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Precio de la leche no es el único abuso de la industria con los ganaderos

Por - 05 de Diciembre 2016

Los productores lecheros de Antioquia, Boyacá y Cundinamarca han manifestado su malestar por la reducción en el precio de la leche en el último mes, pero aclaran que esa no es la única práctica desleal que hacen las empresas acopiadoras.


Los productores lecheros de Antioquia, Boyacá y Cundinamarca han manifestado su malestar por la reducción en el precio de la leche en el último mes, pero aclaran que esa no es la única  práctica desleal que hacen las empresas acopiadoras.   Los ganaderos llevan varios años advirtiendo sobre el poder de la industria de la leche y su forma de pagar. Si bien es cierto que la resolución 017 de 2012 estableció que el precio debería ajustarse a la calidad del producto, las empresas han encontrado la forma de cumplir con la normatividad pero manipulándola para su beneficio.   CONtexto ganadero ha revelado las denuncias de los productores, que manifestaron que empresas como Alpina, Alquería, Algarra, Parmalat, entre otras, han bajado el precio para las quincenas de noviembre de forma intempestiva y sin previo aviso. (Lea: Malestar contra varias empresas por precio al que pagan leche en Ubaté)   Muchos recibieron su planilla de pago confiados en el pago que les venían desembolsando. No obstante, se llevaron una desagradable sorpresa cuando vieron que el precio había bajado entre $20 y $80 por litro.   Algunos habían previsto que no habría ninguna disminución debido a la baja producción durante al año, por lo cual los stocks de las empresas estaban en niveles disminuidos, así como por los cupos utilizados de los contingentes arancelarios de leche en polvo.   Sin embargo, el mes de noviembre llegó con una amarga noticia y desde varias cuencas lecheras del país, los ganaderos denunciaron la baja en el precio. (Lea: ¿Por qué la indiferencia de MinAgricultura frente al precio de la leche?)   Esto alarmó a los productores, que viven en medio de la zozobra por cuenta de los abusos de la industria. La gran mayoría se queja porque las empresas manipulan el precio a su antojo y se quedan con todas las ganancias. Sin embargo, este no es el único tema que inquieta a quienes dependen de esto para vivir.   El tema del transporte es uno de los que más preocupación genera. Según la norma, ellos deben asumir el costo de movilizar la leche desde su finca al centro de acopio y de allí a la empresa. Este cobro se les descuenta en la planilla de pago, mientras que las acopiadoras se ahorran ese dinero.   De hecho, cuando la vía se encuentra muy deteriorada, las empresas se niegan a acopiar la leche para evitar problemas. Esto le pasó a productores de Yacopí, en Cundinamarca, que no pudieron vender el lácteo porque la carretera está totalmente dañada.   “A mí me llamó Alquería porque estaban interesados en pagarnos la leche. Pero la persona me preguntó por la vía y cuando yo se la describí, me dijo que no podían recogernos, además porque no tenemos centro de acopio”, contó Wagner Mahecha, presidente de la Asociación de Ganaderos de la inspección de Guayabal. (Lea: A pesar de problemas, Colombia sigue sin utilizar salvaguardias)   De otro lado, aunque el mes de diciembre representa alegría y descanso para la gran mayoría de colombianos, los ganaderos temen la llegada de esta temporada, pues las empresas usan como pretexto las vacaciones escolares para bajar el precio.   Además, los días previos al 25 de diciembre y el 1 de enero, los acopiadores cambian el horario para evitar recoger la leche en estas fechas. Así lo denunció un productor en Boyacá:   “Ellos mandan las rutas excesivamente temprano para que la gente no alcance a entregar. Ellos se hacen los locos para recibir la leche y nosotros no podemos parar ningún día porque las vacas se deben ordeñar”.   Según él, aunque es válido que las empresas dejen salir más temprano a sus empleados en esos días, no justifica el hecho de que no recojan el producto leche ni que tampoco adviertan sobre el cambio de horario.   En otra zona de Boyacá, un ganadero contó que las empresas como Alquería y Algarra habían bajado hasta $120 por cada litro de leche. En este caso, no solamente quitaron las bonificaciones voluntarias sino que también redujeron el pago por calidad de leche.   Según contó, el chófer del carrotanque que acopia la leche es quien toma las muestras y las envía al laboratorio de la empresa. Hace 2 meses, al productor le rebajaron por calidad de leche porque encontraron restos de antibiótico en su leche. Desconcertado, decidió hacer las pruebas por su propia cuenta y confirmó que la empresa lo había engañado.   "Ellos le creen más al conductor que a uno, entonces por eso me cambié de empresa. Pero me volvió a pasar lo mismo con la que estoy ahora hasta que me solucionaron el problema. Me di cuenta que todas las empresas hacen lo mismo, manipulan las pruebas de laboratorio para bajarle el precio a uno cuando están descuadrados", dijo.    Otro productor en Cundinamarca comentó una práctica que empezaron a emplear funcionarios de Alquería para exigir más producto. (Lea: Gobierno es culpable de no proteger a ganaderos de las ‘enlechadas’)   “Ellos sacaron una varilla medidora de leche, con la que nos dicen que la cantina de 40 litros no es de 40 y toca completarles con litro y medio más”, afirmó.   El ganadero se mostró ofuscado porque había adquirido la cantina de una marca reconocida, que se ceñía a las normas internacionales ISO y con la cual estaba seguro que registraba 40 litros.   Ante este problema, decidió interponer un reclamo en la Superintendencia de Industria y Comercio para reclamar cuál empresa estaba engañando a los consumidores, si la que fabricaba la cantina o Alquería con su varilla.   Cuando los funcionarios se enteraron de la denuncia que iba a hacer el propietario de la finca en Cundinamarca, dejaron de utilizar la varilla y volvieron a recoger los 40 litros que indicaba la cantina.   Está claro que las quejas de los ganaderos serán más frecuentes con el paso de los días y que no cesarán hasta que el Gobierno no establezca unas reglas más claras que los favorezcan, como los contratos de proveeduría y una política integral que los protejan frente al poder de las comercializadoras lácteas. 

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