Aumenta la confianza de los agricultores colombianos en el maíz transgénico

El maíz transgénico en Colombia aumentó en un 23,6 % en 2020 para un total de 109 000 hectáreas. Tres nuevos departamentos adoptaron el cultivo de maíz genéticamente modificado: Arauca, Guaviare y Norte de Santander.

En 2020, los agricultores colombianos decidieron seguir apostando por los beneficios de la tecnología del maíz genéticamente modificado (GM) a pesar de la pandemia que puso en jaque la economía. Según cifras del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, la adopción de maíz transgénico aumentó en un 23,6 % con respecto a 2019. (Lea: En 15 % aumentaron los cultivos transgénicos en Colombia en 2019)

Con la adición de tres nuevos territorios, los departamentos de Arauca, Guaviare y Norte de Santander se unen como nuevos productores de maíz GM. Los principales departamentos productores son Córdoba, Meta, Tolima y Valle del Cauca, donde se siembra cerca del 84 % del total producido en Colombia.

En total, fueron 109 128 hectáreas (ha) de maíz GM que se cultivaron en 21 departamentos del país, contribuyendo significativamente a la seguridad alimentaria y a hacer de la agricultura una práctica más sostenible gracias a la innovación en semillas.

De acuerdo a las cifras recientemente proporcionadas por el ICA, la semilla de maíz GM apilado que contiene las características de tolerancia a herbicidas y resistencia a algunos insectos plaga es la preferida de los agricultores. Del total sembrado en 2020, unas 96 249 hectáreas contaban esta tecnología en comparación a las 7.000 hectáreas maíz que sólo tenían la característica de tolerancia a herbicidas. (Lea: Importancia de transgénicos para cubrir demanda de maíz doméstico)

Los grandes productores de maíz transgénico

Mientras tres nuevos departamentos incursionan en la producción de maíz genéticamente modificado, otros cuatro se consolidan como los grandes productores del país.

El Meta es el mayor adoptante con 30,245 hectáreas (ha) sembradas, seguido de Tolima con 23,247 (ha); Córdoba suma 19.481 (ha), y el Valle del Cauca con 18,450 (ha). Entre los cuatro aportan la gran mayoría del maíz GM que se siembra en Colombia. Otros como Caldas, Casanare y Risaralda aumentaron significativamente el número de hectáreas con respecto al año 2019.

"¿Por qué seguimos creciendo en la adopción de cultivos transgénicos? Porque la tecnología funciona, porque ha brindado beneficios a los agricultores y nos ha permitido aportar a la producción nacional de maíz. Necesitamos asegurarnos de que todos los agricultores tengan acceso a las innovaciones, de modo que tengan todas las herramientas posibles disponibles para ofrecer una agricultura sostenible", sostiene María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de Agro-Bio. (Lea: ¿Cuál es el aporte de los alimentos transgénicos al sector pecuario?)

Una tecnología para hacer agricultura de una forma sostenible

Según un estudio publicado en la revista científica especializada GM Crops & Food que evaluó el impacto de los cultivos transgénicos en Colombia tras 15 años de adopción, esta tecnología ha ayudado a los agricultores colombianos a producir más usando menos recursos, además de reducir la huella ambiental que deja la agricultura.

El mismo estudio asegura que el maíz GM obtuvo un 17% más de rendimiento sobre el convencional, lo que se traduce en más grano sin necesidad de aumentar la frontera agrícola.

Para ilustrar, si la tecnología de maíz GM no hubiera estado disponible para los agricultores en 2018, mantener los niveles de producción para ese año utilizando tecnología convencional habría requerido la siembra de 11,240 hectáreas adicionales de tierra agrícola para el maíz. Esto equivale a alrededor del 5,2% del área comercial total sembrada con maíz en 2018 en el país. (Lea: Con 95 mil hectáreas, transgénicos aportan a la economía del país)

A nivel mundial son cada vez más los países que confían en las semillas transgénicas. Actualmente, un total de 29 países siembran cultivos genéticamente modificados e incluso algunos han llevado a cabo sus propios desarrollos para solucionar los retos locales de la agricultura con el cambio climático.