La ganadería vista desde el lado nutricional, económico, cultural y ambiental

El ataque hacia la ganadería es un problema que ha tenido el sector en los últimos años. Expertos consideran que esta situación no se considera justa, teniendo en cuenta que debe ser vista desde los aportes que le hace al mundo.

Felipe Aristizabal, medico veterinario zootecnista, indica en una charla de Fedegán que, viéndolo desde el ámbito nutricional, el ser humano debe remontarse a lo experimentado por sus antepasados, quienes aprendieron a hacer cocción de los alimentos que permitió que se mejorara la absorción de los nutrientes en el cuerpo. (Lea: La culpa no es de la vaca, es del cómo)   

“Entonces al gastar menos energía y al tener una mayor absorción de nutrientes, teníamos una dieta mucho más densa que contribuyó en aumentar el tejido cerebral y eso fue los que nos terminó transformando en humanos. Incluso toda nuestra anatomía, se debe a la dieta que esos primeros antepasados tuvieron”, explica Aristizabal.

Para el experto, el intelecto humano que forjaron nuestros antepasados se debe al consumo de proteína animal, principalmente carne y leche. La ingesta de este último comenzó hace aproximadamente unos 10 mil a 12 mil años en Europa Oriental cuando se empezaron a crear sociedades y a domesticar animales. 

“Descubrimos que esa leche que producían los mamíferos también era rica y nutritivas para los humanos. En ese momento existió una mutación especial que permitió que nuestros antepasados pudieran digerir la leche de vaca”, expone Aristizabal.

El experto asegura que una de las principales características que tiene el consumo de carne y leche es la densidad del nutriente y la calidad de esta. “Recordemos que las proteínas están llenas de aminoácidos y hay ciertos que son esenciales. La carne y la leche ofrecen todos los componentes que realmente el cuerpo necesita y eso hace alta densidad biológica, es decir que con tan solo gramos de carne o con unos pocos mililitros de leche se empieza a nutrir el cuerpo”, detalla Aristizabal. (Lea: La leche de vaca, un producto esencial a cualquier edad)

Desde el punto de vista económico, la ganadería alimenta al mundo porque esta representa una tercera parte de todo lo que engloba al sector agropecuario.

En palabras de Aristizabal, “se tiene calculado que más o menos se producen diariamente 2.100 millones de litros de leche cada día. Tan solo en Colombia, cerca de 500 mil familias dependemos de la producción láctea”.

A esto hay que sumarle el punto de vista cultural, pues la actividad ganadera tiene un vinculo cercano con el desarrollo de las naciones que ha permitido el crecimiento de otras industrias.

“Al ser la ganadería ese eje central, se termina generando un factor de identidad. La ganadería no es solo una actividad económica, sino que termina siendo una forma de vida y en parte una expresión cultural de ciertas regiones y ciertos países”, menciona Aristizabal.

En Colombia es fácil verlo porque existen regiones donde tradicionalmente hay una cultura ganadera porque muchas de las actividades y festividades giran alrededor de este importante sector.

Por el lado ambiental, “los animales que se encuentran bajos sistemas pastoriles no solo no destruyen el planeta, no contamina, sino que todo lo contrario, se encargan de regenerar bajo un ciclo que la naturaleza diseñó hace millones de años. El principal proceso energético de las plantas es la fotosíntesis que capta CO2 atmosférico y forma una estructura que permite la generación de las hojas. Las vacas al alimentarse de estas estimulan de nuevo ese proceso fotosintético”, concluye Aristizabal.