El contrato de proveeduría es un esencial elemento que los productores siempre han solicitado, pero al que la industria le ha hecho al quite ¿por qué no hacerlo ahora?

El pasado 20 de julio inició una nueva legislatura en el Congreso de la República. Inmediatamente fue radicado un Proyecto de Ley que literalmente prohíbe la exportación marítima de animales en pie con fines de consumo, reproducción, cría, levante, producción, engorde y/o sacrificio. En otras palabras, por poco prohíben todas las actividades de ganadería.

Los puntos sobre las íes: la población en Colombia sí quiere tomar leche; las problemáticas actuales de mercado no son de oferta sino de demanda; la solución estructural que necesita el país y las ineficiencias en la transformación y en la comercialización.

En los primeros cuatro meses del año el comercio internacional de productos lácteos y cárnicos muestra un gran contraste. ¿Por qué en carne sí podemos ser ofensivos, pero en leche no?

El tiempo está por terminar para que el libre comercio inicie, primero con Estados Unidos, y luego con la Unión Europea. En el caso cárnico, empezará en el año 2021 con el país del norte y en 2022 con el viejo continente, mientras que en leche será en 2025 y 2027 respectivamente.

2021 deberá ser un año en el que se reestablezca el consumo, pero para ello hay que adoptar dos frentes de trabajo: mantener o disminuir las cargas tributarias y reenfocar el gasto en sectores que generen empleo y riqueza de forma rápida, y promover sectores con inmenso potencial de exportación.

Te lo dije, decía mi querida abuela cuando ocurría algo que ella pronosticaba ocurriría, pero yo le llevaba la contraria, no hacía caso y los sucesos desencadenados terminaban dándole la razón. La voz de la sabiduría.

Una de las consecuencias de la situación sanitaria actual será que, al finalizar la crisis, el mundo tendrá al menos otros 130 millones de personas que habrán retornado a niveles de pobreza. Algo salió mal cuando diferentes países diseñaron las políticas públicas de lucha contra el hambre y la desigualdad, ¿Qué ocurrió?

Lo importante ahora es que el mundo realmente le dé la mirada que se merece al sector agropecuario, que no se quede solo en un discurso propio a la pandemia, y que superada esta no volvamos al olvido de lo rural y de sus pobladores.

Cuando finalice la crisis actual los diferentes países tendrán que replantear la forma de integración que han llevado después de la Segunda Guerra Mundial y deberán definir si los organismos multilaterales actuales son los que necesita el planeta. La respuesta debería llevar obligatoriamente a un reordenamiento institucional. No necesariamente será así.