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Higiene y cuidados de la ubre para tener una buena producción

Por - 24 de Agosto 2020

Si a la hora de ordeñar no se tiene la higiene adecuada se convierte en una forma de transportar bacterias y causar problemas en las ubres, señaló Johana Milena Jerez, médica veterinaria y zootecnista de Carval División Ganadería, en una charla organizada por Asojersey.


Si a la hora de ordeñar no se tiene la higiene adecuada se convierte en una forma de transportar bacterias y causar problemas en las ubres, señaló Johana Milena Jerez, médica veterinaria y zootecnista de Carval División Ganadería, en una charla organizada por Asojersey.

Entre los aspectos que se deben tener cuidado son las sondas y cánulas, el suelo, el agua, el equipo de ordeño, las toallas y el papel y la cama, entre otras.

Según la profesional, la punta y la piel del pezón son la primera barrera natural que tienen los animales y allí hay que tener cuidado con las heridas físicas, lesiones causadas por virus (aftosa), lesiones causadas por equipos de ordeño (punta de pezón), y el uso de productos de baja calidad. (Lea: ¿Cómo se desarrolla la ubre durante el crecimiento de las vacas?)

Las lesiones por virus son bastante comunes en algunos países y hace que el tema de cicatrización y el manejo en el ordeño sea difícil por eso se debe procurar mantener los hatos libres de virus.

Cuando se tienen pezones muy secos se vuelve un foco de contaminación. Así mismo cuando están cuarteados, va a ser difícil de ordeñar y de limpiar porque va a acumular más barro y tienden a quebrarse fácilmente y esos resquebrajamientos ofrecen oportunidades para las bacterias causantes de mastitis.

Para que una bacteria se instale y se multiplique necesita humedad, alimento y temperatura y una herida cumple con esas condiciones

Además, dijo, heridas, cortadas y lesiones de punta de pezón producen dolor al ordeño lo que interfiere con la liberación de oxitocina para la apropiada bajada de leche. (Lea: 3 aspectos para evaluar la ubre)

Los productos utilizados tanto en el sellado como en el presellado, deben acondicionarse a la piel y no todos están diseñados para el ordeño, no inventar productos y no buscar desinfectantes sino productos certificados que cuiden y mantengan esa barrera de piel, fueron otras de las recomendaciones de la experta.

También se debe tener en cuenta que en el proceso de ordeñar es necesario un pezón limpio y desinfectado.

La posibilidad que una bacteria entre por el pezón, una vez abierto es muy grande. En el momento en que se abre el esfínter para el ordeño se debe garantizar que la punta y todo el pezón estén lo suficientemente limpio, seco y desinfectado.

Se debe instaurar en las fincas un programa de diagnóstico de la mastitis que permita cuantificarla y determinar cuáles son las bacterias causantes. Tratar todos los casos de mastitis y registrar los datos permite tomar mejores decisiones. (Lea: Cuidados de la ubre de la vaca Hartón del Valle)

Cuando se tiene información se puede llegar al siguiente paso que es encontrar aquellas vacas que son crónicas y que se deben descartar.

Cuando existan vacas que han sido tratadas por periodos largos y no responden al medicamento es preferible desecharlas. Si al hacer un análisis clínico detecta que su hato tiene vacas con conteo de células somáticas permanentemente altos, es preferible deséchelas así como aquellas cuyos cultivos han mostrado productividad para S. Aureus.

También se deben tener en cuenta otros indicadores como baja producción de leche; dificultad para preñarse; cojeras, dificultad para moverse y alimentarse; y, número de partos.

El periodo seco es clave para una futura lactancia. Es la fase de recuperación de la glándula para la próxima lactancia y en la cual la ubre comienza su proceso de involución y la leche remanente es absorbida.

La duración del periodo seco es mínimo de 45 días para vacas con 2 o más lactancias y de 60 días para vacas de primera lactancia. (Lea: Conozca sistema de alertas para proteger los cuartos sanos de las ubres)

En el periodo seco hay dos puntos muy importantes en los que se debe proteger al animal como son las dos o tres primeras semanas porque es donde está recogiendo la leche de su ubre. Cuando se pone un tratamiento de secado no es el tratamiento como tal el que seca el animal sino el proceso de cambio de hábitos del animal lo que va a hacer que esta leche disminuya y desaparezca en esas primeras semanas pero es un momento en el que el animal es muy susceptible a sufrir una mastitis.

Por eso la práctica de secado debe ser con todas las medidas de higiene, se debe evaluar el animal antes para saber si tiene mastitis y así tratarla previamente.

El otro periodo es cuando se acerca el parto, las últimas dos semanas, son momentos críticos porque es cuando el animal empieza a llenar su ubre y si tiene problemas de alimentación puede estar sufriendo una hipocalcemia y empieza a gotear leche antes del parto y también es susceptible a una mastitis en el preparto. Además, si no tiene unas adecuadas condiciones de higiene en esos últimos días en el lugar donde va a parir se vuelve un foco de enfermedad.

Los periodos de mayor susceptibilidad para microorganismos ambientales y contagiosos son el primero y cuarto periodo seco.