Efectos de la deficiencia de cobre en la producción ganadera

La deficiencia de cobre o hipocuprosis es la segunda deficiencia mineral más frecuente en bovinos en pastoreo en el mundo, siendo responsable de considerables pérdidas económicas en la producción ganadera.

De acuerdo con lo expuesto por el Médico Veterinario Zootecnista, MSc., Rubén Darío Carrillo Barbosa, en una nota de infortamboandina.co, “los sistemas ganaderos a base de pasturas pueden sufrir dicha deficiencia en forma primaria, por baja concentración del mineral en el forraje, o bien en forma secundaria, debido a la existencia de otros minerales que intervienen en su aprovechamiento como el molibdeno”.

El hígado, encéfalo, riñones, corazón, porción pigmentada de los ojos y pelo alcanzan la máxima concentración de cobre en la mayoría de las especies, el páncreas, bazo, músculos esqueléticos, piel y huesos presentan un contenido intermedio, la tiroides, pituitaria, próstata y timo son los órganos con menor contenido.

La deficiencia de cobre genera hipocupremia que causa en hembras incremento del estrés oxidativo, especialmente a nivel ovárico. Esto afecta los tejidos esteroidogénicos, con disminución de la síntesis de estrógenos y de progesterona, daños en el ovocito, afectación del desarrollo embrionario y mortalidad embrionaria precoz.

La acromotriquia o despigmentación del pelaje es un signo característico de la deficiencia de cobre en animales, que se manifiesta con un tono gris en zonas oscuras y que suele ser evidente alrededor de los ojos (anteojeras). La diarrea es otro signo asociado a la hipocupremia. Puede causar dificultad para movilizarse lo que comúnmente denominan manea en algunas zonas de Colombia. (Lea: Las diversas fuentes del cobre para suplementar a los bovinos)

En hembras su deficiencia se traduce en bajo rendimiento reproductivo e inmunosupresión. La hipocupremia causa alteraciones reproductivas en vacas, que por lo general es secundaria por excesos de molibdeno o por deficiencias en la dieta. Las vacas pueden mostrar un comportamiento de estro normal y luego en situaciones donde se desarrolla una deficiencia severa de cobre, la ovulación no ocurre y, posteriormente, hay un retraso de los futuros ciclos estrales. Hay infertilidad asociada a celos demorados, suprimidos o silentes, fallas en la nidación, resorciones embrionarias. En hembras jóvenes, hay retrasos en la pubertad, alteraciones del ciclo estral y baja tasa de concepción.

En machos la deficiencia de cobre ocasiona baja de libido, trastornos en la espermatogénesis y baja calidad seminal, daño en el tejido testicular provocando esterilidad. La hipocupremia, es la segunda alteración más frecuente causada por deficiencia de minerales en animales de pastoreo. La carencia es descrita como endémica en algunas regiones de Colombia.

En los bovinos, la deficiencia de este metal puede ser de origen primario debido a un aporte insuficiente de este elemento en la dieta; secundario, dada la presencia de elementos antagonistas; finalmente, se describe una forma terciaria en la que existe falla en la actividad de metaloenzimas del cobre; no obstante, la deficiencia secundaria de este metal es la más frecuente.

El cobre es el microelemento que mayor número de antagonistas posee, entre ellos se destacan: molibdeno, hierro, azufre y zinc. La molibdenosis, también descrita como deficiencia secundaria de cobre, se debe a la reducción biológica de este elemento por aumento de la ingestión de molibdeno.

En Colombia, las regiones del litoral Atlántico y el valle del río Magdalena se encuentran entre las que presentan deficiencias de este microelemento en el suelo y plantas; de esta manera, para bovinos que pastorean en dichas regiones, se considera una práctica fundamental la suplementación del mineral. (Lea: ¿Puede usted reconocer los signos de la deficiencia de cobre en rumiantes?)

Cuando la reserva hepática comienza a agotarse y se pierde la capacidad de mantener un aporte de cobre a los tejidos, comienza la etapa de deficiencia subclínica, caracterizada por una disminución de la concentración plasmática de dicho elemento, por debajo de 60 μg/ dL.

Se denomina etapa subclínica porque los animales no manifiestan ningún síntoma, sólo se detecta si se vigila la producción (ganancia diaria de peso o litros de leche/día) y se encuentra que es inferior a la óptima. En programas de Inseminación Artificial, uno de los indicadores iniciales sería un aumento en la frecuencia de vacas en estro no evidente (baja intensidad en el celo), y en establecimientos de cría extensiva se observará menores índices de fertilidad.

Si los niveles de cobre son más bajos aún, por debajo de los 30 μg/dl, es etapa clínica de la enfermedad, siendo los terneros, la categoría más afectada del rodeo, ya que su requerimiento durante el crecimiento es especialmente alto, por lo que se presenta falta de desarrollo de los mismos.