Humberto de la Calle
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Gobierno y Farc buscan definir acuerdo sobre tema agrario

Por - 25 de Mayo 2013

Tras 7 meses de diálogos en La Habana, Cuba, el país sabrá cómo se negoció el punto sobre Desarrollo Agrario Integral. Los sectores de la producción han manifestado su preocupación por lo que sería aprobado en el transcurso de estos días.


Tras 7 meses de diálogos en La Habana, Cuba, el país sabrá cómo se negoció el punto sobre Desarrollo Agrario Integral. Los sectores de la producción han manifestado su preocupación por lo que sería aprobado en el transcurso de estos días.

Desde el pasado 17 de octubre de 2012, fecha en que el Gobierno anunció que empezaban formalmente  las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC, quedó claro que el primer punto a tratar en la agenda de los diálogos sería la iniciativa de Desarrollo Agrario, lo cual no cayó muy bien entre los gremios del sector agropecuario en Colombia, los cuales están a la expectativa por las implicaciones y resultados de la iniciativa que estaría a punto de ser acordada. (FARC llaman a Gobierno de Colombia a resolver tema agrario "sin dilaciones")

Uno de los más fuertes críticos al tema de negociar la tierra en Colombia es José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, quien ha manifestado en repetidas ocasiones que el tema agrario no debía que ser el primer punto de los diálogos, por el contrario, el dirigente gremial ha sido enfático al afirmar que la ruralidad en Colombia requiere urgentemente de inversión por parte de los empresarios del país y del mismo Gobierno. (Primera propuesta de las Farc: reforma rural y agraria, análisis de Rafael Guarín)

“Se le pueden entregar a los campesinos millones de hectáreas provientes de la restitución, pero esas tierras necesitan una inversión cercana a los $20 billones de pesos para hacerlas productivas y que no se entreguen simplemente por cumplir con un trámite”, explicó Lafaurie. ("El corazón de las negociaciones no debe ser la tierra y desarrollo rural": Lafaurie)

Por su parte, Rafael Hernández, presidente de la Federación Nacional de Arroceros, aseguró que su sector se siente muy intranquilo de cara al anuncio que pronto harán el Gobierno y las FARC. (Desarrollo rural, una apuesta que tiene varios frentes)

“Hay un tema que nos preocupa mucho y es el manejo que le dará el Gobierno a los compromisos que llegaría a adquirir con las FARC, pues allí se ven directamente afectados los campesinos”, afirmó el máximo representante de los arroceros. ("Subsisten diferencias notables en el anhelo de transformar el campo", dice De la Calle)

Además de Fedegán y Fedearroz, la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, a través de su presidente, Rafael Mejía, manifestó el temor que existe en el campo colombiano ante los acuerdos que se lleguen a firmar y los cuales pueden perjudicar seriamente a los productores de todos los sectores. (Gremios agropecuarios: Prudencia y escepticismo frente a las negociaciones)

“Nuestro recelo se convierte en zozobra ante los pronunciamientos de las FARC, que no se limitan a los temas del preacuerdo, con el Desarrollo Rural Integral y el acceso a la tierra como primer punto de la agenda, sino que claramente pretenden imponer ejes para el modelo de desarrollo, la economía de mercado, la propiedad privada y el ordenamiento democrático; elementos fundamentales de nuestra esencia constitucional como Nación”, argumentó Mejía.

Desde la apertura de los diálogos han llovido críticas por haber incluido el tema agrario en la agenda de negociaciones. Eduardo Mackenzie, reconocido analista político y columnista, aseguró en su momento: “de acuerdo a lo que se negocia en La Habana, si queremos la paz habrá que “dejar a merced de las FARC el territorio que han dominado”; que la pequeña propiedad es mejor que los grandes cultivos, que hay que oponerse al desarrollo capitalista del agro, que hay que “acabar” con los propietarios de tierras, que hay que discutir una “estrategia de choque que nos lleve a una redistribución de la tierra”, que hay que favorecer un “modelo de desarrollo campesino” y no un modelo de desarrollo empresarial, etc”. ("Ni el Gobierno ni las Farc saben de desarrollo rural": Lafaurie)

Estas posturas muestran que el país se mantiene a la expectativa ante lo que sería el primer acuerdo alcanzadodurante 7 meses de negociaciones. Es evidente que no existe mucho optimismo y por el contrario la preocupación es generalizada, porque el manejo y administración de la tierra en Colombia podría dar un giro dramático durante los próximo años.

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