Esta sería la mejor forma para diseñar un biodigestor de tipo salchicha o taiwanés

Este tipo de digestor, también conocido como tipo salchicha o tubular, es la planta de biogás más sencilla y económica de hacer. Para obtener un mayor rendimiento, los expertos Raúl Botero y Julio Orozco explicaron cuál sería la forma geométrica más adecuada.

El digestor fue introducido en Taiwán en 1960 y más tarde un experto local, Chung Po, desarrolló un modelo utilizando goma de neopreno y combinando la cámara de digestión, el tanque de sedimentación y el gasómetro en una sola unidad.

El sustrato no ocupa todo el volumen del digestor, ya que debe quedar un espacio para el gas. Así, a medida que la bolsa se hincha, el gasómetro se va formando y llenando. (Lea: Los tipos de biodigestores que usted puede instalar en su predio)

Como señaló un artículo de investigadores de la Universidad de Piura (Perú), posteriormente en Taiwán los expertos Thomas Preston y Lylian Rodríguez trabajaron en un modelo conocido como biodigestor tubular de bajo costo, buscando superar las desventajas del anterior.

En este modelo se sustituye la cámara de concreto (modelo chino) o de acero (modelo hindú) por una manga de plástico, reduciéndose así la inversión en materiales y mano de obra. Al igual que el modelo desarrollado por Chung Po, no va enterrado sino contenido en una zanja.

Según los autores del artículos, el profesor Raúl Botero de la Universidad Earth de Costa Rica ha sido impulsor de este tipo de biodigestor por su menor costo, mayor facilidad de instalación, manejo, mantenimiento y reparación, y por su alta eficacia.

Precisamente, este experto junto con Julio Enrique Orozco realizaron un trabajo publicado a inicios de este año donde argumentaron que el pentágono sería la forma ideal para construir el biodigestor. (Lea: Biodigestores comienzan a tomar fuerza en Colombia)

Los autores indicaron que la forma más adecuada sería cilíndrica o redonda, pero dada la imposibilidad de construirla en la práctica, se debe buscar la figura que “más se acerque a la forma cilíndrica y que además sea factible su excavación en el terreno, sin derrumbarse”.

“Las figuras que pueden llenar estos requisitos, además se puede observar una flecha que indica la factibilidad de su excavación en el terreno. El pentágono es la figura ideal, ya que esta es la más fácil de excavar y la que tiene menor riesgo de derrumbe”, añadieron.

Para utilizar esta figura, la bolsa de polietileno estará, en gran parte, llena de agua y estiércol, por lo cual el ancho de la fosa debe ser menor que el diámetro de la bolsa de polietileno, para que la presión del agua sea sostenida por las paredes de la fosa y no reviente la bolsa plástica.

“Esto nos lleva a la conclusión de que, para encontrar las dimensiones de la fosa, es necesario circunscribir un pentágono en el área del círculo formada por la bolsa”, apuntaron. (Lea: Biodigestores, tecnología para reducir contaminación en hatos agropecuarios)

El perímetro inferior se ajusta al perímetro de la fase líquida. Ajustado el perímetro queda un sobrante, el cual se suma al perímetro superior, cuando se tiene el resultado se encuentra el diámetro que puede sostener este perímetro y ese será el ancho de la fase líquida.

Si desea ver en detalle cuáles serían las dimensiones y los cálculos para implementar este sistema con el pentágono como figura geométrica, consulte el siguiente enlace.