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Foto: Jaime Antonio Rangel

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Conozca los materiales forrajeros que mejor se adaptan a la altillanura

Por - 25 de Marzo 2021

La producción de semillas de gramíneas en la altillanura colombiana es una actividad que ocupa un lugar importante dentro de la explotación ganadera.


La producción de semillas de gramíneas en la altillanura colombiana es una actividad que ocupa un lugar importante dentro de la explotación ganadera.

En ocasiones los ganaderos dejan que broten semillas en un potrero que ha sido manejado en forma inadecuada, por lo que el resultado es la obtención de un producto de baja calidad, según lo expuesto por el Investigador de Agrosavia La Libertad, Otoniel Pérez López.

Señaló que la selección de los materiales forrajeros para esta región se realizó teniendo en cuenta las posibilidades de adaptación a las condiciones de clima y suelo con las que cuenta la altillanura, productividad y calidad nutricional e igualmente la observación de su comportamiento sanitario. (Lea: Sistemas agro silvopastoriles, una opción rentable para ganaderos de la altillanura)

Así  mismo se enfatizó en las características agronómicas, fisiológicas y productivas como en los de calidad nutritiva y respuesta de los animales.

Para dar un uso eficiente de los materiales forrajeros y de los potreros Agrosavia pretende, por medio de parcelas demostrativas, indicar las prácticas adecuadas de manejo de potreros que permitan obtener mayor producción de semilla y de buena calidad logrando así reducir los costos por concepto de consecución de semillas que algunas son importadas y ser más eficientes en la producción ganadera de la región.

De acuerdo con lo señalado por Pérez los sistemas de producción en ganadería se caracterizan por ser extensivos, por tener baja carga animal, baja respuesta en términos de producción de carne o de leche y un tema crítico es que se le culpa de algunos temas de alto impacto sobre el ambiente como es la tala y colonización de áreas boscosas para establecer pasturas.

Otro factor crítico en esta zona es que muchos de los materiales disponibles a nivel comercial presentan susceptibilidad a algunas plagas o a ciertas enfermedades como es el caso del mión o salivazo de los pastos –que es la plaga de mayor importancia económica y que afecta principalmente a los brachiarias en condiciones del trópico–. Esto genera procesos de degradación y pérdida de oferta de forraje y de calidad del mismo.

A ello se suman algunas prácticas inadecuadas por parte de los productores como es el caso del sobre pastoreo o el sub pastoreo o periodos inadecuados de aprovechamiento de las praderas que generan como respuesta bajos indicadores de producción de carne y/o leche pero también en términos de reproducción. (Lea: Forrajes son clave para incrementar la productividad del ganado)

A nivel de investigación en pastos y forrajes es un proceso largo, dispendioso y que demanda recursos importantes para obtener al final del proceso uno o dos materiales, después de un trabajo de ocho a doce años

En este Centro de Investigación se hace un trabajo simulando el pastoreo y se cortan los materiales a diferentes alturas (10, 20, 30 centímetros desde el suelo) para ver cómo responde, si hay alguna pérdida de plantas, o el rebrote es más rápido, más vigoroso, etc.

Todos estos factores se van evaluando en el tiempo y se complementa con diferentes momentos de corte, es decir, qué pasa si se corta a los 21 días después de haberlo nivelado, a los 28, 35 y 42 días, para saber cuál es el momento más adecuado y cuál es la combinación de prácticas más adecuadas para aprovechar ese material.

Se ha observado que algunos pastos responden de una mejor manera al aporte de correctivos y particularmente de cal para ser productivos y perennes en condiciones de los llanos Orientales.

Por su parte, Álvaro Rincón Castilla, otro investigador del Centro, indicó que el fin es obtener materiales producto de la investigación que le sirvan al ganadero, que sean pastos productivos, de buena calidad y persistentes, aunque eso depende del manejo que le dé el productor. (Lea: “Vichada también es altillanura”, fue tema de debate en el Meta)

Se dice que en Colombia se tienen 30 millones de hectáreas para 28 millones de animales lo que equivale a menos de un animal por hectárea y con estos proyectos lo que se busca es ofrecer a los productores unos forrajes más productivos.

Estos pastos se adaptan a condiciones de alta saturación de aluminio, entre ellos están las brachiarias y los panicum. Son terrenos a los que se debe aplicar cal dolomítica para corregir el problema.

Allí se tiene una evaluación de panicum maximum, se cuenta con 27 materiales para evaluar bajo las condiciones de los Llanos Orientales, llegados del banco de germoplasma del Ciat que tiene una colección de 400 materiales de esta variedad.

Desde 2015 se viene evaluando estos materiales que inician con pequeñas parcelas con evaluación agronómica que tiene que ver con altura, cobertura, producción de biomasa, calidad, tolerancia o resistencia a plagas y enfermedades

Después de evaluaciones durante dos épocas secas y dos lluviosas se seleccionaron los mejores 8 de los 27 materiales que llegaron. De esos 8 se va a seguir investigando para producción de semilla y ya con animales para ver cuál es el mejor, aunque puede que salgan dos o tres. (Lea: Realice su planeación forrajera siguiendo estos 5 pasos)

Una vez se tienen estos materiales son llevados a áreas mayores para comenzar a evaluar qué pasa cuando los materiales lo pisotean o lo consumen y si el ganado persiste y se hace una evaluación de carne y de leche por efecto del consumo de los animales.

El objetivo último es mejorar la ganadería a través de un forraje de calidad. Con estos pastos se puede tener de cuatro a cinco animales por hectárea, es decir, más de dos mil kilos cuando en la región se tiene 500 kilos por hectárea y esto obedece a que tiene un potencial de producción bastante alto. 

Con esto lo que se busca es que un ganadero tenga más animales en menos área, que la ganadería extensiva tradicional sea remplazada por una más intensiva y productiva, con una buena disponibilidad de forraje lo cual permitirá tener unas praderas productivas durante mucho tiempo.