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El valor de la exportación de ganado en pie

Por - 04 de Septiembre 2018

¿Por qué se ha mantenido operativa la exportación de ganado en pie tanto vacuna como ovina a lo largo del tiempo, como es el caso de Uruguay y otros países de Latinoamérica?


¿Por qué se ha mantenido operativa la exportación de ganado en pie tanto vacuna como ovina a lo largo del tiempo, como es el caso de Uruguay y otros países de Latinoamérica?   La respuesta yace en las constantes dificultades de colocación de ganado, las demoras en la entrada de haciendas en la industria local, los cambios marcados en los precios del ganado y las ofertas de mejores precios externos para vacunos y ovinos. No obstante, para la producción ovina, estos problemas se acentúan ante la constante disminución del ritmo de faena por la priorización del uso de infraestructuras para la faena bovina.   Actualmente el mercado nacional uruguayo de la carne ha cambiado, dado que se han modificado los ciclos de oferta/demanda tan marcados por la estacionalidad de los recursos forrajeros, las severas sequías que afectan la mayoría de nuestro territorio y las crisis económicas regionales y mundiales.   Países como Brasil, Egipto, Jordania, Líbano, Siria, Turquía, entre otros, muestran constante interés por la compra de vientres y animales con destino a faena para abasto interno; abarcando todas las categorías, en un total de 332 mil 320 cabezas en 2017 (Datos Asociación Rural de Uruguay-ARU).   Para los productores es una válvula de presión del sistema de comercialización y una herramienta de negociación. Ha aumentado el stock y la faena nacional (2.339.985 cabezas en 2017, Datos Instituto Nacional de Carnes-INAC), y ha disminuido la edad de faena.   Sin embargo, no se puede perder de vista "la visión país", de cadena productiva. La exportación de ganado en pie significa sacar materia bruta, sin todo el valor agregado que el país puede generar.   Un trabajo de CPA Ferrere (2017), a pedido de gremiales industriales, concluyó pérdidas de valor agregado por exportación en pie de US$ 480 millones (2008-2016) lo cual equivale a US$ 319 por cabeza por la venta de 1,5 millones de reses.   Hoy en día es indiscutible contar con varias opciones de comercialización para favorecer la economía de las empresas ganaderas. En este sentido, además es evidente el valor agregado generado por una cadena cárnica pilar de la economía nacional. Los ganaderos se juegan toda su producción a la hora de la venta de sus animales y la industria depende de la compra de esa materia prima.   Ambos sistemas coexisten y si el mercado nacional mejora sus condiciones es notoria la tendencia a bajar de las exportaciones en pie.   Priorizar la retroalimentación de una cadena productiva requiere generar condiciones de comercialización mejores para el eslabón más débil -- los productores. Valorizar el trabajo de cada recurso humano, es la base del éxito de un país productivo.

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