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Avanzar en medio de la pandemia, actuando con visión de largo plazo

Por - 01 de Marzo 2023

En medio de la crisis generada por la Covid-19 en 2020, la ganadería mantuvo una dinámica aceptable, sin los traumatismos que han sufrido otros sectores, pero el reto hacia delante consiste en consolidar la vocación exportadora que se registró el año pasado. Aquí algunas ideas para hacerlo.


En medio de la crisis generada por la Covid-19 en 2020, la ganadería mantuvo una dinámica aceptable, sin los traumatismos que han sufrido otros sectores, pero el reto hacia delante consiste en consolidar la vocación exportadora que se registró el año pasado. Aquí algunas ideas para hacerlo.

Terminó 2020, el año en que la COVID-19 nos cambió la vida, nos obligó a confinarnos y guardar distanciamiento social; muchas empresas quebraron, aumentó el desempleo y disminuyó la capacidad de compra de la población. En medio de la crisis, la ganadería mantuvo una dinámica aceptable, sin los traumatismos que han sufrido otros sectores, pero el reto consiste en consolidar esta vocación exportadora. Aquí algunas ideas para hacerlo.

Bajó el consumo interno de carne, quesos y yogures, al mismo tiempo que aumentó el de leche UHT; se recuperó el estatus de país libre de aftosa, gracias a lo cual se incrementaron las exportaciones de carne y ganado en pie, que con corte a noviembre alcanzaron las 29.196 Ton. y los 234.111 animales, respectivamente.

Al amparo de los TLC suscritos, especialmente con USA y UE, aumentaron las importaciones de leche y otros productos lácteos, que en octubre ya llegaban a 68.482 Ton., superando las 61.643 ingresadas en todo 2019. Entre 2011 y 2019 también creció la importación de quesos, pasando de 496 a 3.200 Ton.

2021

Iniciamos 2021 con mucha incertidumbre respecto a los efectos de la pandemia en la salud y la economía del país y del mundo; a pesar de esto, lo sucedido en 2020 permite ser optimistas sobre el futuro, si planeamos y desarrollamos estrategias de largo plazo.

Es de esperarse que este año continúe incrementándose el volumen de carne y animales exportados. El precio de US$ 1,25 por kg de novillo gordo nos hace muy competitivos, con la ventaja adicional de que nuestra carne es 100% producida a pasto. Consolidar esta vocación exportadora requiere aumentar la oferta de novillos, bajar la edad al sacrificio, contar con un programa de trazabilidad confiable y producir de manera más sostenible.

Si pasamos de 53 a 63% la natalidad de nuestro hato, podríamos tener cerca de 1.100.000 terneros adicionales; las montas estacionales son una excelente alternativa para hacerlo realidad.

Ganancias de peso de 500 gr por día en las etapas de cría y levante permiten disminuir la edad al sacrificio; con una lactancia adecuada, buena rotación de praderas y suplementando en las épocas críticas no es difícil lograrlo.

Hay que convertir el Identifica en un verdadero Programa Nacional de Trazabilidad, consignando en su base de datos información real sobre la historia productiva y sanitaria de cada animal identificado.

Ejecutar una nueva fase del proyecto Ganadería Colombiana Sostenible es muy importante para ampliar la cobertura y mejorar su impacto, incluyendo un enfoque de cadena y de ecosistema, que permita constituir verdaderas zonas ganaderas sostenibles que provean carne y leche a nichos especializados de mercado.

Respecto a la leche, comparto el concepto de algunos expertos internacionales, en el sentido que Colombia tiene el potencial no sólo para competir en el mercado interno con otros países, sino para ser exportador. El precio al productor de US$ 0,33 está cerca del pagado en los países más competitivos y constituye una buena base para comenzar.

Para lograr este objetivo y hacer sostenible la cadena láctea, tenemos que superar la desconfianza entre ganaderos e industriales; estos últimos deberán definir si quieren convertirse en reempacadores de leche importada, o se deciden por contribuir a aumentar el consumo en estratos bajos, buscar mercados externos, trabajar de la mano con los ganaderos para mejorar su eficiencia y bajar los costos de los demás eslabones de la cadena.

Quienes producen leche en zonas alejadas de los centros de consumo y hoy la venden a bajo precio, deben contemplar la opción de pasarse a la cría, pues el incremento de las exportaciones de carne aumentará el precio de los terneros, mientras el de la leche en esas regiones, se mantendrá estable en el mejor de los casos.

Las acciones planteadas no son nuevas y están soportadas en modelos de producción que ya funcionan en el país, sólo nos falta pensar en grande y a largo plazo, además de estar dispuestos a sacar adelante, entre todos, cadenas productivas más sostenibles.

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