Reglamentación de jurisdicción agraria, a un paso de su aprobación total
PorCONtexto ganadero-11 de Diciembre 2024
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Por - 17 de Julio 2022
Pensar en las papilas gustativas de los animales es algo que casi ningún productor hace, pues se desconoce completamente el tema. Sin embargo, el paladar de los bovinos es mucho más complejo de lo que se imagina. Conozca el por qué.
Pensar en las papilas gustativas de los animales es algo que casi ningún productor hace, pues se desconoce completamente el tema. Sin embargo, el paladar de los bovinos es mucho más complejo de lo que se imagina. Conozca el por qué.
En el portal Mitreyelcampo exponen que los animales dependen de su sentido del olfato y del gusto para evaluar la alimentación deseable, por lo que cuando los concentrados tienen un olor y sabor desagradable, pueden reducir la ingesta de alimento. (Lea: La importancia de conocer el sentido del gusto de los bovinos)
Lo anterior se presenta debido a la gran cantidad de papilas gustativas que tienen las vacas, por lo que el uso de sabores en los alimentos es una buena forma de aumentar el consumo y el rendimiento del animal.
Por si no lo sabía, los bovinos poseen aproximadamente unas 25 000 papilas gustativas situadas en la superficie dorsal de la lengua, faringe y laringe, comparadas con las 9 000 de los humanos y las 24 de los pollos. Esto quiere decir, que el ganado tiene una mejor respuesta a los sabores alimenticios.
En la revista All About Feed, expertos mencionan que “la permanencia prolongada del pienso en la boca del animal rumiante favorece la solubilidad de los agentes aromatizantes, lo que contribuye adicionalmente a su efecto sobre el sabor de alimentación en la boca y, por lo tanto, mejora la ingesta de alimento y el rendimiento animal”.
En este medio se ejemplifica que, en las dietas basadas en ensilaje, “puede ser esencial utilizar sabores de alimento para enmascarar los efectos de los alcoholes formados durante la fermentación sobre la palatabilidad”.
También puede ser esencial utilizar los sabores de los piensos con una dieta compuesta principalmente de paja cortada en trozos gruesos que generalmente es evitada por los animales. (Lea: Motivar al ganado para comer es clave para el éxito de la producción)
La adición de sabores en la alimentación mantendría a los animales nutridos hasta que aumenten gradualmente el consumo de los elementos que inicialmente evitaron.
Entre algunos de los aromatizantes que pueden usarse está el ajo, el anís, el comino negó y, por otra parte, los extractos de frutas y los productos químicos como la vainillina y el glutamato de sodio. (Lea: ¿Para qué sirven los saborizantes de comida para bovinos?)
El portal mencionado dice que esta teoría está basada en un estudio que demostró que “los terneros alimentados con alimentos con sabor pesaron más en el destete y al final del experimento”.
Los expertos resaltan mucho las vacas lecheras tienen las papilas gustativas muy desarrolladas, por lo que son muy sensibles a los cambios en el sabor de la dieta.
Finalmente, en All About Feed mencionan que “los olores desagradables o los sabores amargos pueden provocar una baja en la ingesta de alimentos por parte de estos ganados vacunos, lo que perjudica el rendimiento de la leche y afectará el rendimiento de la empresa ganadera”.
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