Con sencillas prácticas las ganaderías pequeñas pueden obtener buenos resultados productivos.
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Siete prácticas que traen buenos resultados a una pequeña ganadería

Por - 16 de Marzo 2022

Con siete prácticas comunes que se pueden aplicar en cualquier finca, se logra una buena rentabilidad en pequeñas ganaderías.


Las pequeñas ganaderías, que son la mayoría en el país, pueden ser rentables y competitivas si se miran como un negocio y se adoptan ciertas prácticas que son fáciles de implementar.

Según Custodio Soler, propietario de la finca La Despensa, ubicada en Bituima, Cundinamarca, en una nota de La Finca de Hoy, se puede mantener la estabilidad económica de una pequeña ganadería controlando oportunamente siete variables, tal como él lo hace.

La primera es el nivel de comercialización, proceso que involucra la producción y, de ser necesario, sumarle valor agregado, en este caso produciendo cuajada. Por este medio le ingresan mensualmente entre 600 mil y 700 mil pesos, según las vacas que estén paridas. “Esta es una renta que sirve, ayuda lo que es la leche y la cuajada. Eso tiene mercado. También los becerros se venden y así se obtiene otro ingreso”.

La segunda variable tiene que ver con seleccionar genéticamente a los animales de tal manera que le garanticen los rendimientos planeados. En esta finca el ganadero cruza cebú con simmental y criollo con simmental que es enfocado al doble propósito. (Lea: La genética es la respuesta a los requerimientos del mercado)

Considera que las vacas que tiene no son de alta producción lechera pero alcanzan a dar hasta 15 botellas diarias por animal. Además, cada año una vaca pare un becerro, lo cual obedece a las razas que maneja ya que en la zona hay vacas que duran hasta ocho meses y no se han cargado mientras que en su caso a los 45 días ya lo han hecho. Si la cría es macho tiene mucho rendimiento porque son solo carne.

La tercera arista está orientada a garantizar que los animales desarrollen su máximo potencial, proceso que inicia desde la crianza de cada bovino. En este caso desde que la cría nace se deja un pezón de la vaca sin ordeñar para alimentar al ternero y se deja todo el día suelto, entonces el becerro toma bastante leche y así mismo se cría. De esta manera cuando el animal llega a los 8 meses ya vale $1,4 millones.

El cuarto principio que se aplica en esta explotación ganadera tiene que ver con la administración de los forrajes y demás recursos disponibles en los potreros. En esta finca se manejan cercas eléctricas pero son potreros pequeños por donde va rotando el ganado.

Además en los potreros tiene sembrados mil árboles de flor morado que ya están entre diez y doce años y funcionan como sistema silvopastoril contribuyendo al buen desempeño de los animales. (Lea: Sistema silvopastoril intensivo, alternativa de ganadería sostenible)

Las épocas de extremo verano le hacen pensar en la quinta variable necesaria para mantener la rentabilidad por hectárea y es la suplementación que en esta finca se hace con melaza y heno que le ayuda bastante, como él mismo lo reconoce.

El verano puede llegar a durar hasta cinco meses en los cuales no hay pasto para alimentar al ganado entonces se le da sal mineralizada que nunca le falta a las vacas, así como melaza y heno para que no caiga la producción lechera.

El sexto principio hace referencia a la sanidad de los animales. Según Soler allí se presentan pocas enfermedades porque siempre se vacuna contra la aftosa, la brucelosis y el carbón esta última pega duro en esta zona y después que le da a un animal es difícil curarlo.

Lo último es la mansedumbre de los animales y saberlos manejar, sin pegarles ni gritarles. Allí por ejemplo a las vacas no les ponen lazo para ordeñarlas y no molestan para nada.