Pasto-Toledo
Foto: infopastosyforrajes.comEl primer paso en el manejo del pasto Toledo es la preparación adecuada del suelo. Esta etapa es crucial para proporcionar las condiciones óptimas de crecimiento para la planta.

Cargando...

Cómo obtener un óptimo rendimiento con el pasto Toledo en la producción de carne y leche

Por CONtexto ganadero - 14 de Noviembre 2023

El primer paso en el manejo del pasto Toledo es la preparación adecuada del suelo. Esta etapa es crucial para proporcionar las condiciones óptimas de crecimiento para la planta.

CONtexto ganadero le da a conocer las prácticas clave para lograr un establecimiento y manejo agronómico adecuado de esta especie forrajera. Desde la preparación del suelo y la selección de semillas de calidad hasta el control de malezas y el manejo del pastoreo, descubrirás cómo aprovechar al máximo el potencial del pasto Toledo.


El pasto Toledo, también conocido como Xaraes o Victoria (Brachiaria brizantha), es una especie de pasto ampliamente utilizado en la producción de carne y leche bovina debido a sus numerosos beneficios y su adaptabilidad a diferentes condiciones climáticas y de suelo, señala AGROSAVIA.

Sin embargo, para aprovechar al máximo su potencial, es necesario llevar a cabo un adecuado establecimiento y manejo agronómico. En este artículo se explora en detalle diferentes prácticas necesarias para lograr un óptimo rendimiento de esta especie forrajera.

El primer paso en el manejo del pasto Toledo es la preparación adecuada del suelo. Esta etapa es crucial para proporcionar las condiciones óptimas de crecimiento para la planta. En general, el pasto Toledo tolera suelos ácidos de baja fertilidad y puede desarrollarse en suelos arenosos. Sin embargo, es importante corregir la acidez del suelo mediante la aplicación de cal agrícola si es necesario. Además, se recomienda realizar un análisis de suelo para determinar las concentraciones de minerales presentes y así ajustar la fertilización de acuerdo con las necesidades específicas de la planta.

Una vez que el suelo esté preparado, se debe proceder a la siembra utilizando semillas de buena calidad. Es importante seleccionar semillas certificadas para garantizar una germinación adecuada y un establecimiento exitoso del pasto. La densidad de siembra recomendada puede variar dependiendo de las condiciones locales, pero generalmente se recomienda una densidad de siembra de alrededor de 8 a 10 kg por hectárea. Es fundamental seguir las recomendaciones específicas del proveedor de semillas y adaptarlas según las condiciones locales.

Durante los primeros tres meses después de la siembra, es necesario realizar un control efectivo de malezas. Durante esta etapa, el pasto toledo está estableciéndose y es más susceptible a la competencia de las malezas. Se deben aplicar herbicidas selectivos y seguir buenas prácticas agronómicas para minimizar la presencia de malezas y permitir un crecimiento saludable de la especie forrajera.

Una vez establecida la pastura y comenzado el pastoreo, es esencial llevar a cabo un manejo adecuado con ajustes de carga animal en función de la disponibilidad de forraje y de los periodos de ocupación y descanso. Estos ajustes son fundamentales para garantizar la eficiencia en la producción de carne o leche bovina. La carga animal recomendada puede variar, pero generalmente se sitúa entre 2 y 3 unidades animales por hectárea para el pasto toledo. Esto permite una intensificación del sistema de producción en comparación con otras especies que solo permiten de 1 a 1,5 unidades animales por hectárea.

Una de las ventajas destacadas de este pasto es su rápida recuperación después del pastoreo, lo que permite periodos cortos de descanso, generalmente entre 21 y 28 días. Esta característica es importante para mantener un suministro constante de forraje de calidad y maximizar la productividad del sistema de pastoreo. Además, en términos de calidad nutritiva, el pasto toledo es considerado de moderada a buena.
.