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Foto: engormix.com

reportaje

Cría y levante de terneras, aspectos fundamentales de la rentabilidad

por: - 31 de Diciembre 1969


Del manejo de estas actividades depende el futuro, la rentabilidad y la productividad de la explotación, señala Alejandro Garavito Henao, director técnico de Asonormando.

Si estamos desarrollando un programa de mejoramiento genético, en el cual se busca que cada generación que llega sea mejor a la anterior, se debe buscar que esas terneras que a futuro van a ser las vacas de remplazo tengan las condiciones adecuadas para desarrollarse y llevar a cabo una vida productiva y reproductiva eficientes. (Lea: Terneras, el futuro de la ganadería de leche)

De esa manera se puede aumentar el número de vacas y la cantidad de leche que se produce. Además se pueden vender las novillas para genética cuando se tienen excedentes y así ayudar a nuevos criadores con esa base.

Enfatiza en que es importante adaptar y no adoptar los sistemas de crianza a las condiciones de la finca. Ser concientes de las condiciones del medio ambiente, las ventajas y desventajas que se puedan tener en determinado momento y aprovecharlas al máximo para beneficio de la explotación.

Explica que el proceso de crianza y levante de las terneras representa una inversión importante y un tiempo de trabajo que no puede ser omitido. Se debe por tanto evitar falsas economías, pues lo que se economiza en el proceso de crianza no se va a recuperar a futuro cuando la novilla llegue a su primer parto y la vaca comience su producción. Como resultado, se va a tener una baja eficiencia productiva y reproductiva si las terneras no han sido eficientemente criadas, afirmó Garavito. (Lea: ¿Usted deja las terneras de reemplazo o compra novillas preñadas?)

Desafortunadamente, dijo, en algunos casos se le da poca importancia a este proceso y se pretende que una vaca que no fue bien criada sea un excelente animal.

Lo que se debe buscar es una vaca con muy buen desarrollo, que exprese el doble propósito del normando, que produzca leche de calidad pero que también tenga un excelente desarrollo muscular, buenos aplomos, una ubre que responda a las necesidades de producción de leche.

“Debe interesarse en la crianza de las terneras porque un crecimiento adecuado es importante e influye sobre peso y edad al primer parto, así como la producción en la primera lactancia”. (Lea: Aspectos importantes en el manejo de terneras de reemplazo)

Una buena crianza significa proliferación de células mamarias lo que va a generar un mayor desarrollo mamario e incremento de producción, explicó.

Con un adecuado proceso de crianza se busca que la mortalidad de las terneras sea inferior al 5 %. Para ello se deben cuidar los aspectos sanitarios, nutricionales, de manejo, medioambientales, para que tengan un desarrollo adecuado.

A menor peso de las terneras a los seis meses de edad, menor producción al primer parto, indicó. En los seis meses, una ganancia inferior a 800 gramos al día reduce el desarrollo mamario y la producción lechera. Tampoco es bueno ganancia mayor a 1.000 gramos día porque favorece el desarrollo del tejido adiposo en la ubre, disminuyendo la producción al parto. (Lea: Estudian efecto de la edad de primer parto en producción de vacas Lucerna)

En una buena novilla se busca que al llegar a los seis meses de edad tenga un peso entre 180 y 200 kilos que equivale al 30% del peso adulto; que sea un animal que tenga un buen desarrollo entre los 20 y 24 meses y que al primer parto esté por encima de 600 kilos.

Una buena novilla entre los 0 y 6 meses debe tener un crecimiento elevado, entre 800 y 900 gramos por día. A partir de los seis meses y en el caso de parto precoz debe ganar 700 gramos por día y en parto tardío 500 gramos.