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Conozca todo lo que debe saber de la siembra directa manual de leucaena

Por - 13 de Noviembre 2019

En los sistemas silvopastoriles, los productores tienen la opción de hacer uso de la siembra directa mediante procesos manuales dependiendo del tipo de suelo. En el caso de la leucaena, se deben tener en cuenta varios aspectos que serán explicados por CONtexto ganadero.


En los sistemas silvopastoriles, los productores tienen la opción de hacer uso de la siembra directa mediante procesos manuales dependiendo del tipo de suelo. En el caso de la leucaena, se deben tener en cuenta varios aspectos que serán explicados por CONtexto ganadero.

El establecimiento de siembra como la leucaena debe realizarse mediante el cumplimiento de unos requisitos que el productor debe tener en cuenta a la hora de inicial el proceso. En este contexto, el lote, las dimensiones del surco, las semillas, la altura y la profundidad de las franjas juegan un papel importante en el procedimiento. En CONtexto ganadero, le explicamos todo lo que debe saber de este mecanismo. (Lea: Actividad agrícola con ganadería hace más efectivo el manejo de las malezas)

Siembra directa manual

Este sistema se recomienda para lotes poco empastados o con pastos menos agresivos tales como las gramas, pero también puede ser utilizado en pasturas de excelente cobertura. En el primero de estos casos, se aplica herbicida a todo el lote y se trazan las franjas en las cuales se establecerá la leucaena. Luego, con azadón se remueve el material vegetal de estas franjas que tienen una dimensión entre 40 a 50 centímetros de ancho y se procede al ahoyado.

Después se ponen 3 a 4 semillas por sitio, por lo cual se debe hacer un buen hoyo que remueva la tierra al menos hasta los 25 o 30 cm de profundidad, de tal forma que se pueda conseguir un suelo aireado y blando que permita un buen desarrollo de la raíz.

Además, se necesita hacer un buen montículo de 5 a 10 cm de altura en el que se pone la semilla de 1 a 2 cm de profundidad, pues con esto se logra que cuando se inicien las lluvias el agua no arrastre las semillas y que tampoco se vea afectado el sitio por el encharcamiento. (Lea: Beneficios de la labranza mínima y 3 formas de realizarla)

Para los potreros con buena cobertura de pastos, una de las opciones, en lugar de fumigar la totalidad del lote, es aplicar herbicida a lo largo de los surcos para fumigar una franja de 50 a 60 cm de ancho; en el centro de esta se sembrará la leucaena.

Esta franja también puede despejarse con guadaña o con una combinación de herbicida y guadaña, para que de esta manera se quede entre los surcos de leucaena, una franja de 40 a 80 cm de pasto que no fue fumigada anteriormente con herbicida.

Luego de este proceso, aproximadamente a los siete días después de la siembra, empieza a germinar la leucaena. A partir de este momento el trabajo principal consiste en mantener los arboles descubiertos ya que la recuperación de las malezas y de los pastos es muy rápida, por lo cual se deben controlar oportunamente. (Lea: Cómo hacer que la leucaena produzca más)

Fuente: Guía Sistemas silvopastoriles. Aspectos teóricos y prácticos del CIPAV

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