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Foto: Néstor Aguirre - UdeA.

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Con datos en tiempo real, investigadores esperan predecir inundaciones

Por - 17 de Junio 2021

Con el Sistema de Medición de Variables Ambientales, ingenieros e investigadores de la Universidad de Antioquia obtienen datos en tiempo real para predecir inundaciones en la zona de influencia de la ciénaga de Ayapel y cuerpos de agua menores de este municipio cordobés.


Con el Sistema de Medición de Variables Ambientales, ingenieros e investigadores de la Universidad de Antioquia obtienen datos en tiempo real para predecir inundaciones en la zona de influencia de la ciénaga de Ayapel y cuerpos de agua menores de este municipio cordobés.

El sistema cenagoso de Ayapel ‘baña’ el municipio que lleva su nombre, ubicado al oriente del departamento de Córdoba. Este complejo hídrico se encuentra entre 25 y 50 metros sobre el nivel del mar y está conformado por 40 ciénagas, caños y ríos que interactúan entre sí para darle origen a lo que se conoce como La Mojana. (Lea: Luego de los bloqueos, ahora las inundaciones afectan la vacunación en Arauca)

En época de aguas altas, el sistema puede alcanzar un área de 145 km2 y durante las aguas bajas se reduce hasta 40 km2. Está ubicado en la vertiente Caribe colombiana, conformada por las cuencas de los ríos como el Magdalena, Cauca, Atrato, San Jorge y Sinú, que tienen un ciclo hidrológico que inunda las tierras bajas cada año.

Las comunidades que habitan los alrededores del sistema cenagoso sufren, entre otras dificultades, inundaciones cada año, daños en sus cultivos, problemas de contaminación en el agua y reducción de la oferta pesquera. Néstor Aguirre, investigador del Grupo de Geografía y Limnología —GeoLimna—, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, señaló que el aprovechamiento de los recursos naturales enfrenta a este conjunto de ecosistemas a una presión constante que puede resultar insostenible en cuanto a su desarrollo económico, social y ambiental.

Esta reserva hídrica tiene una compleja estructura que sirve de hábitat a diferentes comunidades de fauna cuyo ciclo alimenticio se basa en plantas acuáticas y microorganismos, por lo que se generan procesos de producción y consumo. El sistema cenagoso tiene una conexión con el río Cauca desde Caucasia hasta Nechí, ubicados entre Antioquia y Córdoba, y con el río San Jorge al estar ubicado en la puerta de La Mojana, zona rica en humedales perteneciente a la depresión momposina, explicó Aguirre. (Lea: Pasaron de extrema sequía a inundaciones en 20 días)

Predicciones más precisas

El 2 de febrero de 2018, el Sistema Cenagoso de Ayapel entró en el listado de la Convención Internacional Ramsar, en la que se busca la conservación y el uso racional de los recursos en ecosistemas valiosos y vulnerables, gracias a un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Antioquia —con el Grupo GeoLimna y la Escuela Ambiental—, Corpoayapel y el Ministerio de Medio Ambiente.

Después de esta declaratoria, la Facultad de Ingeniería le hizo frente al reto de continuar con el monitoreo permanente del conjunto de ciénagas y de contribuir a la toma de decisiones frente al aprovechamiento de los recursos naturales con datos confiables.

El Grupo GeoLimna trabaja en alianza con el Grupo de Electrónica de Potencia, Automatización y Robótica —Gepar— en el proyecto Sistema de Medición de Variables Ambientales —Simevam—, adscrito al Comité para el desarrollo de la Investigación de la Universidad de Antioquia.

«Instrumentando las cuencas —mediciones en tiempo real— con datos confiables, podríamos tener una cantidad de datos significativa que nos permita hacer predicciones y responder a preguntas tan cotidianas como ¿habrá subienda? o ¿nos inundaremos este año?»,señaló el docente Aguirre Ramírez, doctor en Ciencias Naturales-Limnología.

Algunas de las variables ambientales que monitorea Simevam son el nivel y calor del agua, la luz y los iones en el agua. Esta información se obtiene en tiempo real gracias a “métodos electrónicos y computacionales que permiten generar simulaciones y anticipar las inundaciones”, indicó Aguirre Ramírez. (Lea: Cesar declara alerta amarilla ante riesgo de inundaciones y deslizamientos)

El investigador del Grupo Gepar, David Fernández Mc Cann, explicó que “para poder predecir tienes que tener la capacidad de observar alguna tendencia y para observar esta tendencia necesitas datos. Entonces no solo basta una información puntual que se suministra desde las diferentes investigaciones que se han hecho desde la Universidad, sino que realmente, si queremos predecir con precisión, necesitamos contar con datos continuos”.

Lo primero que requiere este monitoreo es ubicar aparatos para medir estas variables: “Saldrán primero unos dispositivos que vamos a ubicar a orillas de la Ciénaga de Ayapel, en un lugar estratégico. A través de internet, vamos a poder obtener esa información continua que se puede observar en la pantalla de su computador. Será información pública, si es posible, y tendremos un grupo de estudiantes para que observen estos datos y los analicen”, indicó Aguirre Ramírez.

Anticiparse a las inundaciones, entre otros comportamientos de estos ecosistemas, es importante en tanto a que el crecimiento demográfico, y la deforestación que esta genera, ha aumentado la frecuencia de estos eventos, sobre todo durante el fenómeno de La Niña, cuando se tienen mayores afectaciones.Los investigadores resaltaron que para poderse adaptar a esta situación es importante contar con mayor información y aceptar el reto de la instrumentación y la medición confiable de variables físico-bióticas o ambientales y el procesamiento de esta con fines predictivos. (Lea: Inicio de mayo estará acompañado de lluvias)

Aunque ahora la investigación se realiza a corto plazo y va hasta el año 2023, los investigadores señalaron que se requiere de procesos de largo aliento que permitan reunir datos por lo menos durante una década para poder hacer predicciones confiables que beneficien a las comunidades y los ecosistemas.

Esta recolección permanente de datos y en tiempo real del conjunto de ciénagas es importante para preservar los servicios ambientales de este sistema cenagoso, que provee de agua a la región, tiene asociada una estructura de producción arrocera —recientemente de mango—, y es una zona ganadera y de pesca, con lo que se beneficia directa e indirectamente a más de 48 000 habitantes de Ayapel.

Por: Yenifer Aristizábal Grajales - UdeA.

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