Forraje propio en finca
Foto: culturaempresarialganadera.wordpress.comEn Tocaima, Cundinamarca, la finca de Fernando está completamente dedicada a la producción de comida para el ganado.

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“Nada es más económico que producir forraje en su finca”, dice ganadero

Por CONtexto ganadero - 02 de Septiembre 2024

En Tocaima, Cundinamarca, la finca de Fernando está completamente dedicada a la producción de comida para el ganado.

La experiencia de la Ganadería Ecoláctea ofrece un ejemplo claro de cómo la producción de forraje en la propia finca puede ser la clave para una ganadería exitosa y sostenible.


En la cuenta de Instagram "Rumiando y Viajando", el ganadero Fernando, de Ganadería Ecoláctea, comparte su valiosa experiencia en la producción de forraje y pastos, subrayando la importancia de esta práctica para la rentabilidad y sostenibilidad de su finca. Su mensaje es claro y contundente: “Nada es más económico que producir forraje en su finca”. Esta afirmación, aunque sencilla, encierra una serie de prácticas y conocimientos que son fundamentales para cualquier ganadero comprometido con la eficiencia y la calidad en la alimentación del ganado.


Manejo integral de la producción de forraje


Producir forraje no es una tarea que se pueda tomar a la ligera. Como bien menciona Fernando, este proceso “implica manejo, riego, abonos, control de plagas, en fin”. Cada uno de estos elementos es crucial para asegurar que el forraje producido sea de la más alta calidad, lo que se traduce directamente en una mejor nutrición para el ganado y, en última instancia, en mayores rendimientos económicos para la finca.

El uso de abonos es uno de los pilares en la producción de forraje. Fernando enfatiza que nunca se debe dejar de abonar, independientemente del costo, ya que “no hay nada más económico que un kilo de pasto de buena calidad que usted produzca en su finca”. Esto resalta la necesidad de invertir en el suelo, ya que un suelo bien abonado es la base para una producción sostenible y rentable.


Diversificación y manejo del forraje en la sabana de Bogotá


En la sabana de Bogotá, Fernando siembra una variedad de pastos como avena, raygrás y kikuyo. Cada uno de estos tiene un propósito específico en la estrategia de manejo de su finca. Por ejemplo, la avena es fundamental para la producción de silos, una técnica de conservación de forraje que permite alimentar al ganado durante épocas de escasez.

Fernando destaca que en su finca no se practica el pastoreo directo; todo el forraje es cortado y procesado. Este enfoque requiere una planificación cuidadosa y un manejo riguroso de los suelos. “Todo el estiércol que produzco se le incorpora a la finca”, comenta, señalando la importancia del reciclaje de nutrientes dentro del sistema productivo.


Producción de forraje en Tocaima, Cundinamarca: Heno, angleton y pasto estrella


En Tocaima, Cundinamarca, la finca de Fernando está completamente dedicada a la producción de comida para el ganado. Entre los cultivos principales se encuentran el heno, el pasto angleton y, recientemente, el pasto estrella. Este último es especialmente apreciado por sus características: “Es un pasto increíble, tiene buena proteína, es un pasto súper suave, los animales se lo devoran”. Además, es muy valorado en el mercado por su textura menos fibrosa en comparación con el angleton, lo que lo hace más apetecible para los animales y comercialmente atractivo.

El maíz para silo es otro componente clave de la estrategia de Fernando, quien lo ensila en silopress, una técnica que permite conservar grandes cantidades de forraje en un espacio reducido, garantizando la disponibilidad de alimento durante todo el año. Aunque parte del heno producido es vendido, el silo es destinado exclusivamente al consumo propio de la finca, asegurando que el ganado reciba una dieta equilibrada y constante.


La nutrición: Clave del éxito en la ganadería


Fernando concluye su testimonio resaltando la importancia de la nutrición en la ganadería. Para él, el 70% del éxito de una finca depende de “una nutrición balanceada y de buena calidad”. Esta afirmación refuerza la idea de que la producción de forraje en la propia finca no solo es una estrategia económica, sino también una forma de garantizar que los animales reciban el mejor alimento posible, lo que se traduce en mejor salud y productividad.


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