En preparación del suelo para siembra, la labranza vertical es clave

Sembrar conlleva a una práctica que se puede realizar por medio de muchas maneras en donde la semilla queda dentro de la tierra lista para crecer. Las acciones antes de este proceso son muy importantes porque garantizan el éxito de la siembra.

Raúl Rojas, director técnico de forrajes de Sáenz Fety, indica que la época de la siembra se debe tener muy clara, pues lo “ideal es realizarlo al inicio de las lluvias porque las semillas necesitan una humedad constante y luego la planta, por lo menos durante 30 o 45 días. Si tengo aguaceros torrenciales me puede encharcar el lote, pudrición de las semillas y poco éxito en el establecimiento”, asegura el experto. (Lea: Siga estos 9 pasos en el protocolo de establecimiento de praderas)

Situación contraria sucede cuando se presentan lluvias al comienzo y luego sigue un periodo de sequía muy alto porque afecta la productividad de la pradera debido a que muchas de las plántulas que lograron tomar humedad para comenzar su proceso de germinación se van a morir, por eso lo ideal es la humedad constante.

“Es difícil porque nadie puede controlar el clima por eso hay que hacerlo al inicio de las lluvias. Sé que las cosas han cambiado y que se adelantaron un poco las precipitaciones pero es importante que nos vayamos preparando y que sigamos haciendo el monitoreo de la pluviosidad para tener claro el comportamiento de las lluvias en la finca”, describe Rojas.

En medio de este proceso se debe realizar un control de arvenses porque durante la preparación del terreno se deben dejar que germinen todas las malezas para luego si realizar la eliminación de las mismas y no permitir que se confundan con las plántulas que nacen al momento de sembrar. (Lea: Cuide su siembra, no olvide estas recomendaciones)

Preparación del terreno

“Este depende de qué tan mecanizable puede ser el proceso. En el caso de los terrenos planos se puede utilizar un trabajo físico del suelo, cincel, subsolador o renovador de praderas con la labranza vertical. Lo importante es hacer aireación en el suelo, disminuir la compactación y mejorar la porosidad”, detalla Rojas.

Esta porosidad es clave para el agua penetre y el suelo pueda mantener la humedad, especialmente en zonas donde la precipitación es baja. Todo esto con la intención de mejorar la productividad de la pradera.

“La idea con la labranza de tipo vertical es que a medida que vaya pasando el gancho se mejore la aireación, porosidad, retención de humedad, el aire en el suelo para que las raíces puedan respirar”, menciona Rojas.

Además esto permite que las raíces tomen los nutrientes necesarios y así se presente un desarrollo radicular de la planta, teniendo mejor anclaje y mayor tolerancia a la época seca.

“Por eso es tan importante trabajar en esa labranza de tipo vertical. Se necesita trabajar en una compactación más profunda para que así se tenga una mejor retención de agua y mayores condiciones para el suelo”, señala Rojas.

Luego del proceso el paso a seguir es mejorar las enmiendas de acuerdo al análisis de suelo realizado, porque es fundamental perfeccionar las condiciones del mismo con respecto a pH, nutrientes de tal forma que las plantas puedan crecer adecuadamente. (Lea: Estos son algunos aciertos y errores en el establecimiento de praderas)

Para conocer más acerca del proceso de la labranza vertical, presione el siguiente enlace.