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Así se siembran y fertilizan 2 importantes especies leguminosas en Colombia

Por - 19 de Agosto 2021

Las leguminosas forrajeras constituyen una fuente nutritiva de alto valor por su contenido de proteínas y calcio, al mismo tiempo que actúan como mejoradoras del suelo. Conozca cómo debe ser la siembra y fertilización de dos de estas especies.


Las leguminosas forrajeras constituyen una fuente nutritiva de alto valor por su contenido de proteínas y calcio, al mismo tiempo que actúan como mejoradoras del suelo. Conozca cómo debe ser la siembra y fertilización de dos de estas especies.

De acuerdo a un artículo publicado por la FAO, una BPA aplicada a las leguminosas es combinar el pasto de corte con forrajes proteicos para aumentar su valor nutritivo. Estas especies deberán ser cosechadas, picadas y mezcladas con el pasto para luego ser distribuidas en las canoas.

El uso de leguminosas y otros forrajes de alto contenido proteico no solo aumenta el valor nutritivo de la diera o ración, sino que mejora la fertilidad del suelo y constituye una fuente barata de proteína.

  1. Alfalfa

Es llamado científicamente como Medicago sativa. El poder de competencia de la alfalfa con las arvenses es mínimo, casi nulo, por lo que no se debe sembrar en los suelos sucios. Esto quiere decir que es necesario que se hayan erradicado completamente las malezas en el lote donde se va a sembrar la alfalfa.

Cuando se va a sembrar en lotes por primera vez es importante inocular la semilla para asegurar un buen desarrollo del cultivo. La inoculación consiste en tratar la semilla con nitrocultivos específicos, los cuales capacitan a la planta para la fijación del nitrógeno aprovechándolo para su propio desarrollo y enriqueciendo el suelo con este elemento. (Lea: Las propiedades de la alfalfa como alimento bovino)

De acuerdo al artículo, los nitrocultivos se consiguen en los almacenes agrícolas, pero si no es posible obtenerlos, en su lugar también se puede usar tierra de un cultivo viejo de alfalfa para mezclarla con la semilla antes de la siembra.

Esta especie se puede sembrar en surcos o al voleo. En el primer caso se requieren 15 kilogramos por hectárea de semilla y los surcos se hacen a distancias de 20 a 30 centímetros. Si se siembra al voleo se necesitan 20 kg de semilla.

Para la fertilización, la alfalfa es menos exigente en abonos nitrogenados. Si se siembra adecuadamente y en el suelo con características físicas y químicas apropiadas para su desarrollo, y si se inoculado previamente la semilla con el nitrocultivo específico se puede asumir que los nódulos de las raíces fijas efectivamente el nitrógeno atmosférico.

Bajo estas condiciones, se suple en parte la acción de cualquier abono de tipo orgánico o inorgánico. Sin embargo, requiere por lo menos una aplicación anual de fertilizante 10-30-10 en dosis de 300 kg por hectárea.

  1. Ramio

Científicamente se llama Boehmeria nívea, Gand. El ramio es una planta de la familia de las urticáceas, que se puede propagar por rizomas y tallos, o por estacas o por semilla. La siembra por rizomas o tallos subterráneos es el método más rápido y efectivo. (Lea: El ramio, una forrajera con alto contenido de proteína)

Para la siembra, los rizomas deben tener un buen diámetro de dos centímetros y ser cortados en trozos de diez cm. Se siembran en cuadro a 60 cm de distancia y se cubren con una capa de cuatro a cinco centímetros del suelo. Con esta siembra, y en condiciones favorables de humedad y clima, el primer corte se puede realizar a los 100 días después de la siembra.

Para establecer una hectárea de ramio se necesitan aproximadamente 600 kg de cepas o sea600 metros cuadrados de ramio bien establecido. El ramio también se puede establecer usando tallos viejos que tengan cuatro a seis yemas, los tallos se ponen inclinados, dejando dos o tres yemas por encima del suelo. El método presenta poca germinación.

A los 45 o 50 días de sembrada la semilla, las plántulas alcanzan el desarrollo necesario para su trasplante de sitio definitivo donde se siembran en cuadro a 60cm de distancia.

En cuanto a la fertilización, el ramio aprovecha eficientemente el nitrógeno que se le aplica, especialmente a partid del tercer corte. Se requieren 50 kg por hectárea de nitrógeno después de cada corte para mantener una buena y uniforme producción de forraje. El ramio responde bastante bien a los abonos orgánicos como estiércol de establo y gallinaza, aplicados al momento de la siembra en cantidades de 25 toneladas por hectárea. (Lea: Ramio, alternativa forrajera para la alimentación animal sostenible)

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