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Foto: agritotal.comInterpretar las deposiciones fecales de la vaca permite saber el estado de salud de la misma.

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Cómo “leer” lo que dice la bosta de los animales

Por CONtexto ganadero - 04 de Enero 2024

Interpretar las deposiciones fecales de la vaca permite saber el estado de salud de la misma.

Aprender a “leer” lo que dice la bosta de los animales es un factor clave para conocer el estado de salud de los animales y tomar las medidas que sean del caso.


Conocer las características de las deposiciones fecales de las vacas es una herramienta que permite evaluar los procesos digestivos como el grado de eficiencia de aprovechamiento de los nutrientes, corregir problemas nutricionales y monitorear cambios en las dietas.

Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de Argentina, las heces están compuestas principalmente por agua y por los elementos no digeridos, ya sea por fibra lignificada indigerible o por granos con cubierta muy firme, o por otras fracciones alimenticias que podrían ser digeridas, pero que no lo son por un pasaje muy rápido por el tracto intestinal, como ser alimentos en partículas muy finas, granos enteros, etc.

El bovino adulto produce unos 20 a 30 kg de heces por día, pudiendo elevarse hasta 45 kg. Cuando la pastura es muy tierna, la cantidad de agua eliminada por heces puede alcanzar los 40 litros/día.

En animales sanos, la consistencia de las heces puede orientar sobre el equilibrio nutricional del bovino, permitiendo interpretar y corregir cualquier problema. Esto es muy importante, porque las pérdidas nutricionales por el bosteo son las más importantes que se producen en el bovino, pero también son las más fáciles de controlar mediante dietas equilibradas nutricionalmente, señala un informe de la entidad.

Agrega que cuando el bovino ha estado en un movimiento acentuado, las deposiciones de las heces pueden ser menos consistentes a lo que serían si estuviera en reposo. Por ello, la observación de las heces se debe efectuar luego de un período de descanso.

Por su parte, el portal agritotal.com, indica que se considera que las pérdidas de alimento en las heces constituyen la principal “fuga de energía” del sistema animal y por ende determinantes de la digestibilidad de la dieta. Así por ejemplo para una digestibilidad del 70 % la energía disponible para la síntesis de leche es relativamente baja, alrededor del 25 % del total de energía consumida por el animal. Pero cuando la calidad de los alimentos disminuye o el desbalance entre nutrientes de la dieta es importante, la magnitud de las pérdidas se incrementa sustancialmente.

Dentro de las características de las deposiciones fecales a observar para evaluar los procesos digestivos de las vacas se encuentran el color, el olor y la consistencia. Las dos primeras tienen una relación directa con el tipo de ingrediente principal de la dieta, con el contenido de bilis y de la tasa de pasaje. La consistencia estará afectada por el agua y el contenido de fibra en la misma como también del tipo de forrajes y la tasa de pasaje de los alimentos a lo largo del tracto gastrointestinal.


Los diferentes tipos

En función de la consistencia (grado de humedad) y características físicas (aspecto visual), se pueden distinguir cuatro tipos generales de deposiciones, con sus correspondientes variantes. (Lea en CONtexto ganadero: Estiércol y nutrición bovina, una relación que usted no puede ignorar)

Consistencia “firme”. Son heces duras que se deponen como una única unidad en forma piramidal, relativamente secas (bajo contenido de humedad). En general son de color marrón oscuro y no poseen un olor intenso. Al tacto son ásperas, con abundantes partículas de fibras gruesas, sin rastros visibles de grano ni alimentos que se puedan distinguir fácilmente.

Esto puede representar un consumo de abundante fibra entera de regular calidad con alto grado de lignificación y largo tiempo de retención en el rumen, lenta tasa de pasaje, escaso nivel de proteína en la dieta en especial de compuestos nitrogenados degradables.

Consistencia “ideal”. Deposición menos firme que la anterior, suavemente redondeada en sus bordes, dejando en el centro una leve depresión. Al tacto es suave y levemente pastosa y homogénea, no se visualizan fácilmente partículas de fibra larga ni granos enteros o parcialmente digeridos.

Indica una dieta balanceada, correcta cantidad y calidad de Fibra efectiva (FDNef). En el rumen se forma un “entramado” fibroso en la capa superior que promueve una adecuada masticación, rumia e insalivación. Indica buena sincronización, con pH ruminal promedio diario de 6-6,5. Adecuado consumo voluntario y buen nivel de producción y composición de sólidos en leche. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Ya miró la consistencia de las bostas de su ganado?)

Consistencia “blanda”. Deposición acuosa y de olor penetrante. Presenta una forma aplanada y expandida de tal manera que al deponerse “salpica” bastante. Es inconsistente y resbaladiza al tacto, muchas veces se nota la presencia de restos de “mucus” del tracto gastrointestinal. En casos extremos, son heces con presencia de “burbujas de gas”. En contacto con el aire presenta una coloración levemente grisácea. Se distinguen fácilmente partículas aisladas de finas fibras largas y granos enteros o partidos que no fueron digeridos como consecuencia de la alta tasa de pasaje.

Es indicativo de un déficit de fibra, principalmente la fibra efectiva (FDNef). En muchas circunstancias el animal puede encontrarse en acidosis subclínica. En ocasiones estas heces están asociadas con alimentos en estado de putrefacción; contaminados con hongos y/o con ciertos patógenos del ambiente. No obstante, es frecuente en vacas de alta producción en los primeros meses de la lactancia, que reciben elevados niveles de concentrado en la dieta.

Consistencia “chirle”. Heces totalmente planas y acuosas, se visualiza en ocasiones entrecortada, en secciones muy extendidas. Se van deponiendo en forma de “chorros”, salpicando en su alrededor. Contiene abundante “mucus” intestinal, muy resbaladiza al tacto. Los garrones y cola generalmente están muy sucios con materia fecal.

Representan un severo desbalance nutricional, déficit pronunciado de fibra efectiva (FDNef) y excesos de proteínas de alta degradabilidad ruminal. Así mismo pueden presentarse con dietas altas en sales y en óxido de magnesio y con la ingesta abundante de agua principalmente si ésta contiene niveles altos de sulfato de magnesio. Este tipo de diagnóstico significa una “alerta roja”, por lo que es necesario replantear las raciones incorporando fibra (FDNef), fuentes de energía, balanceado los minerales y los niveles de proteína degradable en rumen.

La observación rutinaria de la consistencia y color de las deposiciones fecales de los animales es una práctica muy sencilla que se utiliza con frecuencia y desde hace tiempo para monitorear los procesos digestivos y puede contribuir a interpretar y corregir problemas de alimentación.


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