorífico, usted debería aplicar algunas claves sobre cómo mover a los animales o escoger al transportador o el matadero. Hemos incluido recomendaciones que pueden contribuir al bienestar animal de sus vacunos a la hora de ser transportados.
Los doctores Teodomiro Romero y José Ignacio Sánchez describieron en el “Libro electrónico Zootecnia de bovinos Productores de Carne I” propusieron los postulados que se deben seguir antes de embarcar el ganado al matadero:
Tales como gritos, azotes, garrotazos, choques eléctricos o corridas con perros. Se debe erradicar el uso de instrumentos de violencia (palos, arreadores), asegurándose de no desecharlos de la finca porque si están a la mano, serán usados. Esto requiere capacitar a los empleados.
El trabajo apresurado hace que los animales se muevan angustiados y puede derivar en maltrato y estrés. Se debe trabajar con el movimiento natural del ganado bovino. “Las prisas son la fórmula infalible para demorar más y generarse problemas”, aseguraron.
Si se quiere meter 10 animales en la manga, la báscula o el camión, no hay que empujar desde el fondo a todo el lote, sino cortar desde la cantidad deseada y dejar al resto. Una vez que los animales entienden por dónde queda la salida, no hace falta mucho esfuerzo para que la busquen.
Hay que llenar los corrales a medias, y no sobrecargar mangas ni básculas. El hacinamiento frena el movimiento de los animales y estimula reacciones defensivas que cuestan mucho trabajo controlar. (Lea: ¿Aplica usted alguna de estas recomendaciones para embarcar ganado?)
Mientras no estén apretados, los bovinos huirán a donde haga falta, así sea una báscula o una manga. Si se los oprime, en vez de fugarse se arrinconarán. Si se trata de un lote grande, hay que dividirlo en varios grupos y comenzar por el de adelante, dejando a los de atrás hasta que les llegue el turno.
Cuando se mezclan lotes, los animales demoran hasta dos semanas en reacomodarse a su nuevo grupo y establecer jerarquías. No se deben mezclar distintas categorías y tamaños (entre vacas y novillas, toros y novillos), porque los más grandes se imponen.
No hay que trabajar juntos animales de distintos tamaños y categorías. En particular, si se va a trabajar un lote de vacas con crías, hay separarlas antes de comenzar el procesamiento. Esta práctica se convierte en un hábito, tanto para el personal como para los animales.
Si se embarcan animales astados con mochos, aumenta la probabilidad de lesiones. Un solo animal astado puede producir machucones y cueros perforados en sus compañeros. El descorne debe ser lo más temprano posible en la vida del animal. En animales adultos, se recomienda el despunte.
Antes de separar las crías de sus madres hay que destetarlas poniendo “destetadores” hasta que los terneros se acostumbran, lo que puede tomar no más de una semana. Luego, se los puede separar más fácilmente. (Lea: Estas son algunas claves importantes para el desembarque de bovinos)
También se puede aplicar el destete a través del alambrado, que permite a madres y crías tener contacto físico pero ya no alimentarse. El destete en dos etapas no sólo es beneficioso para el ternero, sino también para la madre, que sufre mucho menos y no pasa días buscando su cría.
Los corrales no deben ser lugares de encierro sino de paso, reduciendo el tiempo de permanencia. Si las distancias impiden hacer los movimientos en el día, hay que habilitar potreros o parcelas donde el ganado pueda cubrir sus necesidades de alimento, agua y espacio.
No se debe dejar al ganado encerrado en la manga u otros espacios pequeños mientras se interrumpe el flujo del trabajo. Las esperas a lo largo del trabajo deben ser mínimas. El bovino necesita contar con una salida para volver a juntarse con su manada, y esa salida debe ser rápida.
Nunca hay que dejarlo solo al vacuno, salvo en condiciones de manejo muy controladas y el tiempo más corto posible (cepo, báscula, enlazada). El bovino es un animal gregario y si un animal queda solo, hay que darle compañía lo antes posible.
La presencia humana debe ser algo normal y amigable para el vacuno. Esto comprende desde la recorrida diaria a los movimientos y trabajos ganaderos. Si el ganado ve de vez en cuando al manejador, no lo aceptará como jefe de la manada sino que lo tomará como un posible atacante.
Donde sea posible, hay que trabajar de a pie y desde afuera de los bretes, y aprender a usar banderas o bastones para mover el hato a distancia. De esta manera el ganado se acostumbrará a ver gente a pie. En corrales muy grandes es más práctico manejarse a caballo, pero a medida que se avanza hacia la manga, es más práctico hacerlo a pie.
El buen manejo del ganado no es para todos. Hay gente que sirve para trabajar el ganado, y gente que sirve para provocar y lastimar al hato ganadero. A los primeros hay que retenerlos, brindando además capacitación y herramientas para que su trabajo sea cada vez menos físico y más mental.
Hay que recorrer y revisar periódicamente las instalaciones de trabajo siguiendo el trayecto del vacuno, y detectar las posibles fuentes de lesiones para eliminarlas (maderas astilladas, hierros). (Lea: ¿Cómo debe ser el manejo de un animal antes de ser sacrificado?)
Si hay lugares donde les cuesta pasar a los animales, es preciso analizar la posible falla o problema (contrastes de luz, ángulos mal diseñados, puertas fuera de lugar, etc.), y corregirla. No se puede trabajar en corrales o embarcaderos llenos de pozos o barriales.
La elección del transportador se basa en la calidad y estado de su equipo, y en la profesionalidad de su trabajo. Su calidad se puede medir con los resultados. No le está haciendo un favor al ganadero, sino que le presta un servicio cuya. No debe utilizar el bastón eléctrico.
Hay una franja óptima de carga: el ganado no debe estar holgado, porque los animales se deben sostener mutuamente, ni apretado, porque el animal que se caiga no podrá levantarse y sufrirá pisoteo. En animales gordos de 450 kilos, ese rango es de 1,10 a 1,20 m2 por cabeza.
Romero y Sánchez aconsejaron que el ganadero consulte periódicamente el arribo y descarga de sus animales, y que también asista a la faena para controlar que su ganado sea tratado correctamente, aunque esto puede tener sus dificultades por el manejo de cada planta de beneficio.
Los autores sostienen que las prácticas de bienestar animal no son un “requisito” que se debe “cumplir” por “obligación externa”, sino “parte integral y permanente del manejo moderno”. El ganadero debe tener en cuenta que sus animales bien tratados producirán más kilos a menor costo.
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