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Foto: AFP.

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Cocinas de energía solar para cuidar la salud y el ambiente

Por - 08 de Mayo 2015

Dora pasó décadas cocinando con leña a la usanza tradicional, sufriendo los efectos nocivos del humo. Pero su calidad de vida cambió desde que en el patio de su humilde casa funciona una extraña estufa de vidrio y metal gracias al sol abrasador de Nicaragua.


Dora pasó décadas cocinando con leña a la usanza tradicional, sufriendo los efectos nocivos del humo. Pero su calidad de vida cambió desde que en el patio de su humilde casa funciona una extraña estufa de vidrio y metal gracias al sol abrasador de Nicaragua.   "Estas cocinas son de gran ayuda para las mujeres. Cuando cocinaba con leña sentía algo en la cabeza, que me afectaba los ojos y los oídos", dice a AFP Dora Jirón, una maestra jubilada de 64 años de la ciudad de Diriomo, en la provincia de Granada, 64 km al sur de Managua. (Lea: Revelan batería que cambiará la infraestructura energética del mundo)   La imagen contrasta con la estampa bucólica de mujeres pobres y campesinas nicaragüenses que en los solares de sus casas, y hasta en la calle, palmean tortillas de maíz, hacen dulces o frijoles en cocinas de barro o de lata, entre la humareda de la leña ardiendo.   Unas 20 millones de personas utilizan leña para cocinar en Centroamérica, sobre todo en Nicaragua, Guatemala y Honduras, según un estudio del Banco Mundial del 2008. (Lea: Producir agua mientras se pedalea es posible)   Pero, aunque sea una tradición, su uso es dañino tanto para el ambiente como para la salud.   Esa es una de las causas de que el potencial forestal del país se redujera de 7 a 4 millones de hectáreas en los últimos 70 años, según Incer. De acuerdo con una investigación del geógrafo y ambientalista Jaime Incer, la leña representa el 57 % del consumo nacional de energía en Nicaragua, "lo que significa una insoportable tala de bosques".   Con el auge de las energías renovables, la estufa solar es una alternativa    Además, el humo de la leña provoca "infecciones respiratorias agudas en la población, irritaciones en ojos, bajo crecimiento intrauterino de fetos y eventualmente cáncer de pulmón", advirtió un informe del Gobierno. (Lea: No es el dinero lo que inspira a la gente a ahorrar energía)   Por eso, hace 5 años, Dora decidió probar las estufas solares que ofrecía una fundación. Ahora, ahorra 26 dólares de leña al mes, su salud mejoró y puede ocuparse de otros quehaceres sin preocuparse por el fuego.   Unas 50 mujeres han adquirido esas cocinas en Diriomo, una ciudad de raíces indígenas famosa por sus rosquillas, sus dulces y sus brujos, que dicen haber heredado la magia negra de sus antepasados. La cocina es un horno de medio metro cuadrado que absorbe la energía solar a través de un cristal, con ayuda de un reflector en la tapa. Adentro hay una plancha de metal que se calienta y sobre la cual Dora tuesta granos de café y maíz, cocina carnes o postres.   Dora es parte de 804 mujeres beneficiadas desde 2006 por la Fundación Proyecto Solar para Mujeres Nicaragüenses (Fuprosomunic), que en febrero ganó el premio de Buenas Prácticas Manufactureras de Dubái. (Lea: Energías renovables tendrán su oportunidad en el sector rural)   Cada cocina cuesta 250 dólares, pero las mujeres solo pagan el 14 % en cuotas favorables, explica a la AFP la presidenta de Fuprosomunic, la ingeniera química Mercedes Álvarez.