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Desmintiendo otra ‘fake news’ de la ganadería

Por - 12 de Marzo 2023

Sin bases claras se le ha creado una reputación muy dañina a la ganadería, por lo tanto a los ganaderos. Estas dan la vuelta al mundo y cada día llegan a más personas que las aceptan y repiten. Aquí le contamos por qué no creer en estas.


Sin bases claras se le ha creado una reputación muy dañina a la ganadería, por lo tanto a los ganaderos. Estas dan la vuelta al mundo y cada día llegan a más personas que las aceptan y repiten. Aquí le contamos por qué no creer en estas.

Jacobo Feijoo, ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid y responsable de Desarrollo Rural de Unións Agrarias, explica en una investigación que en los últimos tiempos los ganaderos están asistiendo con incredulidad a una campaña de linchamiento de su actividad ante la opinión pública, en donde se van en contra de la producción de leche y carne. (Lea:‘Fake news’ de la ganadería: No coma cuento. Aquí desmentimos la primera )

Esta es la razón por la que, así como en el apartado anterior se exploró sobre el dióxido de carbono, a continuación, se explicará cuál es el papel del metano en toda esta desinformación que hay en la sociedad del día de hoy como afirma Feijoo en el portal Campogalego.

Metano

Feijoo dice que se acusa a los rumiantes domésticos de contribuir al calentamiento global mediante la acumulación irreversible en la atmósfera del gas metano o CH4, que generan tanto en el metabolismo fermentativo del rumen, como en la degradación de sus deyecciones.

Pero, ¿qué hay de cierto en esto? “Es cierto que el metano se produce en el rumen de los rumiantes durante la pre digestión microbiana de la fibra vegetal ingerida, y también durante la degradación microbiana de las deyecciones del ganado en ausencia de oxígeno. Y es también cierto que desde el punto de vista de limitar un excesivo efecto invernadero, es preferible que el carbono vuelva a la atmósfera en forma de CO2 y no de metano CH4, ya que una molécula tiene hasta 23 veces más potencial de aumentar la temperatura de la atmósfera que una de CO2”, dice Feijoo. (Lea:¿La ganadería se ha convertido en el “chivo expiatorio” para culparla de las emisiones?)

Pero lo que se suele ocultar en estas informaciones es que el metano en la atmósfera no es más que una forma transitoria que adopta el carbono, pues como se aprendió en las clases de química en la escuela, se oxida de forma espontánea reaccionando con el oxígeno del aire, precisamente para dar CO2 y agua.

Esto quiere decir que no se puede acumular metano en la atmósfera de forma indefinida, sino como mucho durante el tiempo que tarda en oxidarse de forma natural, que viene siendo de unos 12 años de media.

Una vez terminados esos años, ese carbono que estaba en forma de metano, vuelve a estar en forma de CO2 en la atmósfera, listo para ser captado nuevamente por la fotosíntesis y comenzar de nuevo un ciclo idéntico planta-animal-atmósfera, impulsado por la energía del sol.

En otras palabras, el metano que produce la actividad ganadera nunca aumenta el balance neto de la concentración de carbono en la atmósfera. “Nunca podrá acumularse en la atmósfera un stock de metano superior a las emisiones de los últimos 12 años, ya que va pasando paulatinamente por oxidación a CO2 y agua en ese plazo, no existiendo la supuesta acumulación irreversible de este gas en la atmósfera”, comenta Feijoo.

El metano es una forma intermedia y transitoria del carbono en la atmósfera que finalmente se oxida a CO2. Cuando procede del ganado, el balance neto atmosférico de concentración de carbono que genera es igual a cero.

Es por esto que, “las fuentes científicas consultables sobre emisión de metano a la atmósfera reconocen que solo el 5% estaría siendo emitido por la rumia de los aproximadamente 1500 millones de cabezas de rumiantes que se estima hay en la actualidad en el mundo”, menciona Feijoo. 

El profesional añade que reducir la acción ganadera global actual, por ejemplo, en un 50%, apenas reducirá las emisiones de este tipo de metano a la atmósfera en un 2.5%. Y esto suponiendo que en la descomposición de los vegetales que dejasen de alimentar a este ganado no se va a producir ningún metano, lo que es evidentemente falso, pues localmente en el suelo hay condiciones anareobias. (Lea: Sector agropecuario pasó de ganador en la pandemia a perdedor en la postpandemia)