Cómo manejar las mezclas de materiales y la post-siembra

Una vez el productor haya establecido cuándo, qué y cómo sembrar, debe tener claro que se pueden hacer asociaciones de diferentes especies que llegan generar mayor impacto en la rentabilidad y productividad y las acciones que se pueden realizar en la post-siembra.

Siguiendo con uno de los capítulos del Manual Práctico Ganadero, este explica que al momento de sembrar, existen unas mezclas de especies que son muy comunes como el caso de las gramíneas con las leguminosas. Este es una forma práctica de generar grandes efectos positivos en las pasturas de las explotaciones ganaderas. (Lea:Siembre lo que debe sembrar sabiendo qué va a cosechar)

Para este caso en especifico, hay que tener en cuenta si la leguminosa es arbustiva o herbácea, porque si es como la primera como el saúco en clima frio y la leucaena en clima cálido, se recomienda sembrar en surcos de mínimo 5 metros de distancia que deben ser intercalados con franjas sembradas de gramíneas.

Por el otro lado, si las leguminosas son herbáceas, se mezclan las dos semillas y la siembra debe hacerse al voleo o a chuzo. Para esta asociación se recomienda hacer uso de entre 20 y 30 % de la leguminosa y entre 70 y 80 % de gramíneas.

Post-siembra

Una vez realizada la siembra, es recomendable realizar, según la necesidad, algunos ajustes a la pastura.

La primera de estas es la resiembra, en la cual a las tres semanas se debe verificar el número de plantas por metro cuadrado, que debe estar entre 9 y 12. Por lo que con base en este conteo se decide si es necesaria una resiembra. Esta ultima debe realizarse de manera estratégica y focalizada en los lugares de baja germinación. (Lea:Sin buena alimentación animal, no hay éxito en el negocio ganadero)

La segunda de estas acciones es el control de malezas, pues las arvenses compiten con el cultivo por el suelo, el agua, la luz y los nutrientes, principalmente en las primeras etapas del cultivo, por lo que los productores deben realizar controles manuales o químicos de estas hasta que el cultivo se encuentre perfectamente establecido.

La tercera de estas es la fertilización, que consiste en que teniendo en cuenta el análisis preliminar de los suelos y los requerimientos de las especies sembradas, se recomienda generalmente, hacer una fertilización durante la siembra y la otra se debe hacer luego de los cuatro meses en los que se haya establecido el material.

Ricardo Arenas, en el Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos asegura que, es importante que el productor tenga en cuenta que no debe sembrar lo que todos siembran, “siembre lo que más se adapta a su terreno y a la especialidad ganadera que tiene. Recuerde que no todos los pastos se siembran de la misma forma y en el mismo momento, por eso debe escoger lo más indicado para usted asesorándose de un experto para tomar la mejor decisión”.

Para el experto, también es importante que se tenga presente que de los cuidados que se tengan en las semanas siguientes a la siembra, dependerá el mejor establecimiento de la pradera. Un punto a resaltar es que se deben cuidar las necesidades del cultivo en agua, fertilización y control de malezas. (Lea: Cuide su siembra, no olvide estas recomendaciones)