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Foto: Captura de pantalla del video youtube.com/watch?v=8ugaRqyhX0Y del canal de youtube TvAgro

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Hacienda Tierra Perdida, trabajo con sostenibilidad ganadera en Puerto Gaitán

Por - 24 de Diciembre 2021

Dividir las grandes extensiones en pequeños potreros y sembrar árboles para el bienestar de los animales y los trabajadores es algo que se impone en tierras como la altillanura.


Dividir las grandes extensiones en pequeños potreros y sembrar árboles para el bienestar de los animales y los trabajadores es algo que se impone en tierras como la altillanura.

Así lo planteó Hely Mariño Daza, de la Hacienda Tierra Perdida, en Puerto Gaitán (Meta), quien señaló que con este tipo de manejo se mejora la capacidad del ganado en la finca y la rentabilidad es mayor.

Explicó que mientras en pequeños potreros el ganado entra a comer y encuentra la cerca que lo limita no pierde energía buscando el alimento sino que se concentra en el espacio disponible para ello y además el pasto va a conservar sus nutrientes. (Lea: Conozca los materiales forrajeros que mejor se adaptan a la altillanura)

La altillanura colombiana se extiende desde el piedemonte de la Cordillera Oriental hasta las orillas del río Orinoco. Los Llanos Orientales se caracterizan por sus sabanas y su clima tropical y por ser una tierra apta para la producción ganadera y la agricultura pero es preciso darle un adecuado manejo.

La ganadería en esta zona de la altillanura se ve influenciada generalmente por dos variedades de ganado, la primera es donde se encuentra el cebú comercial y que la mayoría de los ganaderos de la región manejan en sus fincas; y la segunda es la ganadería de raza o la cebuínas pura, qué es a la cual se ha venido apostando y haciendo un mejoramiento genético continuo para obtener una mejor calidad y productividad en los animales.

Con respecto a la finca, Mariño indicó que antes eran sabanas vírgenes donde había muy pocas divisiones de potreros y hoy son más de cien potreros lo cual es bueno porque facilita las rotaciones y con un adecuado manejo se pueden tener dos cabezas por hectárea.

Empezaron con un pie de cría pequeño, con una genética básica y con el transcurrir del tiempo se ha venido avanzando en su mejoramiento, hoy día se tienen terneros al destete de 180 a 200 kilos que  es bueno con un ganado comercial.

Después comenzaron con un pie de cría de ganado puro que es lo que busca el ganadero para tener mayores utilidades y el resultado ha sido favorable por lo que se ha podido avanzar con este proyecto. (Lea: Presentan beneficios del sistema agrosilvopastoril en la Altillanura)

También se trabaja con un proyecto de nelore de ciclo corto donde hay grandes expectativas por lo que se ha podido ver de resultados en otros países como Brasil.

Una de las mayores preocupaciones que tienen los ganaderos es el tema del cambio climático, sin embargo con el trabajo que realizan en esta finca buscan minimizar el impacto que este puede generar y para ello optaron por algunas herramientas que les han traído muy buenos resultados.

En cuanto a los acueductos, en la finca trabajan con un sistema de tanques tipo australiano con pozo profundo y bombas tipo solar. Esto les ha dado buenos resultados porque los animales no tienen que ir a buscar el agua sino que llega hasta donde están pastoreando.

También tienen un sistema silvopastoril lo cual contribuye al bienestar animal teniendo en cuenta que allí las temperaturas son altas y el ganado puede tener una sombra adecuada.

Este sistema se hizo con franjas para de esta manera beneficiar muchos potreros. Se tienen 20 metros por cada línea que es el lugar de descanso de los animales. Allí se manejan variedades como yopo, acacio, cañofisto, entre otros. (Lea: Sistemas agro silvopastoriles, una opción rentable para ganaderos de la altillanura)

Igualmente producen la comida para la época seca con el fin de que los animales no pierdan peso y allí trabajan el silo de maíz con lo cual no se pierde el trabajo hecho con el ganado durante el invierno.

Con este sistema se está logrando una ganancia de peso de 500 a 600 gramos por día, lo cual es muy bueno para la zona y esto se logra con confort animal y nutrición, manifestó el ganadero.

Se han hecho ensayos con diferentes pastos, algunos como la mombasa son muy exigentes en su manejo en el sentido que por ejemplo las rotaciones tienen que ser muy rigurosas y hay que abonarlo, lo que no pasa con el pasto dulce que es el más utilizado en esta finca porque además de ser muy resistente da mucho más forraje.

Así mismo, el pasto dulce aguanta mucho más el verano porque su raíz es mucho más profunda, puede llegar hasta 1.5 metros y eso significa que tiene más reservas de humedad para mantenerse.  

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